Ricardo Delgado: “El cuerpo habla, narra y danza en nuestras teatralidades”

Director de Angeldemonio, colectivo escénico con 20 años de producción artística independiente nos habla brevemente sobre El Siervo. Dirección: Ricardo Delgado Ayala. En escena: Igor Moreno, Ricardo Rubiños y Miriam Sernaqué. Fotos: archivo Angeldemonio

En el marco de la V Edición Sótano 2-Festival de Creación Escénica Contemporánea organizado por el Teatro de la Universidad del Pacífico, se presenta El Siervo, puesta en escena en donde tres personajes, cada uno con creencias rituales y religiosas distintas: chamánica, ancestral preinca y católica, siguen el impulso de volver a la tierra de donde huyeron.  Ellos se unen para enfrentar la violencia de la naturaleza en medio del Fenómeno del Niño que devastó sus hogares. Para esto, deben realizar un ritual -que implica capturar un Siervo, un animal sagrado y casi extinto- que calme a sus dioses y les permita recuperar sus vidas. Ambientada en el norte del país, El Siervo muestra elementos característicos la cultura del norte peruano, tales como apariciones de dioses Mochica, la danza de los Diablicos de Túcume, y la imagen de la Virgen de la Purísima Concepción.

-Ricardo, El Siervo pone en la tarima lo dual. El niño bueno, el niño malo, lo religioso, lo místico…

-En el Siervo se entretejen el niño malo y el niño bueno. Estamos ante una dualidad. La obra, justamente plantea la pregunta sobre cómo irrumpe este niño malo, quien a través de su furia destroza todo lo que tiene a su paso. Asimismo, se aprecia la fusión de lo religioso y lo místico. Se piensa -usualmente- que las religiones han sido impuestas en nuestras comunidades, sin embargo, gran parte de estas han sido aceptadas y adoptadas de buena manera a lo largo de los años. Túcume, es un caso. En el montaje observamos un parecido o coincidencias entre la imagen de la virgen Purísima Concepción, La Piojosa o el Purgatorio de La Divina Comedia de Dante Alighieri. Es un encuentro y diálogo entre todos estos elementos a través de estos personajes, quienes buscan una solución ante el caos que ocasiona el Fenómeno del Niño.

-Este año el país sintió los efectos del fenómeno del Niño. No es casual que El Siervo reflexiones sobre estas anomalías producidas por la naturaleza…

-La obra nos ofrece miradas desde distintos ángulos sobre el contexto actual. Vivimos un período de caos ocasionado por el deterioro de la ecología y por la crisis político social que vivimos. Las anomalías que se registran en nuestro ecosistema y golpea a las comunidades y a las grandes minorías son producidas por los cambios climáticos. Somos un país pluricultural, sin embargo, no nos entendemos, no nos respetamos. No se mira al otro, a los otros. No podemos integrarnos, fusionarnos.

-Toda puesta en escena nos invita a preguntarnos, a confrontarnos desde lo social, lo político, el yo. ¿El Siervo tiene un tema definido de reflexión?

– En este montaje no pretendemos imponer o definir un tema de diálogo. El Siervo es una obra en constante dialogo, en constante cambio. Particularmente, trabajo por instinto. Muchas veces tengo la respuesta de mi trabajo en lo que escucho de las demás personas. Al colectivo en su conjunto el siervo nos sigue hablando y nos invita a confrontarnos y preguntarnos. Nos habla durante el proceso de trabajo, desde el escenario, fuera del escenario.

-El trabajo del cuerpo es un elemento característico de Angeldemonio y El Siervo lo corrobora con un incisivo trabajo.

– En El Siervo demostramos una vez más que el cuerpo habla, el cuerpo narra, el cuerpo danza desde siempre en nuestras teatralidades y desde nuestras ancestralidades. El trabajo del cuerpo lo trabajamos con Margot Lozano, la directora de movimiento. El trabajo de Igor Moreno desde la actuación, de Ricardo Rubiños y Miriam Sernaqué, -bailarines de danzas tradicionales- en lo performático, es contundente.

El Siervo
Funciones: hasta el lunes 29 de mayo
Entradas: Joinnus
Teatro de la Universidad del Pacífico
Jr. Sánchez Cerro 2121, Jesús María

 

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