Por una urgente reposición de Milagros Saldarriaga

Carmen Ollé, Miguel Rubio, Victoria Guerrero Peirano, José Carlos Agüero, Daniela Alcalde, Sandro Chiri, Jéssica Rodríguez, Víctor Vich y Rocío Palacios, expresan su consternación ante radical medida que afecta el notable trabajo de la Casa de la Literatura Peruana

Foto: Caslit

Una de las principales personalidades del ámbito cultural peruano, Milagros Saldarriaga Feijoo, directora de la Casa de la Literatura Peruana (Caslit), fue cesada intempestivamente de sus funciones por disposición de la viceministra del Ministerio de Educación, Miriam Janette Ponce Vértiz, en lo que expertos del sector señalan como una medida errática de la nueva administración del Ministerio de Educación (Minedu).

Justamente, a propósito de esta inesperada disposición ministerial, los trabajadores de la Caslit han difundido un pronunciamiento en el que expresan su rechazo ante esta decisión. Este está abierto para adherentes, ha recogido la firma y el apoyo de numerosos artistas e intelectuales del Perú. Asimismo, se han sumado a esta iniciativa una serie de grupos independientes vinculados al sector.

Lima en Escena recogió los puntos de vista sobre este lamentable hecho de una serie de personalidades de diversa especialidad del segmento artístico cultural, quienes nos ofrecieron sus declaraciones.

Carmen Ollé (Escritora). Foto: Rosana López Cubas

Resulta chocante que el Ejecutivo, desde la gestión de Castillo, y ahora con Boluarte, tenga esa pésima costumbre de destituir a buenos funcionarios de la noche a la mañana, lo hicieron incluso por wasap con el ministro de educación Juan Raúl Cadillo León, que tenía todos los méritos. No parece muy serio. Y ahora lo hacen con Milagros Saldarriaga, directora de la Casa de la Literatura Peruana, cuyo trabajo es impecable e importante. A lo largo de todos estos años su gestión ha permitido que la ardua labor que realiza la Caslit en disciplinas como la Literatura, las Artes Visuales, Escénicas, Orales, estén a la vanguardia y al servicio de nuestra comunidad, nuestros estudiantes, de manera gratuita, como debe ser. Por otra parte, cómo aceptar un reemplazo que venga de un gobierno que podrá ser legal, pero es ilegítimo.

Miguel Rubio (Director de Yuyachkani). Foto: Rosana López Cubas

Es alarmante la inesperada e incomprensible destitución o cese de las labores de Milagros Saldarriaga, directora de la Casa de la Literatura Peruana, uno de los pocos espacios auspiciosos, estimulantes, de una gran amplitud de ideas en el campo de la literatura, las artes visuales, las artes escénicas. Particularmente, sus diversas publicaciones distribuidas gratuitamente a la comunidad, a los escolares o estudiantes universitarios sobre nuestro historial literario merecen un reconocimiento y respaldo absoluto. Recuerdo la versión facsimilar de la autobiografía de Magda Portal. Una personalidad significativa. Fue política, feminista, poeta, ensayista, periodista. Tener un ejemplar de esta valiosa publicación es un lujo. Asimismo, un honor para los públicos que visitan la Casa de la Literatura Peruana ver y escuchar a los narradores orales tanto del país como de otras partes del mundo en sus recurrentes encuentros y festivales internacionales. Una experiencia sin igual escuchar a todas y todos estos artistas que como ninguno cultivan esta tradicional disciplina. En algún momento observé a jóvenes estudiantes ansiosos por consultar la Biblioteca Mario Vargas Llosa. Milagros Saldarriaga y todo su equipo realizan un valioso trabajo al frente de esta institución pública. Espero que las autoridades pertinentes sepan escuchar el reclamo de todas y todos los artistas, la comunidad y los trabajadores de la cultura que estamos profundamente alarmados. Particularmente, siento que como país tenemos la vocación de dispararnos a los pies. De violentar aquello que funciona. No sé cuáles han sido los criterios para destituir a la directora de la Casa de la Literatura Peruana. Estoy preocupado, conmovido. Toda la comunidad de teatro independiente acabamos de firmar un comunicado al respecto. De otro lado, observo que en las redes sociales hay una unánime postura de reconocimiento del impecable trabajo que se hace en la Casa de la Literatura Peruana con los escasos recursos que le asigna el estado.

Victoria Guerrero Peirano (Poeta). Foto: Dominique Souse

Para mí es muy sospechosa esta destitución intempestiva. El contexto que estamos viviendo hoy día y lo sucedido en la Universidad Nacional de Música y el Ballet Nacional prende, más bien, las alertas de lo que podría suceder con los proyectos y la dirección de la Casa de la Literatura Peruana (Caslit). La Caslit es un lugar que ha democratizado el espacio literario y ha creado públicos diversos, que ha puesto su empeño en visibilizar escritores poco visitados, pero también ha permitido que nos acerquemos al trabajo de las y los escritores consagrados a través de una práctica pedagógica. La Caslit ha sabido mantenerse activa a lo largo del tiempo debido a la ambición de sus objetivos y a la profesionalización de sus integrantes. De allí que una presencia como la de Milagros Saldarriaga haya sido fundamental para que en estos diez años todo esto suceda. La gestión de Milagros ha sido impecable. Siempre conquistando espacios, convirtiendo a la Casa de la Literatura Peruana en un lugar de reunión de pequeños y grandes, de personas íntimamente ligadas a la literatura y de un público ávido de conocer historias. He admirado mucho su trabajo. Sobre todo, el haber convertido a esta institución en un lugar vivo porque las formas en que se han transmitido los textos han sido infinitas: exposiciones, guiados, mapas, archivos, premios, trueques de libros, conversatorios, presentaciones, festivales y encuentros de narradores orales, talleres diversos, cortos, entre otros. ¿Qué otra institución pública podría decir lo mismo?

José Carlos Agüero (Historiador). Foto: Rosana López Cubas

El cese Milagros Saldarriaga, directora de la Casa de la Literatura Peruana, debe entenderse como acciones que eliminan instituciones que no funcionan como parte del aparato de control y propaganda de este régimen. Esta medida es política. Este régimen se sostiene en la mentira abierta, en la manipulación y exaltación de algunos valores extraordinariamente conservadores y en algunos casos fanáticos. Por ejemplo, este gobierno esta seguro que está aquí para salvar a la patria, para luchar contra el enemigo interno, externo, para rescatar a la democracia de sus enemigos y para cohesionar a todas las fuerzas nacionales en contra de estos males. Este tipo de discursos tan conservadores son enemigos de la reflexión y necesitan la adhesión irreflexiva de la ciudadanía motiva por el miedo, la manipulación, el simple vehículo de las emociones. Instituciones como la Casa de la Literatura Peruana y algunos otros espacios en donde todavía se puede pensar y promover el pensamiento no son funciones en esta actual coyuntura que vive el país en esta coalición conservadora que nos gobierna, esta coalición autoritaria. Esta es la razón por la cual esta en su lupa la Defensoría del Pueblo, la Universidad Nacional de Música, la SUNEDU, el Lugar de la Memoria (LUM), que pende de un hilo, y ahora, la Casa de la Literatura Peruana. Estas instituciones serias y profesionales no forman parte de campañas políticas, todo lo contrario, se promueven con solidez, se trabaja para que jóvenes escolares, universitarios y ciudadanos en general, puedan abrirse a un pensamiento crítico y encontrar las soluciones para su vida cotidiana en sus hogares y comunidad. Estos espacios destacan porque en ellos aun habitan un pensamiento crítico con estándares de alta calidad. Ni el pensamiento crítico, la reflexión, ni los estándares de ningún tipo son temas de interés de quienes nos gobiernan.

Daniela Alcalde (Editora, educadora y especialista en LIJ). Foto: archivo personal

Considerando el antecedente de lo ocurrido en la Escuela Nacional de Música, lo encuentro sumamente preocupante. La Casa de la Literatura Peruana lleva años trabajando en numerosos proyectos e iniciativas valiosas para la comunidad, cuyo impacto sin duda responde a una política de trabajo sostenida y en constante proceso de mejora. Es justo eso lo que tanta falta hace en las instituciones estatales. En los últimos años han desfilado un sinfín de presidentes, ministros y autoridades en el Estado. Todos esos cambios solo generan más inestabilidad y hacen casi imposible sostener en el tiempo iniciativas en favor de los peruanos. Lo más preocupante ahora es el riesgo inminente de que todo lo avanzado en la institución se quede estancado y pase al olvido. ¿Por qué cambiar a un funcionario o funcionaria público preparado con visión y que da resultados?

Creo que la gestión de Milagros Saldarriaga ha sido sumamente eficiente porque, junto a su equipo, logró qué la Casa sea un espacio para todos a través de sus diversos servicios, programas y exposiciones modernas y didácticas que le permitieron al público especializado y no especializado acercarse a la riqueza de nuestra literatura. Es difícil resumir el gran aporte de la Caslit en los últimos años. Sus servicios integran desde bebés hasta personas de tercera edad, maestros, ilustradores, editores, escritores, artistas plásticos y escénicos, todos unidos por nuestra literatura en su sentido más amplio y acogidos por el maravilloso equipo liderado e inspirado por Milagros.

Sandro Chiri (Poeta). Foto: archivo personal

Es un despropósito cesar a una funcionaria del Estado que cumple magníficamente su rol. En los últimos años, Milagros Saldarriaga Feijóo ha impulsado una diversidad de actividades: exposiciones, publicaciones gratuitas, el programa de los abuelos y abuelas cuentacuentos, promoción de la lectura, visita de miles de escolares cada año, capacitación para profesores de escuelas, talleres y seminarios literarios gratuitos, congresos de escritores, y un sinfín de actividades afines, con un presupuesto realmente bajo si lo comparamos con los que manejan las instituciones culturales del Estado en México, Brasil o Chile.

Gracias a la seriedad y rigor de su labor, la Caslit ha recibido archivos en físico o virtuales de escritores como Alejandro Romualdo o Blanca Varela; además de donaciones de obras artísticas de gran valía con retratos de César Vallejo, Francisco Bendezú, Rodolfo Hinostroza o Javier Heraud. Además, la magnífica biblioteca Mario Vargas Llosa de la Caslit atiende al público de martes a domingo en un espacio físico acogedor, iluminado y con estantería abierta. La creación del Premio Nacional Casa de la Literatura Peruana que reconoce la labor y/o producción literaria de un escritor o escritora, editor o promotor de las letras de nuestro país. Detrás de cada logro existe un trabajo titánico de gestión que Milagritos Saldarriaga ha sabido capitanear con una mezcla de elegancia y energía. Por todo lo expuesto, ella debe ser repuesta en sus funciones como directora de la Casa de la Literatura Peruana.

Jéssica Rodríguez (Académica, escritora y editora). Foto: Rosana López Cubas

Tengo la mejor impresión del trabajo de Milagros Saldarriaga y su equipo en la Casa de la Literatura Peruana. Creo que durante su gestión se impulsaron programas innovadores de mediación cultural y literaria que lograron convertir la antigua Estación de Desamparados en una casa hermosa, acogedora e intercultural, donde todos podemos tener un lugar para aprender, leer, crear, investigar, difundir o mediar. Son numerosos los proyectos que se han desarrollado en estos casi diez años, pero podría destacar las exposiciones, por la calidad de las curadurías y los recorridos mediados, la creación del premio Caslit, los encuentros y talleres de investigación y escritura creativa, los programas para maestros, familias y estudiantes. Creo que Milagros Saldarriaga nos ha mostrado una forma de gestión de la cultura al servicio de todos los ciudadanos que no deberíamos ser mezquinos en reconocer.

Víctor Vich (Crítico literario y ensayista). Foto: archivo personal

La destitución es vergonzosa. Un ejemplo más de que en Perú las cosas que funcionan bien siempre se boicotean para imponer la mediocridad y, muchas veces, la corrupción. Dolorosa noticia. Indignante. Explicación extendida pulse aquí

Rocío Palacios (Profesora y mediadora de lectura). Foto: archivo personal

Considero que la gestión de Milagros Saldarriaga, directora de la Casa de la Literatura Peruana, es admirable porque ha logrado generar un espacio innovador de mediación cultural y literaria que hacía falta en el país. La Caslit es un espacio de encuentro que impacta en muchas vidas a través de los diversos proyectos que ha generado en estos años y del notable equipo que ha formado. Destaco el Laboratorio de investigación creativa, los cursos y seminarios ofrecidos por el Área Educativa Caslit, los recorridos mediados en las exposiciones, la sala Carlota Carvallo, las contribuciones a la creación de Mapas Literarios en Lima y regiones, los congresos anuales de Literatura Infantil y Juvenil, el espacio reflexivo sobre el Plan Lector que congregó profesores de diversas regiones y la destacada contribución en la Cátedra de Lectura, Escritura y Bibliotecas. La Casa de la Literatura Peruana es acogedora, bonita, cálida, intercultural y todos tenemos allí un lugar para leer, investigar, mediar, difundir, intercambiar, escribir, entre otros. La labor de Milagros Saldarriaga y de su equipo crean comunidades de lectores y lectoras entre niños, ancianos, jóvenes, profesores, entre otros. Rechazo el cese de la buena gestión, por el contrario, considero que merecen más apoyo para seguir concretando sus proyectos y ocasiones concretas para articular sus aportes con las direcciones de Educación Básica de MED. El saber y materiales producidos por la Caslit en estos años tiene muchos elementos valiosos para contribuir a la educación escolar. Merecen más apoyo y no un cese.

Periodista y fotógrafa. Siguió la carrera de Comunicación Social y Periodismo Económico. Laboró en los diarios La Voz, Síntesis, Gestión y en la revistas Oiga. El 2000 fundó el portal digital MIAMI EN ESCENA (Florida, Estados Unidos) en donde radicó 10 años. A su retorno al Perú crea el magazine online LIMA EN ESCENA.