Cucha del Águila: “Uno aprende mirando y escuchando a los otros”

Personalidad Meritoria de la Cultura (2017) por su ardua y extensa labor artística, pedagógica e intelectual en el segmento de la literatura oral o escrita en nuestro país, este año Cucha del Águila celebra 35 años de trayectoria artística con la presentación de parte de su repertorio. Fotos: Rosana López Cubas

Desde hace más de tres décadas, la escritora y narradora peruana Cucha del Águila promueve la tradición oral y el patrimonio cultural de la Amazonía peruana en el Perú y fuera de él. A lo largo de estos años realiza trabajos de investigación, produce espectáculos y dirige talleres sobre el patrimonio oral, el libro y la lectura. Asimismo, es una de las principales gestoras del Festival Internacional de Narración Oral “Déjame que te Cuente”, uno de los eventos más importantes del país en el arte de contar. Entre sus libros publicados destacan: No se acaban las palabras: el arte de contar cuentos (2001), Óyeme con los ojos (2007), En la selva todo suena (2009).

Para Lima en Escena es un honor charlar al respecto con Cucha del Águila.

-Cucha, eres una de las artistas más relevantes en lo referido al género de la Narración Oral en el Perú, ¿qué implica trabajar con una disciplina milenaria en una coyuntura como la actual?

-En lo personal, implica reconocer de dónde viene uno y lo que heredamos. Asimismo, implica reconectarse con un género, una disciplina que está en permanente riesgo de desaparecer. Me refiero a los espacios de conversación, espacios de encuentro, espacios de humanidad. A partir de lo que somos empezamos a querer decir o a querer decirnos. Decir es empezar a contar aquello que traemos y lo que nos fue trasmitido por nuestros padres, abuelos, bisabuelos y más. Justamente, mirando y escuchando a los otros uno aprende.

-Llevas más de tres décadas bebiendo estos saberes milenarios y lo que es más importante: compartiendo. Háblanos de cómo te involucras en esta disciplina.

-La narración oral como actividad diferenciada -de las prácticas cotidianas como las que heredé, de la práctica en espacios como una biblioteca, una escuela o como docente- la descubro en Francia cuando me invitaron a contar historias en un Festival Internacional de Narración Oral en la ciudad de Nantes. En ese periodo contaba historias del Perú en una biblioteca de un barrio periférico de la ciudad donde vivía. En este festival pude conocer a narradoras y narradores de otros países que trabajaban en el arte de la palabra. Profesionales dedicados a la narración oral. Conocí a narradoras y narradores comunitarios de diversos pueblos de Francia. Ellas y ellos también se presentaban en espacios escénicos. Precisamente, en este evento conocí a la escritora, actriz, narradora, dramaturga y directora haitiana Mimi Barthélémy, una de las personas que confío en mí, en mi trabajo. Me brindó su apoyo en un periodo en el cual decidí encaminarme en la narración oral. Catherine Zarcate, narradora judía francesa, fue otra de mis mentoras. Ahí descubrí que el gestor de este festival Michel Lefevre formaba parte de todo un movimiento cultural denominado El renacimiento del cuento. Esta corriente surgió en los sesentas en diversos países de Europa, además de Francia y Estados Unidos. Llegué a este movimiento. Esta experiencia fue decisiva para marcar mi ruta. Conocí narradoras y narradores orales de Argelia, Estados Unidos, Marruecos, entre otros países. Vi como estas artes de la palabra eran diversas. No únicamente los repertorios sino las maneras de acercarse y contar.

– Sobre tus orígenes amazónicos. ¿Quiénes fueron tus primeros maestros y los que te contaron sus historias?

-Mis abuelas maternas y paternas. De mi abuelo tengo una imagen. Nosotros vivíamos a la orilla del Río Huallaga y él tenía una chacra de plátanos, de maíz, entre otros frutos y vegetales. Mis primos cosechaban todos estos productos y al venir a casa nos sentábamos delante de la casa de madera. Ahí conversábamos y nos contábamos. Recuerdo ese momento. Mi prima Lolita Parea, quien sigue viva y contando anécdotas hasta hoy nos narraba y representaba las películas que veía. Ella iba hasta la ciudad de Tingo María a ver las películas. Mi abuela paterna es la que me marcó. Ella me cantó y me contó historia que le contaron, vivió y observó. Ella vivió todo ese periodo del caucho y fue una obrera del Mato Grosso. Tenía un repertorio amplio de historias y canciones. La acompañé a un largo viaje por el río Amazonas. Una experiencia vital e importante que marcó mi vida, mi historia y formación. Asimismo, mi madre con quien viví en el Alto Marañón me empezó a leer cuentos de libros que mi padre traía a casa. Cuentos japoneses, los clásicos de la literatura universal. De toda esta herencia me nutrí en la infancia. Igual me alimenté y bebí de todas las ciudades por donde viví. San Ramón, Huancayo, entre otras ciudades y comunidades…

– Pese a ser una práctica milenaria el arte de contar, narrar, experimentó un momento de quiebre, sin embargo, se reactivó progresivamente. Podrías ahondarnos al respecto.

-Al desaparecer los tradicionales espacios comunitarios y conviviales, las comunidades y ciudades se transformaron y con estas también se transforma las relaciones humanas. Ahora, tenemos menos tiempo para conversar, para contar y menos espacios de encuentros cercanos de personas con quienes hablar. Sin embargo, aparecen otros espacios de encuentros como los bares, los cafés. En Inglaterra, por ejemplo, los narradores de cuentos se reinventan en los bares y cafés. Estos cambios se replicaron de manera global. De otro lado, al no tener espacios de la palabra y de la memoria, los gestores recrean y reinventan lugares para contar. Fomentan las veladas de cuentos. Aparece también la noción de espectáculo de las Artes Escénicas. En otros campos se empiezan a realizar actividades diferenciadas de algo que antiguamente todo contaba. La danza contaba, la música contaba, la palabra contaba. Se empieza a especializar y empieza un momento de rupturas, de fragmentación. Actualmente, nos damos cuenta de la necesidad de volvernos a integrarnos y a integrar saberes. Integrar las formas de las artes y el conocimiento. La transformación de la sociedad engendra transformaciones en nuestras prácticas cotidianas y artísticas. La esencia del ser humano que está relacionado con la palabra y la búsqueda de sentido hace que tengamos ese impulso de volver a las fuentes para humanizarnos y no perder nuestros vestigios.

-Cucha durante estos 35 años de actividad has puesto en escena una serie de obras. Cuéntanos sobre tu repertorio artístico.

-Cuando empecé me dediqué a contar tradición oral acompañada de Tito La Rosa, Tavo Castillo y Pepe Chiriboga en escenarios y algunas Huacas de Lima. Este trabajo lo realizamos a fines de los noventas. Posteriormente, me encontré con Mar Amado y algunas narradoras de Colombia como Carolina Rueda, momento en el cual empecé a trabajar la narración oral de autores. Conocer La Guerra Silenciosa de Manuel Scorza fue importante para mí. Encontrar toda la poesía y oralidad en su obra nos permitía contarla. Justamente, me invitaron a participar del III Congreso Internacional “Manuel Scorza y el tiempo que vendrá” en donde participo contando un fragmento. En este hablo de la vida de algunos de los personajes.

-Tienes una obra sobre el manuscrito quechua Dioses y hombres de Huarochiri traducido por José María Arguedas.

-Sí. Es una obra apreciada porque además de trabajarlo con los niños y la comunidad de Pachacamac sirvió para abordarla con un programa de voluntariado en el cual participé como formadora. Se trata de Los abuelos y abuelas cuentacuentos de Casa de la Literatura. Durante el periodo de pandemia investigamos sobre estos relatos. Precisamente, estaré en el Museo de Sitio de Pachacamac en el programa que tienen los museos en el primer domingo de cada mes. Me acompañan Alfredo Alarcón y Julio Oré.

-Qué nos puedes decir sobre tu homenaje a la Amazonía.

-En realidad mi trabajo, mi homenaje a la Amazonía es permanente, perenne. Se afianzó cuando la hicimos en la Estación Desamparados, en la Serpiente de Agua. Formé un equipo de narradores orales dedicados a contar a escolares relatos de la Amazonía. Para concretar este proyecto investigamos, viajamos, trabajábamos muchísimo. Antes, hice un trabajo parecido con Tito La Rosa y Tavo Castillo. Se llamó Ayahuasca viaje de curación. Incluso, existe un disco sobre este espectáculo. Con el homenaje a la Amazonía tenía la dificultad de contarlo fuera de los contextos de los cuales no hay un conocimiento sobre el mito o la creación. Si bien algunos pueden tomar este trabajo como creencias para nosotros son verdades. Esto me sucedió hasta que encontré el libro Un viejo que leía novelas de amor de Luis Sepúlveda. Toda la novela es su transformación para ser uno más de la Amazonía. El ganó un premio por este libro y lo dedicó al activista brasileño Chico Mendes y a todos los defensores de la Amazonía. Y en este momento de tantas masacres contra los defensores de la naturaleza por su abierta defensa a la preservación del ecosistema y sus luchas contra la tala de árboles, el derrame del petróleo, entre otros, esta obra cobra vigencia. A través de este relato las personas se acercan a la Amazonía no desde la mirada del folclor o de la romantización, sino desde la sensibilización y reflexión sobre nuestras realidades.

-Cucha, durante estos años de pandemia se incrementó las víctimas de género: niñas, madres, abuelas, quienes tuvieron que convivir con sus agresores. Justamente, tu obra ¿Amores que matan? hace referencia a la violencia de género…

-En este trabajo pongo en diálogo los cuentos de Las mil y una noches. El Rey mata a mujeres porque su esposa lo engañó. Hay una mujer que con la narración salva su vida. Y en los cuentos que cuenta va a demostrar que puede haber traición y sabiduría. En esta obra la oralidad dialoga con una secuencia de performances pequeñas que aluden a un caso de la vida real. Al final hay una conversación. El público puede hablar desde donde se sitúe. Desde el cuento, desde la ficción o la vida real. Este es el único espectáculo en donde la conversación con el público es necesaria y hace parte de la propuesta

– Macunaíma es uno de tus trabajos capitales. ¿Cómo lo armaste?

-Siempre soñé con hacer un espectáculo que reuniera los relatos de tradición oral que escuché a lo largo de mi vida. En el año 1982 conocí la obra del poeta, novelista, ensayista, y musicólogo brasileño Mario de Andrade. La obra se llama Macunaíma. Este bello libro reúne las historias de tradición oral de América Latina, Portugal, España, entre otros. El autor decidió jugar con los críticos literarios, académicos de la época que no le daban valor a la tradición oral.  Mario de Andrade prácticamente se burló de estos personajes y en una semana escribió una epopeya con un personaje de la mitología indígena. Se trata del viaje del héroe que busca aventuras y en este periplo busca lo que necesita y luego retorna. Decidí trabajar esta obra. En el año 1992 decidí hacer Macunaíma. La empecé a contar en el BCR. Posteriormente, la dejé descansar. En ese lapso se abrió la residencia artística Fahrenheit 451 en Francia. Se convocó a narradores que narraban epopeyas del mundo y decidí participar con Macunaíma. Viajé a Francia el 2004 y trabajé de la mano de Bruno de La Salle, escritor de cuentos y fundador del Centro de Literatura Oral (CLiO), uno de los referentes más importantes de la renovación del arte de la narración oral en ese país. Allá monté Macunaíma y la hice en francés y español. La presenté en el Perú de manera oficial con el acompañamiento del músico Cali Flores en la Alianza Francesa de Lima en el año 2005. Posteriormente, en Casa Yuyachkani y en Sao Paulo, Brasil. Ahora, en este marco de celebraciones por los 35 años de trabajo presentaré un fragmento en el Centro de Estudios Brasileros en una tertulia literaria en el marco de la exposición sobre la misma obra del artista plástico brasilero Caribé.

-Finalmente. ¿Cómo cambió tu trabajo la virtualidad a propósito de la pandemia?

-Estuve en países en los cuales no había estado antes. Eso fue posible gracias a la virtualidad. Quedó demostrado que todo lo que queda es la palabra. Si bien todo el mundo se dedicó a leer y a ver películas, la palabra se volvió punto esencial para conversar, para encontrarse. Por otro lado, como muchos perdí a mis padres. El legado de ellos es fundamental. Habían decidido tener una chacra cerca de Lima y trabajaron duro. Mi papá tenía 92 años y mi mamá 84. Trabajaron durante la pandemia sin descanso siempre pensando en la comunidad. Fue doloroso perderlos. En ese momento también enfermé y casi pierdo la vida. Fue el cariño y apoyo económico de la gente que me permitió sobrevivir. Volví a la vida con misas, pócimas, secretos, con palabras mágicas y amor. Volví agradecida. Ahora, y por medio de mi trabajo deseo rendir homenaje a la palabra.       

Sobre Cucha del Águila

María del Carmen ‘Cucha’ del Águila Hidalgo, Personalidad Meritoria de la Cultura Peruana por su ardua y extensa labor artística, pedagógica e intelectual dedicada a la literatura de nuestro país, oral o escrita, para niños y para adultos, es una de las promotoras del renacimiento de la narración oral en el Perú.

Ha vivido en distintos pueblos de la Amazonía peruana hasta la adolescencia, por lo que creció escuchando mitos y leyendas de la región, historias que serían el punto de partida de su vocación. Años más tarde viajó a Francia donde descubrió a la narración oral como actividad artística. De vuelta en Lima, y desde 1991, efectúa trabajos de investigación y dirige talleres sobre el patrimonio oral, el libro y la lectura. Desde el año 2000, organizó el Festival Internacional de Narración Oral Déjame que te Cuente en Lima con Marisa Amado de Palique Cuenteros y con la Asociación Cultural Déjame Que Te cuente. De otro lado, trabajó otros espectáculos con los músicos Pepe Bárcenas, Sacha Barrios y el cantautor Piero Montaldo. Asimismo, con Julián Vargas, Germán Gonzáles, entre otros. Con el narrador Miguel Álvarez (Chato Miguel) realizó espectáculos para niños en una “teepee” itinerante.

En la Casa de la Literatura trabaja en el Área de Educación, donde contribuye en la formación de docentes y mediadores de lectura, así como a la reflexión sobre la narración oral, y a la formación de los integrantes del Programa Abuelas y Abuelos Cuentacuentos. Además, de su experiencia en el campo de la literatura infantil, entre otros. Fuente: Casa de la Literatura.

Programa de actividades de Cucha del Águila por los 35 años de vida artística

 Jueves 13 de octubre (del 12 al 14)

En el marco del III Congreso Internacional “Manuel Scorza y el tiempo que vendrá” organizado por el Centro de Estudios Literarios Antonio Cornejo Polar. Contará un fragmento de La Guerra silenciosa de manera virtual.

 Domingo 23 de octubre

Durante las celebraciones de aniversario de Casa de la Literatura Peruana presenta la Narratón del Festival Déjame Que Te Cuente. En este evento se rendirá homenaje a clásicos de la literatura peruana e internacional y a las artes de la palabra.

 Domingo 6 de noviembre

En el Museo de Sitio de Pachacamac estará contando fragmentos del manuscrito quechua Dioses y hombres de Huarochiri, traducido por José María Arguedas. La acompañan Alfredo Alarcón y Julio Oré.

Del 16 al 20 de noviembre

En el marco del Encuentro de Mediadores y de la Feria del Libro de Valdivia- Chile estará contando para niños y adultos. Presentará además El recuerdo de luna, un homenaje especial a la Amazonía, sus defensores y al escritor chileno Luis Sepúlveda.

Sábado 26 de noviembre

A propósito del mes de la no violencia contra la mujer, en Casa de la Literatura Peruana presentará el espectáculo de narración oral ¿Amores que matan?

Martes 6 de diciembre

En el Centro Cultural del Brasil participará en una tertulia literaria en la que presentará un fragmento de su espectáculo: Macunaíma a partir de la obra de Mario de Andrade, autor de este clásico de la literatura brasilera.

 

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Periodista y fotógrafa. Siguió la carrera de Comunicación Social y Periodismo Económico. Laboró en los diarios La Voz, Síntesis, Gestión y en la revistas Oiga. El 2000 fundó el portal digital MIAMI EN ESCENA (Florida, Estados Unidos) en donde radicó 10 años. A su retorno al Perú crea el magazine online LIMA EN ESCENA.