Melissa Torres: “Las Artes Visuales se renovaron después de la pandemia”

“Actualmente, los artistas intergeneracionales optan por desarrollar una marca propia y mostrar su obra a través de las redes, lo que les permite llegar a un público mucho mayor”, indica la Historiadora del arte e investigadora Melissa Torres en las siguientes líneas. Fotos: Yaniré Fernández Zárate

Después del período de confinamiento a propósito de la pandemia global producida por el COVID-19 que aún persiste, todos los segmentos artísticos experimentaron cambios drásticos en su día a día. Las Artes Visuales, por ejemplo, se transformó con la diversificación de las clásicas exhibiciones de arte, el surgimiento y demanda de galerías independientes, el crecimiento de artistas de las últimas generaciones, las nuevas modalidades de exhibición y venta de las obras a través de las redes sociales, entre otros. Sobre estos puntos, Lima en Escena, entrevistó a la Historiadora del arte e investigadora Melissa Torres, quien es nuestra entrevistada de hoy.

Héctor Acevedo. Obra: Mujeres con sombrilla
De la Feria Accesible Museo Amano de Miraflores

– Melissa, hoy por hoy hablar del segmento de las Artes Visuales va más allá de las clásicas exhibiciones en salas. Después de la pandemia global este nicho experimentó cambios drásticos. ¿Cuáles son las variantes de exhibición ahora?

-Hay un interés creciente por diversificar las propuestas por parte de las personas que gestionan otros tipos de proyectos expositivos. Al margen de lo institucional que bien puede partir del Estado como del sector privado; hay colectivos, agrupaciones y hacedores que desarrollan curadurías en torno a un fin específico que puede ir desde el consenso en el uso de una técnica artística o nuevos medios hasta asuntos históricos o causas sociales, por nombrar a algunos. Otro cambio considerable es el aumento de exposiciones temporales de corto plazo donde además de la exhibición de piezas de arte se generan actividades simultáneas como recitales de poesía, presentaciones musicales o conferencias, entre otras, activando un mayor flujo de público en espacios no convencionales, dando lugar a la descentralización territorial y la expansión de la cultura local.

– ¿Cómo observas el desenvolvimiento de este nicho en este 2023?

-En definitiva, tras el confinamiento y la situación general provocada por la pandemia en 2020, el segmento de las artes visuales especialmente las personas que lo impulsan —en su mayoría trabajadores independientes— han logrado introducir en la esfera pública su visión de que debe exhibirse y cómo debe presentarse, incrementando la oferta cultural, generando nuevas y mejores posibilidades tanto para los art producers como los art consumers. Desde luego, el mérito es de todos aquellos que pese a cualquier obstáculo logran llevar a término sus proyectos. En ese sentido, nos queda como espectadores o consumidores culturales darnos el tiempo y asistir a las salas o espacios alternativos, participar y valorar el producto del esfuerzo individual y/o colectivo que se genera desde una innegable necesidad por comunicar y crear comunidad a partir de intereses afines o la búsqueda de soluciones a problemáticas latentes.

De la muestra «Más allá de la forma» de la Galería Martín Yépez del Centro Histórico de Lima

– ¿Creció la demanda de obras de artistas jóvenes o de las últimas generaciones?

-El crecimiento de este apartado es una realidad, más aún si consideramos que los artistas han empezado a comercializar su obra gracias a la exposición de sus perfiles sociales. Antes del boom de las redes como Instagram o TikTok muchos de ellos debían viajar de un extremo a otro de la ciudad para solicitar una cita, y con buena fortuna, ser aceptados para exhibir sus trabajos con la promesa de una posible venta. Ahora, en cambio, artistas intergeneracionales optan por desarrollar una marca propia y mostrar su obra a través de las redes, lo que les permite llegar a un público mucho mayor. Este detalle hace posible que algunos de ellos en especial los artistas emergentes manejen precios mucho más accesibles a partir de la producción de obras seriadas o piezas utilitarias.

– En contraparte, ¿qué nos puedes decir de los artistas representativos cuya vigencia es admirable?

-Los artistas que superan el cuarto de siglo de producción ininterrumpida y que han permanecido vigentes a través de sus obras en salas nacionales y del extranjero, aquellos que se han ganado el rechazo o defensa de la crítica, merecen el reconocimiento a su tesón y resiliencia. No cualquiera, en un país como el nuestro, logra (sobre)vivir del arte si este es su única fuente de ingreso. Por supuesto, las exposiciones retrospectivas y/o antológicas son más que justas para estos profesionales que han hecho de su creatividad y el manejo de su técnica un estilo de vida. Algunos de ellos optarán por continuar su trabajo sin depender de las redes —lo que es loable porque no todos tienen que adaptarse a la tecnología— y otros seguramente emigrarán al terreno de lo digital como ya lo hacen los jóvenes para hacer uso de esta nueva vitrina para la promoción y comercialización de sus proyectos.

El grito de Gonzalo Pflücker

– Los artistas visuales tanto hombres como mujeres además de producir y exhibir sus obras ahora las venden ¿Cómo cambió este tema referido a la comercialización de piezas, un trabajo circunscrito a los agentes o las galerías?

-Es mucho más ventajoso para los artistas vender sus obras sin intermediarios. Desde luego, no es fácil en absoluto, en especial si como artista el tiempo que te toma producir y gestionar una exhibición apenas te permite disfrutar de otras actividades, o también puede resultar un reto inimaginable si las relaciones públicas te resultan agobiantes. Lo ideal es aprender un poco sobre marketing y ventas, al menos lo esencial y saber administrar tu tiempo, entonces puedes encargarte de promocionar tu proyecto artístico y generar una base de datos de clientes potenciales que seguramente llegarán a ti mediante tus redes sociales. Lo importante es que el artista que desea vender su trabajo lo valorice en función a la cantidad de dinero y tiempo que invierte en él. Una vez tasada la obra debe considerar que en caso de contar con un agente o una galería deberá redituarles una comisión que debe estar incluida en su precio neto. En la práctica este ejercicio se vuelve cada vez más sencillo y permite que el artista solo dependa de sí mismo, lo que puede resultar favorable cuando no se encuentra un agente o una galería que decida representarte de cara a compradores ocasionales o coleccionistas.

– Finalmente. Nos podrías hablar sobre el trabajo de las galerías alternativas.

-Hay mucho que decir sobre las galerías alternativas, pero trataré sobre tres puntos de ellas que me parecen más que encomiables. En primer lugar, son espacios que fomentan la transdisciplinariedad; en segundo, generan oportunidades labores a partir de los servicios que brindan; y en tercero, crean comunidad al presentar actividades inclusivas que convocan a todo tipo de público. De hecho, estos espacios son cada vez más necesarios, ya que de eso depende que rompamos el estereotipo local de los conocidos distritos culturales, todos los distritos pueden serlo con una buena base de autogestión de sus propios habitantes.

Sobre Melissa Torres Fabián

Historiadora del arte e investigadora con estudios en la maestría de Arte Peruano y Latinoamericano de la UNMSM. Especialista en Diseño Gráfico por la UNI, diplomada en Gestión Cultural por la UARM y experta en Comunicación Corporativa y Relaciones Públicas por la USMP. Miembro de la Asociación de Curadores del Perú desde el 2018 y aliada estratégica de la Municipalidad de Magdalena del Mar entre el 2021 y 2022 para la reactivación del Museo de Sitio Huaca Huantille. Ha publicado artículos especializados en artes visuales y música; diseñado y curado exposiciones para salas de arte; gestionado la prensa de actividades culturales dentro y fuera del territorio nacional; catalogado y tasado colecciones de arte para instituciones públicas y privadas en Sudamérica. Desde el 2017, funda y dirige Poliedro Estudio, empresa peruana de bienes y servicios culturales, y sus marcas Hice Proyectos (gestión cultural), Puse Prensa (comunicaciones) y Publiqué (departamento editorial).

Periodista y fotógrafa. Siguió la carrera de Comunicación Social y Periodismo Económico. Laboró en los diarios La Voz, Síntesis, Gestión y en la revistas Oiga. El 2000 fundó el portal digital MIAMI EN ESCENA (Florida, Estados Unidos) en donde radicó 10 años. A su retorno al Perú crea el magazine online LIMA EN ESCENA.