Rafael Dumett: “Camasca es una obra curativa y nos limpia de un malestar social”

Después de 20 años retorna a la escena teatral peruana uno de nuestros dramaturgos contemporáneos más significativos y autor además de de la emblemática obra «Números Reales»

Atahualpa, en guerra con su hermano Huáscar, pide la confirmación de su victoria al oráculo del cerro Catequil. Tres veces se la niega, lo que desencadena una reacción violenta y fatal. Una mirada contemporánea inspirada en un momento histórico. Camasca, de Rafael Dumett, es la obra ganadora del 7mo. Concurso de dramaturgia peruana “Ponemos tu obra en escena” 2018, que en estos momentos figura en la actual cartelera teatral. La obra es acerca de la corrupción. ¡No se la pierdan!

Al respecto, Lima en Escena charló con el lingüista y dramaturgo Rafael Dumett, autor de esta interesante pieza de teatro, quien radica en Estados Unidos. En estos momentos se encuentra en Lima participando de una serie de eventos relacionados con la presentación de la segunda edición de su novela «El espía del inca» y del estreno de Camasca.

-Rafael, vuelves al teatro después de dos décadas con el estreno de la puesta en escena Camasca…

-Dejé de escribir teatro por hartazgo personal. En ese momento estaba cargado de una serie de frustraciones con el medio teatral. Ahora lo pienso y considero que eran engreimientos fuera de lugar. Escribir teatro en el Perú es difícil. Se necesita de muchos sacrificios. Llegó un momento en el que me cansé de esos sacrificios…

– ¿Cómo te sientes ahora a propósito del estreno de Camasca, obra teatral que ganó 7mo. Concurso de dramaturgia peruana “Ponemos tu obra en escena”?

-Ahora estoy listo para cumplir cualquier sacrificio. Si hay un proyecto que me interese y puedo ser parte de la regla de juego me sumo. Mi salida del teatro coincidió con un período en que el teatro era local. Actualmente -en este mundo globalizado- uno puede estar en contacto con el lugar de origen. Pese a las distancias podemos seguir todo lo que ocurre en nuestro país. Te siguen además personas que viven ahí. No era el caso cuando abandoné el Perú por segunda vez.

– En retrospectiva. ¿Fue difícil montar Números Reales?

– ¡Muy difícil! Alberto Isola intentó trabajar y estrenar la obra en tres ocasiones. A la tercera fue la vencida. ¿Te imaginas? Él tuvo enormes dificultades. Inclusive llevamos técnicas concretas para poder concretarla. En la actualidad todos recuerdan “Números Reales” como un montaje clásico. Sin embargo, difícil hacerla en su momento. ¡Eso no lo voy a olvidar nunca!

-No todo se quedó en la emblemática y ahora considerada una las obras mas importantes del teatro peruano contemporáneo, ¿no?

– ¡No! Después trabajé con July Natters y Los Mojarras en un montaje que se llamó “El juicio final”. A partir de las dificultades de ese montaje me dije: “ya no quiero hacer esto nunca más”. Me retiré.

– En esta complicada coyuntura viajas a Estados Unidos…

-Sí… Viajé con mi esposa a Estados Unidos. Ella es cineasta. Fue difícil también. Allá no tenía contacto con el teatro. No tenía la menor idea qué cosa iba a decirles a los norteamericanos en materia teatral. No los conocía. Nunca pensé que les interesaba lo que tenía que decir. En ese momento con mi esposa hicimos la película ‘Both’ (2005). La protagonista es un personaje intersexual. A partir de esta experiencia empecé a direccionar mi trabajo al campo de las artes visuales, las artes cinematográficas. Cuando ya habíamos terminado de hacer la producción y estábamos pasando a la fase de la postproducción me dijeron que era libre para hacer lo que quiera y fue ahí que me dediqué a la novela «El Espía del Inca».

-Feliz, dedicado a otras tareas artísticas: el cine y la literatura…

– ¡Claro! En todo este tiempo no pensaba absolutamente en el teatro porque era un sendero de mi vida que había abandonado. ¿Qué pasó con Camasca? … Fue una casualidad de la vida. Dramatúrgicamente me interesó un tema fundacional de nuestra historia como es la captura y muerte del inca Atahualpa y derivar en una anécdota me hizo volver a escribir una obra de teatro de una manera muy griega.

– ¿Griega…?

– ¡Sí! Camasca es una obra muy griega. A propósito del teatro griego debo reconocer la formación sólida que recibí del curso de dramaturgia. Justamente tuve como profesora de teatro griego a Susana Reisz, una académica increíble. Hacer la obra me remontó a todo lo aprendido sobre el teatro griego a nivel dramatúrgico.

-Rafael, afirmas que dramatúrgicamente no trabajaste Camasca pensando en la actual corrupción imperante en nuestro país.

– ¡En absoluto! Camasca es una obra netamente catártica. ¿En qué consiste esta catarsis? Es un tema, un término asociado a la purificación, a la elevación… Proviene de la terminología médica que literalmente quiere decir purga a propósito de una conmoción social. Camasca, es como como un enema curativo, nos limpia de una enfermedad social. Precisamente esa enfermedad social es la corrupción.

-Disculpa qué insista. Camasca nos habla abiertamente de corrupción…

– Ojo que al escribir Camasca no pretendía hacer ninguna alegoría concreta a ningún evento especial. Simplemente deseaba provocar. Provocar este proceso catártico. Camasca muestra la relación entre el poder autoritario que quiere corromper a todo lo que encuentre a su paso y las consecuencias que ello produce son absolutamente trágicas.

– Después de unos días del estreno oficial… ¿Cómo observas Camasca?

-Como un laboratorio. A través de este laboratorio deseo saber qué piensa, qué siente el público. Cuál es su percepción después de ver una obra de teatro de Dumett escrita después de muchos años. Para mí fue una enorme sorpresa ver que en el año 2015 “Números Reales”, una obra que había escrito a inicios de los ochentas y noventas tenía tanta resonancia entre los jóvenes de ahora. Me refiero a la puesta que estrenó y dirigió Diego López Francia. Este reestreno realmente me conmovió, me reanimó.

-Mientras empezamos nuestra charla me comentaste que estabas contrariado por un hecho coyuntural político lo cual te llevó a escribir Camasca desde lo catártico…

– Escribí literalmente esta obra para sacarme la mierda de encima por los sentimientos profundos de indignación que me causó la traición máxima del presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien indultó al señor Fujimori. Con esta medida prácticamente echó al tacho todo un proceso que había costado años para poder inculparlo por todos los crímenes de lesa humanidad que cometió. Kuczynski no participó en este proceso, por el contrario, incitó a votar por Keiko Fujimori en la elección anterior. Qué desvergüenza tan grande. Escribí esta obra para no enfermarme. Ojalá la obra produzca esta catarsis en el público. Si Camasca ayuda a que la gente no se enferme por la corrupción imperante en nuestra sociedad me daré por bien servido.

-Finalmente. No es casual que Camasca cuente con un elenco de lujo encabezados por Marcello Rivera, Irene Eyzaguirre Rojas…

– ¡Son extraordinarios! Este año se cumplen 25 años desde que Marcello Rivera protagonizó “Números Reales”. Ahora, una vez más lo tengo como protagonista de “Camasca”, una obra mía. Una especie de cierre de ciclo. También esta Irene Eyzaguirre Rojas. Extraordinaria actriz. Fue mi compañera de promoción en el TUC. Es más, escribí el rol de la madre de “Números Reales” para ella. Sin embargo, por razones de compromisos profesionales no podía estar presente. En general, con todos los otros actores tengo una relación cálida, bonita…

Camasca
Autor: Rafael Dumett
Dirige: Daniel Goldman (UK/Francia).
Elenco: Marcello Rivera, Juan Carlos Morón, Irene Eyzaguirre, Iván Chávez, Anaí Padilla y Verony Centeno.
Temporada: hasta el 5 de agosto
Funciones: de jueves a lunes a las 8:00 p.m.
Lugar: Teatro Británico
Jr. Bellavista 527, Miraflores
Entradas: Teleticket de Wong y Metro, y en la boletería del teatro