Sonaly Tuesta: “Siempre estamos de espaldas a la amazonia”

En medio de esta coyuntura de caos producida por el Congreso y el saliente presidente Manuel Merino, la reconocida periodista, productora y conductora Sonaly Tuesta, anunció su renuncia al programa “Costumbres”, después de 20 años en la conducción en el canal del estado, sin embargo, su libro Costumbres. El verdadero espíritu de los peruanos, se presenta en diversos puntos del país concitando el interés del público. Fotos: Archivo personal de la autora.

Más de 20 años de viajes por los más diversos pueblos que componen el Perú, más de 20 años de diálogo con las maestras y maestros de estas comunidades, le permitieron a la reconocida periodista Sonaly Tuesta, ser una conocedora de sus creencias, saberes, técnicas y tradiciones, experiencias de vida volcadas en el interesante y poético libro Costumbres. El verdadero espíritu de los peruanos (Artífice Comunicadores, 2020).

“Allí están el cariño y el compromiso por tantos saberes registrados y aprendidos, por la conversa familiar y el buen compartir que nos hermana. Este libro es el inicio de un nuevo viaje, con experiencias y apapachos, con historias que permiten imaginar el país que he conocido y que ahora quiero compartir”, señala la autora.

En este nuevo título, Sonaly narra historias de diez pueblos poco difundidos. Comparte los saberes ancestrales de los kakataibo (Ucayali), los awajún (Amazonas) y las mujeres kukama (Loreto). Muestra la devoción popular a la Virgen del Carmen (Huánuco), a santo Toribio (La Libertad) y a Jesús Nazareno (Amazonas), y los rituales a los apus (Cusco). Descubre los milagros de un barro negro (Áncash), resalta la prosperidad de la quinua (Puno) y saluda la belleza y sabiduría de las campesinas de Chota (Cajamarca).

Para charlar al respecto, Lima en Escena contacto con la destacada periodista e investigadora Sonaly Tuesta.

-Sonaly, el libro Costumbres. El verdadero espíritu de los peruanos, nos permite acceder a una serie de historias, testimonios de los saberes de personalidades de pueblos diversos poco visibilizados. ¿Qué papel juega la cultura oral en tu trabajo?

-La oralidad es fundamental para mí. La cultura oral que aún fluye en los pueblos del Perú: en la costa, sierra y selva, es el insumo más importante de mi trabajo. Me nutro a través de la vivencia de la gente, de lo que cuentan de manera espontánea, sorpresiva, esperada, espiritual. El desarrollo cotidiano de una comunidad está primero y esta desprovista de un traje especial que te recibe de manera sencilla y con alegría. En esa oralidad de contarte, en la pureza de creer, de sentir, de imaginarte en un universo particular, esta la esencia de todo lo que hago. De mi trabajo. Del programa de televisión, de mi libro. De esta publicación de la que hablamos en este momento. Ahí está como habla Francisca, ahí están el sentir de las mujeres awajún, de los pobladores de San Jerónimo, de las mujeres hermosas de Chota, de las campesinas que van cantando y hacen una pechada. Definitivamente, todo esto te conecta con su vida más íntima y honesta.

– Coincidentemente, los pueblos amazónicos -comunidades que forman parte de todo tu trabajo- han sido golpeados en esta coyuntura de pandemia global. Asesinatos a sus líderes, falta de ayuda. Frente a esto y desde tus redes apoyas solidariamente a estas comunidades que justamente forman parte de tus historias y están abandonadas.

– Así es. Nuestro país es diverso. Se suele reconocer al Perú como un país andino. Esto lo tenemos internalizado debido a emblemas tan grandes como Machu Picchu o la cultura inca. Estos son como una fortaleza. Sin embargo, la amazonia siempre se mantuvo y se mantiene al margen pese a cubrir más del 60 por ciento del territorio nacional. Pese a todo esto aún no nos reconocemos como país amazónico. Algunos temas no funcionan porque precisamente estamos de espaldas a la amazonia.

Se recurre a la amazonia por el tema extractivo, por algún producto que explotar. Todas las cosas que pasan -la pandemia, por ejemplo- nos lleva a la necesidad de cuidar nuestros pueblos, nuestros bosques, nuestras despensas. Es paradójico que en plena pandemia global se hable de la amazonia como uno de los pulmones del planeta y la gente se muere cada día por falta de oxígeno.

No se reconoce como se debe a la sabiduría y todo el conocimiento de los pobladores amazónicos para lograr entablar una buena relación y llegar a acuerdos en donde se priorice lo que las comunidades amazónicas desean, sienten y piensan. Los orígenes de estas comunidades, de estos pueblos son parte de la vida de estas personas, de varones y mujeres y es vital reconocerlos. Es importantísimo. La amazonia no es algo decorativo. Hay mucho que trabajar.

No se ha firmado la ratificación del Tratado de Escazú, por ejemplo. Este tema es importante. Son muchas cosas que los dirigentes amazónicos están pidiendo y no se les ha hecho caso desde el inicio de la pandemia y en medio de todo esto han muerto defensores ambientales y muchos viven amenazados.  Nosotros fomentamos las cadenas solidarias a favor de las comunidades awajún, kakataibo, y todo lo que significa nuestra amazonia. Soy de amazonas, de una región en donde se ubica la etnia más grande: los awajún. Tengo una identificación fuerte con la amazonia. Me considero amazónica y parte de esta cultura necesita tomarse en cuenta permanentemente.

-Centrémonos en tu libro. A través de él nos brindas una cartografía de las ciudades. ¿Por qué es importante este mapeo, la visita a estos puntos no comerciales?

-Los mapas constituyen un resumen de algunos detalles que uno vive y conecta con la información que se manejan en estos lugares. Es importante conocer. Es una referencia para saber que algunos pueblos no son tan alejados como se cree. Es posible hacer el viaje. Cualquier persona puede viajar si tiene la voluntad de hacerlo. Es importante conocer, leer, mirar, saber cómo suceden las cosas. Conocer, saber nos hace más empáticas y empáticos. Nos hace ponernos en el zapato del otro y no crear conceptos desde afuera y pensar que uno sabe más que el otro. Es importante el conocimiento de nuestro Perú a nivel de gentes.

El Perú es un país de gentes, un país humano. El Perú no solo es un país físico con un hermoso paisaje. Ese paisaje está ahí, pero hay gente que vive en ese magnífico paisaje. Ese resto arqueológico está ahí, pero cerca se ubican comunidades de gente que protegen estos lugares. En la selva hay zonas de amortiguamiento. En el parque nacional, por ejemplo, en la cordillera azul está el pueblo originario de los kakataibo. Ellos con su vida, con sus proyectos de desarrollo protegen y son guardianes de sus bosques.

-Más allá de las historias de pueblos poco difundidos que comparten sus saberes ancestrales, el libro Costumbres, en suma, es un corpus que crea identidad, un tema que forma parte de tus intereses. ¿Coincides con nuestra percepción?

-Uno tiene sus intereses. Nos fascina unas cosas más que otras. Vivo fascinada con la vida, la esperanza, las ganas de seguir avanzando y poder lograr cosas. Enlazar, vincular. Es la ternura, es la creencia, la cosmovisión, la forma de ser, la explicación que te dan ante una determinada pieza, ante una determinada costumbre. Si te iba a contar una historia de Yanama, este pueblo ubicado en la provincia de Yungay, tenía que hablar de ese barro mío que está en la profundidad de la tierra y es negro, negro. Se usa para teñir la bayeta. Sacarlo tomando el chinchucaldo. ¿Para qué? Para que no te afecte, para que no te enfermes. Decido contar la historia a partir de esta experiencia y de tucualshi, el sabedor del pueblo.

Sucede lo mismo con las otras historias. Con la  historia  de Chota, por ejemplo. A través de las niñas, las jóvenes campesinas que participan en el concurso llamado La Flor de Chot. Ellas tienen que saber cómo se ordeñan las vacas, qué plantas medicinales se usan para el dolor de estómago. En fin, toda esa sabiduría, estos saberes son cotidianos. Estos nos humanizan, nos llenan de esperanza y nos permiten pensar en estas formas de sabiduría para poder generar desarrollo.