Teatro en cuarentena

Mariana de Althaus
Lima, miércoles 25 de marzo de 2020

Para conocer al asesino de Layo, Edipo debe comunicarse por videollamada con Tiresias. Están en cuarentena y no puedes salir de tu casa ni aunque te llame el rey de Tebas. Además, Tiresias es adulto mayor, miembro de la población más vulnerable ante el virus, y desde hace días que no sale ni a la esquina, un lacayo le hace la compra. Edipo se entera gracias al adivino ciego que es el asesino de su padre, y se arranca los ojos, porque la verdad no hay que salir a buscarla, se encuentra dentro de uno, y, como descubrió Segismundo en otra obra, la libertad es el autoconocimiento, y para algunos esto es lo más insoportable. Hamlet vengará a su padre y para eso matará a Polonio, a Laertes, al rey Claudio, y tendrá que ver morir también a su madre. La que se salvará es Ofelia, que no podrá ir al río a sumergirse con piedras en los bolsillos; si no consigue un veneno para matarse, tendrá que ponerse a hablar con los fantasmas en un rincón del palacio, viva, loca y furiosa, como las mujeres violentadas a las que nadie quiere escuchar. Romeo y Julieta no se besarán ni se abrazarán, vivirán alimentados por su amor a la distancia; y vivirá también Melibea soñando con Calisto, que, encerrado en su mansión, no podrá ir a violarla. O talvez, si logra engañar la vigilancia militar para salir a la calle y entrar en la casa de su amada, la violará una y otra vez, protegido por las paredes sordas del mundo. El cuerno del unicornio de Laura Wingfield no se romperá porque Jim no podrá venir a visitarlos, y su hermano Tom tampoco podrá abandonarla, tendrá que quedarse cuidándola en ese zoológico de cristal al que nadie quiere entrar. Nora tampoco se irá de su casa de muñecas; se quedará con su dominante esposo soportando un tiempo más el infierno de un matrimonio mortal. O quizá se pongan de acuerdo y logren vivir en paz. No dará tanta pena perder el jardín de los cerezos, porque al terminar el encierro todos irán a buscar el bosque. O talvez, en el mejor de los casos, después de tanto silencio, habrán hallado un jardín, un bosque, un cielo abierto dentro.