Celebremos a Laura Riesco y a su “Ximena de dos caminos”

Este 2025, se conmemoran los 85 años de Laura Riesco, considerada una de las narradoras más relevantes del Perú del siglo XX y los 31 años de Ximena de dos caminos, “una obra de extraordinaria factura artística”, según el crítico Ricardo González Vigil. Justamente, para charlar al respecto contactamos con la académica Ana María Luszczynsky, hija de la autora y las escritoras peruanas Giovanna Pollarolo, Carmen Ollé, Victoria Guerrero y Carolina O. Fernández, quienes nos hablaron al respecto. Fotos de las autoras: Rosana López Cubas

Hace unos días visitó el país Ana María Luszczynsky Riesco, hija de Laura Riesco (1940-2008), quien se sumó a las celebraciones por los 85 años de Laura Riesco y los 31 de Ximena de dos caminos (1994), su novela cumbre. Justamente, la editorial Penguin Perú, organizó una mesa de diálogo al respecto con la participación de Diana Miloslavich, Kathy Subirana (Moderadora), Victoria Guerrero Peirano, quienes charlaron sobre la novela y su autora.

Precisamente, para sumarnos a esta actividad conmemorativa, Lima en Escena charló con las académicas y escritoras Ana María Luszczynsky, Giovanna Pollarolo, Carmen Ollé, Victoria Guerrero y Carolina O. Fernández.   

Ana María Luszczynsky (hija de Laura Riesco)

La publicación de una nueva reedición de la novela Ximena de dos caminos, publicada originalmente hace 31 años y considerada una de las más importantes del siglo XX en el Perú, el país de origen de mí madre, es un hecho importante. Significativo por las temáticas que aborda y por su vigencia indudablemente. Enseño Literatura en los Estados Unidos, país en donde la novela se publicó en inglés. Mis estudiantes disfrutan de su lectura por sus temáticas de reflexión. Son asuntos actuales y relevantes.

Laura Riesco, mi madre, esta presente en este libro. La leo siempre y su recuerdo está en mi permanentemente. Ella hablaba siempre sobre algunos temas que están presentes en Ximena de dos caminos.      

Giovanna Pollarolo (Escritora)

Con solo dos novelas publicadas, El truco de los ojos (1978) que fue ignorada o silenciada por la crítica tal vez por su propuesta que rompía los cánones convencionales de la narrativa de entonces, y Ximena de dos caminos (1994) que sorprendió a esa misma crítica y le dio el lugar que se merecía, Laura Riesco es una de nuestras grandes escritoras. Dueña de una voz propia y de un universo que exploró con un lenguaje original y desde perspectivas no transitadas, nos enseñó nuevas formas de mirar y de percibir nuestra realidad.

Recuerdo que cuando leí Ximena de dos caminos yo trabajaba en la Revista DEBATE y dedicábamos algunas páginas a temas vinculados con la literatura y el arte. Me impactó la manera sutil y nada complaciente ni estereotipada como abordaba, desde los ojos de una niña, temas vinculados con nuestra realidad, con nuestras fracturas sociales, el racismo, el poder y, finalmente, sobre el acto de escribir. Conseguí su correo electrónico y le pedí una entrevista. Fue muy amable, muy generosa. Le mandé las preguntas (en esa época no soñábamos con el zoom ni las videollamadas) y las respondió con sinceridad y alejada de posturas intelectuales. No soy una escritora, dijo; soy una mujer que escribe. Se equivocaba: Laura es una de las más valiosas escritoras de la literatura, no solo peruana.

Carmen Ollé (Escritora)

Creo que desde la mirada infantil de una niña en Ximena de dos caminos se narran dos mundos que no se conectan, el occidental urbano y el rural campesino. Su técnica permite que la narradora, alter ego de la autora le preste ojos y oídos a la niña, quien nos ofrece un interesante panorama social del Perú a mediados del siglo XX.

Laura Riesco es una escritora sensible, auténtica en su vocación literaria, deja una imagen de mujer poco interesada en el ruido mundano.

Victoria Guerrero (Escritora)/Foto: Dominique Souse

Ximena de dos caminos (1994) de Laura Riesco es una novela que subraya esa dualidad en que se encuentra el personaje de Ximena, una niña costeña, hija de un funcionario, que vive en la sierra, y, por lo tanto, su contacto con el mundo andino es mágico, pero también brutal. El valor literario de la novela es mucho, tanto por el lado de la trama como por el lingüístico. Se trata de una novela que forma parte de varias tradiciones de la literatura peruana del siglo XX. La primera es la de las novelas cuyo centro es el mundo andino, sus conflictos e injusticias, pero también su rica historia e imaginería, deudora de obras como Los ríos profundos o País de Jauja. Por supuesto, también es pionera en la construcción del personaje infantil femenino, hecho que destaca en nuestro medio, pues tenemos muchas novelas y cuentos desde la mirada infantil masculina, como Warma Kuyay, Paco Yunque, La casa de cartón o Un mundo para Julius, solo para mencionar a los más conocidos, pero muy pocos desde la mirada de una niña precoz y vivaz, como Ximena; y, finalmente, porque Laura Riesco —aunque viviendo fuera del Perú y con solo dos novelas— forma parte de esa importante generación de narradoras del siglo pasado como Pilar Dughi, Mariella Sala, Carmen Ollé y Patricia de Souza, entre otras.

Laura Riesco es una narradora que escribió para poder sostenerse en un mundo que, quizá, le fue emocionalmente adverso. Su salida abrupta del Perú a los 18 años y la ruptura de sus lazos afectivos la llevó a dedicarse a las palabras, a buscar en ellas esa memoria infantil y adolescente como una forma de rescatar sus propias vivencias. Esto también explica que buscase que sus libros El Truco de los ojos (1978) y Ximena de dos caminos (1994) —las dos novelas que publicó en vida— saliesen a la luz en Perú y que, además, ambos tuviesen como personajes centrales a niñas. Esto constituye, sin duda, una forma de mantener ese contacto afectivo con su lengua materna a través de la creatividad literaria. Ella misma afirma en su artículo “Al rescate de la palabra y de un Perú lejano”, que su primera novela fue un “grito hondo”, una manera de recobrar sus propios recuerdos de un Perú convulso, pero también afectuoso, en personajes como el Ama Grande, por ejemplo.

 Carolina O. Fernández (Escritora)

A más de cien años de la primera publicación de Aves sin nido, (Matto de Turner, 1889), en Ximena de dos caminos (Riesco, 1994) se insiste en las abismales e injustas desigualdades que discriminan, oprimen y explotan a las mujeres, a las poblaciones indígenas y trabajadoras, a las niñas y niños en un espacio sociocultural y territorial como La Oroya, Lima e Ica. El campesinado antes dedicado a sus tierras ha sido despojado de ellas para convertirlas en centros mineros, pero sus recursos simbólicos y culturales permanecen vivos. Frente a la coexistencia violenta de una diversidad de culturas con la hegemonía de un grupo étnico social mestizo ablancado que tiende a emular a los ‘gringos’ hasta transmutarse en una imagen de estos, pues sus subjetividades están imbuidas de racismo y clasismo. En el libro no se plantea un proyecto que homogenice e integre a la patria fragmentada con una mirada monocultural (proyecto dominante desde la mirada de la modernización patria/rcal), sino más bien abre la posibilidad de una convivencia que respete la heterogeneidad cultural, el derecho a la auto representación de los cuerpos y pueblos subyugados cuestionando las profundas desigualdades socio económicos, el orden social patriarcal, la violencia estructural y de género. El encuentro y conocimiento mutuo de Ximena y Pablo, un niño indio representa esta posibilidad.

Ximena de dos caminos (1994), al igual que Aves sin nido, tiene como organizador de los principales acontecimientos argumentales a la familia. Se trata de una familia del Valle del Mantaro, en la que se entrecruzan las relaciones espacio temporales. Ximena, una niña de aproximadamente cinco años que no sabe leer ni escribir, se deleita por igual (sin distinciones jerárquicas) al ver las láminas de la enciclopedia de su padre como al escuchar los relatos de su Ama Grande, mujer de origen quechua que la cuida. El Ama Grande es también su madre. No se conocen los apellidos paternos ni maternos de Ximena, solo se sabe que su padre se llama Enrique. La madre parece provenir de una familia tradicional terrateniente en decadencia. La familia de Ximena supone la coalición de los intereses señoriales (representados por la madre), con los intereses políticos y económicos de una fracción burguesa representada por el padre funcionario de la empresa minera, sujeto a los dispositivos del capital norteamericano. Se trata de la configuración de una familia que forma parte de la oligarquía peruana.

Las fotografías se convierten en fuentes de la memoria familiar. Ximena recurre a ellas para identificar a sus ancestros. En las fotos, las señoras aparecen con sombrillas y con las caderas postizas, los varones ostentan sus leontinas de oro. Mujeres y varones tienen una postura exageradamente erguida y una seriedad hierática. La única que disuena es la abuela, pues “desde muy niña tiró el decoro, para vivir como le dio la gana”. Así lo afirma la tía Alejandra en un diálogo con la madre de Ximena. A través de las familias se exploran la heterogeneidad económica y sociocultural, los tramos finales del orden señorial, el orden oligárquico, las desigualdades, la violencia patriarcal, el mundo emocional y las relaciones de género, la cosmovisión indígena que se resiste sin ser autárquica a través de los ojos de Ximena y de Pablo, el niño indio que sufre la violencia estructural racializada, económica y sociocultural. Ximena, entre el terror que le produce el fuego, los disparos y las explosiones en el centro minero en el que es funcionario su padre, y los maravillosos y terroríficos relatos del niño, comprueba las abismales desigualdades que los separa y los acerca.

No conocí a Laura Riesco en persona sino por la lectura de Ximena de dos caminos, libro que leí por primera vez en 1996 y fue uno de los textos que abordé en la tesis que concluí en 1997 como culminación de la maestría que efectué en Literatura y en Estudios de la Cultura en la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito, finalmente publicado en 1999 por la misma universidad. Pueden consultarlo en su repositorio 1. Me parece que el aporte de Laura Riesco es muy valioso para la visibilización y comprensión de la realidad peruana e indoamericana, pues configura en la recreación literaria los aspectos simbólicos /psíquicos y sociales que conforman a los individuos y las culturas social e históricamente en nuestro país, desde la visión de la niña que fue ella misma en La Oroya, en Lima e Ica. Es una mirada retrospectiva que siento que fue escrita como si hablara con su yo interior de acontecimientos diversos y dolorosos que marcaron su vida en la infancia. Su lectura me hizo retroceder a mi infancia y rememorar todos aquellos aspectos comunes que sufrimos las mujeres sobre todo si procedemos de las sociedades andinas y populares.  Ximena de dos caminos es una de las mejores novelas escritas en los 90 del siglo XX en Perú.

Sobre la novela/Foto: Penguin Perú

Considerada una de las novelas más importantes de la última década, Ximena de dos caminos narra las vivencias de una niña de cinco años en un campamento minero de la sierra del Perú. Ximena, una niña precoz, aunque inocente y sentimental, percibe las diferencias existentes en este mundo y proporciona una inquietante visión del mundo andino. Esta obra es rica en cuanto a su visión social y de género debido a la agudeza con la que se tratan ciertos episodios que atañen a estos campos.

 Sobre la autora/Foto: Penguin Perú

Laura Riesco Malpartida es una escritora y novelista peruana. Nació el 25 de febrero de 1940 en La Oroya, Yauli, Junín (Perú) y falleció el 14 de noviembre de 2008 en Lexington, Kentucky (Estados Unidos). Es una de las voces más importantes de la narrativa latinoamericana. Estudió Lenguas Modernas en la Universidad Estatal Wayne en Detroit, Míchigan (Estados Unidos) y fue profesora de Semiótica y Teoría Literaria. Su primera novela El truco de los ojos (1978), estuvo influenciada por el noveau roman. En 1994 publicó Ximena de dos caminos. Murió antes de culminar su última novela basada en la vida de su abuela croata, La tentación de Miroslava Cupranovich.

Periodista y fotógrafa. Siguió la carrera de Comunicación Social y Periodismo Económico. Laboró en los diarios La Voz, Síntesis, Gestión y en la revistas Oiga. El 2000 fundó el portal digital MIAMI EN ESCENA (Florida, Estados Unidos) en donde radicó 10 años. A su retorno al Perú crea el magazine online LIMA EN ESCENA.