«Es justo y necesario que las nuevas generaciones conozcan el arte y la obra de artistas de talento y calidad sean mujeres u hombres», señala la historiadora y crítica de arte Rosa María Vargas
Pese a la crisis social, política y económica experimentada por nuestro país a lo largo de este 2023 a punto de culminar, el segmento de las artes visuales en sus diversas disciplinas y estilos se mantuvo activo con un sin número de exhibiciones en las galerías de los diversos centros culturales, las salas alternativas, tradicionales que en suma constituyen el circuito galerístico de Lima. Justamente, Lima en Escena, charló brevemente sobre este tema con la historiadora y crítica de arte Rosa María Vargas, a quien vemos en la foto. Fotos: cuentas de los artistas.
Foto: Rosana López Cubas
-Rosa María, me gustaría empezar este panorama sobre las artes visuales por las galerías incluidas las de los Centros Culturales. ¿Cómo observas el desenvolvimiento de todo el actual circuito galerístico local post pandemia?
– Desde que finalizó el confinamiento y se retornó a la presencialidad aún se mantienen abiertas las salas de exposición de los centros culturales y algunas galerías de arte como la Yvonne Sanguineti, aunque en su caso, su presencia se mantiene a través del formato virtual tanto en la venta de arte como en sus cursos relacionados al arte. Se hace extrañar, pues, era una de las galerías importantes del circuito galerístico limeño y de visita “obligada” para quienes solíamos recorrer las exposiciones en el distrito de Barranco, donde estaba ubicada físicamente.
-Es necesario una mención especial a las galerías que le dan especial énfasis a las obras de los artistas amazónicos, a las artistas mujeres en sus diversos estilos, a quienes trabajan el cómic, la ilustración, los abstractos. ¿A qué le atribuyes estas tendencias?
– Estas tendencias se deben a las políticas inclusivas ejecutadas por el estado y el sector privado que, desde hace algunos años se vienen promoviendo en todos los ámbitos productivos. La equidad de género, es también una política con la cual se vienen obteniendo buenos resultados. Estas también están contempladas en las artes y la apertura en la difusión es cada vez mayor con respecto a artistas originarios de la selva y a las artistas mujeres. Desde hace algunos años, artistas que no eran de la Selva, representaron diversos aspectos de una supuesta “cultura amazónica” bajo su propia “óptica” mostrando el lado más superficial de la mujer amazónica y la exposición burlesca de la comunidad LGTBQ, específicamente a los travestis y transgénero. Los pobladores de la selva merecen ser tratados con respeto por su identidad sexual y por su propia identidad cultural. Algunas galerías en Lima, como, por ejemplo “Selva Invisible”, ubicada en el Monumental Callao, han promovido el arte de artistas emergentes de todas las regiones del Perú y de jóvenes artistas amazónicos cuya obra representa su propia cosmovisión y su particular sentido de la estética.
Considero que el promoverlos en sus espacios expositivos es una manera de reivindicarlos como artistas y así dejar de verlos como “artesanos” como peyorativamente se ha considerado a muchos artistas regionales durante décadas en Perú, menoscabando su habilidad, memoria y plástica plasmadas en su obra. Iniciativas como ésta, deberían continuar replicándose. En el caso de las artistas mujeres, incluso antes de la pandemia ha sido más difundida en ese aspecto y veo a bien, que se continúe difundiendo, ya que, a lo largo de la historia del arte peruano durante el siglo XX, las artistas mujeres no han generado tanto interés entre investigadores y galeristas como se evidencia en éstas últimas dos décadas del siglo XXI.
Obra de María Gracia de Losada
Obra de Gonzalo PfluckerRhony Alhalel en su exposición de Arequipa
-En este 2023 se realizaron muestras antológicas como la de Ella Krebs en el Centro Cultural Inca Garcilaso del Ministerio de Relaciones Exteriores. ¿Qué implica traer a foco a artistas de esta envergadura?
– Ella Krebs es un referente importante del arte peruano del siglo XX, una mujer que innovó durante su etapa adulta, incorporando el arte textil (escultura en tapiz), siendo la pionera de este género artístico en nuestro medio, además de ejecutar obras de arte cinético y Op-art. Es justo y necesario que las nuevas generaciones conozcan el arte y la obra de artistas de talento y calidad sean mujeres u hombres. Más allá del género, estamos en una etapa donde cualquiera puede recurrir al “facilismo” y donde la ausencia de buen manejo de la plástica en nuestro medio es realmente lamentable. Quien aspire a ser artista debe conocer a importantes referentes del arte peruano del siglo XX que aún mantienen su vigencia y actividad. Artistas de la talla de Lucy Angulo, Maria Gracia de Losada, Luz Letts, Carmen Letts, Juan Pastorelli, Gerardo Chávez, Enrique Galdós Rivas, Gonzalo Pflucker, Rhony Alhalel, Ramiro Llona, además de otros, de generaciones posteriores como Eduardo Tokeshi, César Ayn, Bernardo Barreto, Augusta Sarria, Ángel Chávez Achong, Iván Huerto, Armando Williams, Pancho Guerra-García; Walter Carbonel, Germán Chinén, Jaime Higa Alberto Herrera Arana, Juan Carlos Ñañake, Ana Balcázar Bartra, Cristina Flores Pescorán, José Luis Carranza, Lenin Vásquez, Luis Castellanos, César Cirilo, Hugo Salazar Chuquimago, Sherman Meléndez y un largo “etcétera” cuya trayectoria y obra deberían ser difundidas recurrentemente en lugar de instar a los jóvenes a jugar “a hacer arte” con propuestas “facilistas” carentes de “oficio” y sin trascendencia alguna. Urge darle la relevancia que corresponde a una labor tan seria y respetable como es la profesión de artista en nuestro país. Los artistas a los que hago mención (y a otros más), líneas arriba, son “prueba viviente” de lo que es hacer buen arte en el Perú. Hace poco, comenté acerca de las exposiciones “Paisajes Interiores” de Gonzalo Pflucker en la sala de exposiciones del Centro cultural de la PUCP en Lima; e “Híbridos Errantes” de Rhony Alhalel en la galería de arte del ICPNA de Arequipa; junto a la de José Luis Carranza, en la Galería de Artes Visuales de la Universidad Ricardo Palma en el Centro cultural Ccori Wasi, quienes, a mi modo de ver, son las mejores exposiciones que se han dado en Lima durante estos dos últimos meses. Esto demuestra que más allá de un buen proyecto curatorial, el excelente dominio técnico y una coherente concepción de sus series temáticas, los artistas aludidos aún siguen “dando cátedra” en el arte.
Ella Krebs
Obra de Ella KrebsObra de José Luis Carranza
-De otro lado, jóvenes artistas como la arequipeña Nereida Apaza han logrado, paso a paso consolidarse a través de su propuesta artística de crítica social. ¿Qué destacas de Apaza?
– De ella, destaco la destreza con la cual conjuga elementos conceptuales y plásticos para la construcción de su discurso visual. Interviene piezas como portadas de libros, ilustraciones de otros autores o realiza trabajos de bordado o arpillera, que, si bien es cierto, pueden resultar “naif”, ello obedece a una razón lógica: el imaginario de su etapa escolar y en otros, a la memoria histórica del siglo XX, que se remite a la niñez y adolescencia vividas por la artista nacida en el año 1979. No en vano, su trabajo fue reconocido al obtener en el año 2021 el primer premio del concurso Arte al Bicentenario, en la línea Exposiciones virtuales, del Proyecto Especial Bicentenario de la Independencia del Perú.
Obras de Nereida Apaza
-Finalmente. Para la Bienal de Venecia se descartó a Olinda Silvano para dar paso a un artista recurrente y manido. ¿Por qué no darle la oportunidad a una artista amazónica como Silvano?
-Considero que las decisiones en este tipo de concursos son de lo más arbitrarias, y la decisión del jurado en la elección del artista que nos represente en un evento de gran envergadura, no ha sido de lo más acertada, teniendo en cuenta que, la temática del evento, debía mostrar una propuesta original y no, un concepto que ya ha sido trabajado hace varios años y cuyo resultado, no termina de convencer, pues evidencia una falta de coherencia entre lo que se muestra en la fotografía y la temática, que, por cierto, apela a anglicismos, algo que, de por sí, no hace referencia alguna a lo que se aprecia en la fotografía (aunque se aborde una concepción metafísica), que por cierto, es una imagen “en negativo” y no aporta mucho técnicamente hablando, ni reivindica al arte regional (en este caso: el amazónico) y que, de acuerdo con lo planteado por el curador de la 60 edición de la Bienal, Adriano Pedrosa: reivindicar a los artistas relegados de los círculos artísticos, tales como, artistas Queer, indígenas, Outsiders, entre otros.
Obra de Olinda Silvano
La propuesta Koshi Kené (“El poder del Kené”), que se fundamenta en patrones de diseño Shipibo Konibo, posee todas las características para ser considerado una obra que nos representaría notablemente en la Bienal de Venecia, y que, más allá de ser un reflejo de la cosmovisión de una etnia amazónica que se caracteriza por su refinado arte textil, éste ha sido trasladado a la pintura mural, resultando en un trabajo pictórico abstracto contemporáneo que habría destacado por su originalidad y monumentalidad, tanto en su temática intitulada en lengua originaria, como también aspectos importantes dentro de la plástica formal, que si es coherente en todo sentido, sin embargo, en un país como Perú, donde se le da mayor relevancia a un discurso “intelectual” dentro de la elaboración de un proyecto artístico, que a la calidad de la pieza artística (ambos deberían tener el mismo peso), no se puede esperar mucho. En mi opinión, lamento mucho que se den casos como éste. Asimismo, manifiesto mi profundo pesar, además de mi respeto y solidaridad para Olinda Silvano, pues creo que no se ha reconocido la dimensión real del talento y el gran esfuerzo de una artista que bien nos habría representado y hecho “historia” en nuestro medio, no únicamente como una artista originaria, sino también, porque habría sido una de las pocas mujeres que nos han representado como país, en un evento de gran envergadura y cuyas características se ajustan mejor plástica y conceptualmente al tema de la bienal “ Extranjeros por todas partes”.
-En suma, ¿lo más significativo de las artes visuales de este 2023?
– Lo que más destacaría, sin lugar a dudas, es el retorno a las salas de grandes artistas peruanos tales como: Gonzalo Plufcker, Rhony Alhalel, María Gracia de Losada y Juan Pastorelli; aunque dentro de una coyuntura donde los criterios actuales le otorgan mayor valor al «facilismo» técnico y discursivo (al denominar como pintura a algo que no lo es); por lo tanto, estos artistas, son importantes referentes del arte peruano del siglo XX que aún se mantienen activos y vigentes en la actualidad, cuya calidad se impone frente a un arte peruano contemporáneo en franco declive, que esperemos, sea solo triste etapa y que el circuito se fortalezca bajo criterios sin sesgos de cualquier índole.
Sobre Rosa María Vargas Romero
Doctora en Historia de la Universidad de Tarapacá en Arica, Chile; Magíster en Historia del Arte por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Licenciada en Historia por la Universidad Nacional “Federico Villarreal”. Asimismo, es profesora de Historia en la Universidad Tecnológica del Perú. También es docente del Diplomado de Historia del Arte y de Museología en la Universidad “La Salle” de Arequipa. Es, además, consultora de arte para la galería Loviart.
En el año 2019 publicó el libro: Charo Noriega en la abstracción pictórica, 1995-2016 (USA, Lulú Press, 2019), basado en su tesis de magister siendo hasta el momento el único libro acerca de la trayectoria y obra de esta destacada artista peruana. Desde hace 11 años se dedica a la curaduría de exposiciones de arte y de carácter histórico del mismo modo incursiona -desde hace más de una década- en la crítica de arte a través del blog: Rosa María Vargas, Historia y Arte. Desde el año 2021, forma parte de la Asociación de Curadores del Perú.
Tiene en su haber diversas participaciones en conferencias, congresos y coloquios nacionales e internacionales. Las líneas de investigación que ha venido desarrollando incluyen: Historia del arte peruano: republicano y contemporáneo (último tercio del siglo XIX y todo el siglo XX y XXI), Historia del Perú contemporáneo (siglo XX).
Muy lúcida reflexión y un llamado a los artistas jóvenes a encontrar referentes artísticos en expresiones visuales que van mas allá del ingenio y se centran mas en el conocimiento de nuestra cultura nacional y universal. Gracias por iluminar el panorama y felicitaciones a todos los artistas que merecen mención.