El director Miguel Rubio Zapata y los miembros del elenco Amiel Cayo, Ana Correa y Augusto Casafranca nos dicen por qué es importante, después de casi 20 años, la reposición de Santiago, creación colectiva de Yuyachkani y Peter Elmore
“La guerra ha terminado, pero ¿cuándo comienza la paz?”
Los tres últimos habitantes de un pueblo casi fantasmal en los Andes del Perú, en un acto donde se unen la desesperación y la esperanza, deciden sacar en andas la efigie del Apóstol Santiago, buscando revivir una ceremonia abandonada durante los quince años anteriores. Así, a la sombra de un ritual a la vez interrumpido e inminente, se construyen las imágenes, las tensiones y las circunstancias de Santiago.
Al respecto, Lima en Escena charla con el director y el elenco de la puesta en escena Santiago.
Fotos: Adrian Adrián Alcócer
Miguel Rubio (Director)
Para nosotros, especialmente quien te habla, tiene sentimientos encontrados. Por un lado, es el sentir, el privilegio que un grupo añejo como Yuyachkani tenga un repertorio y podamos hacerlo. Por otro lado, hay que reconocer que hemos aprendido poco de lo vivido a lo largo de nuestra historia. De lo doloroso que fue el conflicto armado interno. Mientras sigamos con vida y con fuerza vamos a reponer de manera permanente nuestro repertorio. Justamente ad-portas de las celebraciones por el Bicentenario estrenar el repertorio de las obras de los Yuyas es fundamental. Me parece que los jóvenes deben conocer todo lo que nos pasó, saber de todo este repertorio. Nos interesa compartir nuestras obras con ellos.
Nunca me imaginé que el nombre Yuyachkani, que quiere decir: “Estoy pensando/Estoy recordando”, iba a ser tan importante en nuestras vidas. Además, nunca pensamos que íbamos a quedarnos tanto tiempo en la escena local y con las ganas de seguir aprendiendo juntos. Teresa dice que somos “aprendices con experiencia”. Lo dice por nuestro afán de continuar estudiando e investigando.
Desde el principio el tema de memoria nos tocó y nos comprometió hondamente. El objetivo de Yuyachkani es dialogar con el Perú y sus problemas. Con sus sueños y esperanzas. Tener un ejercicio de pensamiento crítico siempre con nuestras vidas y con nuestra relación con el país. Razones de sobra para que el tema de memoria se torne urgente, permanente. Lo podemos ver en Santiago. Santiago nos permite ver que hay una violencia instaurada desde hace 120 años en el país. Hay que darle perspectiva a esa memoria.
Amiel Cayo
Santiago nos cuenta, nos habla de la violencia que ha vivido el Perú desde la llegada de la cultura occidental. Un encuentro violento que no debemos olvidar. Desde ese período las violencias se desarrollaron a lo largo de toda la historia del Perú. Lo más reciente fue el período de la guerra interna que en estos últimos años toma otras connotaciones en nuestra sociedad. Justamente, Santiago es importante en estos momentos, porque nos permite reflexionar sobre temas como la memoria y la urgente necesidad de reconciliarnos los unos a los otros. Si no llegamos a respetar nuestras culturas, nuestros conocimientos, no lograremos obtener la tan anhelada reconciliación. Santiago dialoga con estas problemáticas y su reposición es pertinente… ¡Es urgente!
Ana Correa
Una obra como Santiago nos permite mirar atrás y darnos cuenta cuánto le debe el Estado a este país. Cuánto se avanzó en este cruento y permanente enfrentamiento. Santiago nos recuerda este choque, esta invasión, esta conquista tan terrible y cómo se repite y atraviesa todos los estratos sociales a lo largo de los años. En este tema, el poder es un problema fundamental. En paralelo, la resistencia andina se ha ido mezclando, acomodando, entrando en este choque con otras cosmovisiones. El Estado aún no cumple con una serie de reparaciones que debe cumplir. Sin embargo, el teatro, desde la realidad y la ficción, sí nos otorga una serie de reparaciones simbólicas en relación al maltrato, a la guerra, al enfrentamiento, a la mujer como campo de batalla. Por estas razones es vital una revisión, una reposición de Santiago.
Augusto Casafranca
Ad-portas de la celebración del Centenario, hablar de esta fecha sin ver nuestra sombra sería una “necedad” ¿no?… Como diría Jung. Debemos recuperar el buen sentido que tiene la tradición andina, mirar el futuro poniendo al pasado por delante para empezar a discernir y procesar nuestras problemáticas porque en su momento no hubo tiempo. No hubo oportunidad, no tuvimos chance de mirarnos entre nosotros par ver los pendientes que hay desde la Conquista y la Independencia. Muchas cosas se quedaron inconclusas. Santiago, es un intento de compartir elementos de memoria que ennoblecen y dignifican nuestra condición de ciudadanos en una sociedad andina extraordinaria.
“Santiago”
Gran Teatro Nacional
Días: miércoles 27 y jueves 28 de marzo.
Hora: 20.00 horas.
Entradas: Teleticket y la boletería del GTN.