El coordinador de Vinculación Internacional del Fondo de Cultura Económica de México nos habla de los cambios que experimentarán las diversas filiales de la editorial mexicana
El Fondo de Cultura Económica (FCE), la editorial del estado mexicano y una de las más importantes de Iberoamérica se encuentra en pleno proceso de reingeniería. Esta nueva etapa de cambios coincide con la celebración de sus 85 años de vida y el estreno de nuevos directores tanto en su casa matriz como en sus filiales ubicadas en diversos países de América Latina, Estados Unidos y España.
Para el historiador, museógrafo y experto en artes visuales Marco Barrera Bassols, coordinador de Vinculación Internacional del FCE/México -quien hace poco visitó nuestro país- es urgente reestructurar la totalidad de los filiales algunas de las cuales tienen sus cuentas en rojo y un astronómico número de libros en sus bodegas. El objetivo de toda está transformación responde a la necesidad de que todas las sedes interactúen entre sí, impulsen e intercambien a sus escritores y a los autores jóvenes, amplíen su catálogo, fomenten las ediciones populares, lleguen a nuevos públicos y recuperen otros.
Gustavo Rodríguez (Director del FCE Perú) y Marco Barrera Bassols (Coordinador de Vinculación Internacional del FCE de México)
Justamente para charlar al respecto Lima en Escena entrevistó a Marco Barrera Bassols.
-Marco, usted es un experto en artes visuales. ¿Qué lo familiariza con los libros?
-Soy historiador de formación dedicado muchos años de mi vida al diseño de museos, de exposiciones y de laborar con artistas de diversas especialidades. Adicionalmente a todas estas funciones siempre estuve ligado al libro. Soy gestor y promotor cultural.
-Cuéntenos sobre su actual vínculo con el FCE de México.
-Mi vínculo con este conglomerado editorial mexicano tiene que ver con una invitación que Paco Ignacio Taibo II, director del FCE, me extendió para hacerme cargo de las filiales. Fue una invitación natural, normal. Cuando me sugirió que me responsabilice de las filiales pensé en los centros culturales que el FCE tiene a lo largo y ancho de América Latina, en España con presencia en Estados Unidos y Canadá. En la idea de cómo a través de estos centros culturales llegar a los potenciales lectores que por una u otra razón no los tenemos.
– Por lo que nos comenta observamos que el rubro librero no es un tema ajeno a su persona…
– ¡No! Todo lo contrario. A lo largo de mi carrera me relacioné con el rubro editorial y publiqué algunos títulos también. Actualmente existe un vínculo directo entre mi persona y todas las filiales del FCE de modo que no me es ajeno el tema editorial. Cuando empezamos nuestro trabajo en el FCE México hicimos un diagnóstico de las filiales. Fue la primera medida que tomé. Fruto de este análisis encontramos tres millones de libros en las bodegas. Las cuentas en rojo. No había una sola filial que genere recursos para la casa matriz. Prácticamente todas estaban en una profunda crisis económica. Las filiales no trabajaban en red, no intercambiaban libros, autores. Los autores chilenos no se promovían en el Perú y viceversa. Los escritores peruanos no tenían repercusión en Argentina, ni los españoles en nuestro país. No existía diálogo ni puentes. Todo estaba roto.
-A propósito de toda esta especie de radiografía, ¿qué cambios implementó?
-Paramos con todo lo que se venía haciendo. Detuvimos toda esta maquinaria y analizamos el trabajo de las filiales. Fue una forma de parar, mirarse en el espejo y empezar de nuevo. Es en esta coyuntura que decidimos invitar a gente nueva para dirigir las filiales.
– ¿Cómo operaban las filiales?
-Las filiales son distintas una de la otra. Hay algunas que tienen 75 años de vida, otras 56, 40, o cuatro años como es el caso de la filial de Ecuador. Algunas de estas eran sociedad anónima y se manejaban con autonomía con respecto a la casa matriz. Otras operaban como fundaciones. Todas estaban alejadas del trabajo de la casa matriz. El FCE de México y sus filiales vivían en un pasado glorioso inexistente. No había conexión con los jóvenes. No se promovía a los autores jóvenes de América Latina.
-Dado este diagnóstico, ¿cuáles son las estrategias por seguir?
– Diversas. La primera fue esta medida de contención. Revisamos también el FCE México y encontramos una cantidad de títulos de ensayos que el público no los adquiría. Decidimos cambiar todo esto y empezar a publicar literatura de autores consagrados en sus países que no son reconocidos a nivel iberoamericano y que valía la pena rescatarlos y ampliar nuestro catálogo.
– En la última versión de la FIL, el FCE Perú ofreció al público buenas promociones y abarató algunos títulos. Seguirán con esa política.
-Sí. Uno de los puntos más importantes referidos a los cambios del FCE es bajar los precios de los libros. Sobre este punto en México como en Perú hay un debate al respecto. En nuestro país existen dos corrientes. La primera apuesta por el costo único y la segunda propone bajar los precios. Este último punto tiene muchos significados. Tenemos una competencia grande con todas estas editoriales españolas o de origen español dominadas por las grandes transnacionales alemanas que se preocupan por el libro como mercancía. Para el FCE el libro es más que una mercancía. Justamente nuestra casa matriz está negociando con estas transnacionales para trabajar coediciones de bajo costo que puedan distribuirse en toda la región a través de nuestro aparato de distribución. Este es un proyecto que está en marcha.
– Qué nos puede decir de las colecciones populares que acaban de llegar al Perú.
-Son colecciones denominadas gancho que tienen como objetivo capturar a nuevos públicos. Es importante para nosotros recuperar a los lectores que por falta de recursos ya no los tenemos. Estas colecciones constituyen una manera de acercarnos a nuestros lectores también. No es que todo el FCE publique estas ediciones. No. Simplemente se trata de una colección especial que originalmente empezó como títulos estrictamente mexicanos y que gradualmente la iremos incorporando en las filiales de toda América Latina.
– ¿Ya cuentan con autores en esta parte del continente?
-Sí… En estos momentos contamos con dos autores bolivianos, una autora ecuatoriana, algunos autores brasileños y en el Perú vamos por el mismo camino. Estamos haciendo la selección. Los autores que hemos invitado hasta el momento están fascinados. Ellos participan en las presentaciones. Deseamos llegar a donde no llegaba el libro. Trabajamos para ello.
Gustavo Rodríguez (Director del FCE Perú)
– Señor Barrera podría explicarnos cómo se ha configurado la nueva gestión de la filial del FCE Perú.
– Para la filial de Perú invitamos a Gustavo Rodríguez, actual director del FCE Perú, un profesional de la administración. Un hombre informado y culto. Vivió también en el Perú. Conoce América Latina. Tiene la visión para concretar estos cambios y para generar los puentes necesarios con otros campos que parecen alejados, pero no lo están. Trabajaremos además de la mano de nuestra Embajada. Consideramos que la diplomacia cultural es absolutamente fértil.
-Tienen planeado trabajar con el Ministerio de Educación. Particularmente en el proyecto del Plan Lector.
-Por supuesto. Nos interesa acercarnos a este tipo de acciones de ventas institucionales. Es una prioridad estimular el Plan Lector. En estos momentos, por ejemplo, Chile ya esta tiene sus cuentas en azul, sus ventas se incrementaron, le sigue Estados Unidos, Colombia, y estamos seguros de que aquí en el Perú se darán estos progresos.
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