En el marco del ciclo de cine “Realizadoras peruanas”, evento organizado por la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima) y CineClub Invisible a propósito del “Día de la Mujer”, se proyectarán una serie de obras cinematográficas en la sala Carlos Oquendo de Amat, los sábados 8, 15, 22 y 29 de marzo, a las 6:00 p.m. El ingreso es libre. ¡Están invitados!
Si bien se exhibirán cintas como El Huaro, de Patricia Wiesse; Un Mundo para Julius, de Rossana Díaz Costa; y Responso para un abrazo / Tras la huella de un poeta, de Nora de Izcue, la cineasta Gisella Barthé abre el ciclo con una retrospectiva de sus trabajos audiovisuales y una mesa de diálogo con el destacado crítico de cine Emilio Bustamante.
Justamente, para charlar sobre su muestra de cortos -ciclo en cual el público podrá apreciar películas como Existir (2005), Desahogo (2006), La ausencia (2007), Desengaño (2010), Venancia (2011), La marea (2019) y Otro Día (2023)- Lima en Escena contactó con la directora Gisella Barthé, quien nos habló al respecto.
-Gisella, habrá una retrospectiva de tu cine en Casa de la Literatura y se proyectarán casi la totalidad de tus cortos. ¿Cuáles son los cambios que experimentó tu cine desde Existir (2005) hasta La marea (2019)?
–Existir es un corto que le tengo mucho cariño, porque instintivamente y con una pasión desbordada cogí una cámara vhs de una amiga y salí con un chico no actor a la calle a contar una historia que la armé en el camino. Todos lo demás cortos tenían esa pasión. En La marea todo fue más pro. Quizás no estaba acostumbrada a ese tipo de ritmo, igual el corto funcionó. No quedé contenta, pero fue un aprendizaje, aunque en mi último cortometraje Otro día (2023), volví al trabajo austero y me gustó mucho trabajar así.
-Prácticamente eres una de las poquísimas guerreras que en pleno siglo XXI hace cine con presupuestos mínimos. ¿Qué implica trabajar obras cinematográficas sin los presupuestos y las herramientas adecuadas?
-Pertenezco a la generación del vhs al mdv, dvcam y las cámaras con memoria, estas últimas técnicamente me loquean. Para mí era más fácil hacer cámara con las antiguas y buscar mi propia narrativa, mis propias sensaciones al contar historias. En contra tenía el no poder acceder a un sonido directo porque era costoso, pero igual me las ingeniaba. No dejo de luchar por encontrar un apoyo o un fondo sea del estado o de una entidad privada para poder filmar mi primera película.
-Sobre las temáticas de interés en tu cine. Hay una exploración por el alma desde ambientes oníricos. Desde una mirada en retrospectiva, ¿cuáles son los temas que persigues?
-Es una pregunta de largo aliento porque mi vida ha sido autista, caótica, desenfrenada y últimamente espiritualista. Mis temas se han conectado entre la fe, la falta de fe, la soledad, la depresión y la muerte. Finalmente, me gustan los personajes perdedores, a los que siempre les va mal en la vida y persisten con la esperanza de seguir el camino porque no queda de otra.
-En tu corto La marea participa Frau Diamanda. Por el tema que trata este trabajo, ¿estamos ante una apuesta por las minorías lgtbq+?
-Somos una minoría que en el siglo XXI estamos intentando afincar nuestra voz. Es difícil porque vivimos en una sociedad conservadora, machista, retrógrada, razón por la cual construí un universo poético como La marea. Compuse elementos como el mar y la arena en donde encerré a mis personajes con la venia de una Santa Rosa trans que canta su dolor, dolor que también lo viven la comunidad lgtbq+.
-Para terminar. Consideras que descubrir a John Cassavettes, Bresson, Tarkovski, moldearon tu oficio…
-Empecé descubriendo a Tarkovski. Fue mágico porque tenía 17 años y no entendía nada, pero salí consternada con cada imagen que vi. Descubrí que era una adolescente sensible para el cine de autor. Luego llegó Bresson y textualmente cambió mi vida. Cassavettes y Godard me abrieron los paradigmas narrativos. Entendí que con una cámara y unos cuantos soles nace un personaje que comienza a contar historias.
Sobre Gisella Barthé
Cineasta autodidacta, periodista cinematográfica y crítica de cine, con estudios en comunicación en el Instituto John Logie Baird. Ha dirigido los cortometrajes Existir (2005), Desahogo (2006), La ausencia (2007), Desengaño (2010), Venancia (2011) y La marea (2019). Ha colaborado en el portal Cinencuentro.com, y ha cubierto para su blog los festivales de Mar del Plata, BAFICI, entre otros. Fue integrante del jurado de la Crítica Internacional del 23° Festival de Cine de Lima, así como el de la Competencia Peruana del 2° Insólito Festival de Cine Fantástico.