Tercera individual de Tomás Prochazka Núñez, exhibe su más reciente producción plástica junto a una selección de obras elaboradas entre el 2016 y el 2020. La serie compuesta por 37 óleos sobre lienzo de pequeño, mediano y gran formato, descubre parajes de una isla perdida, con una naturaleza exótica habitada por criaturas míticas y colosales así como pobladores dedicados a la contemplación de su entorno. Provista de una calidez cromática, las obras describen un eterno verano de cielos despejados y mares en calma.
Prochazka, construye la leyenda de Circa a partir del término en italiano que refiere a la aproximación a algo, en este caso, a un lugar que habita en su imaginación. Poblado por lugareños jóvenes, las obras retratan la interacción de los habitantes con la isla. Uno de los personajes porta un casco de cresta espartano, símbolo de fuerza y protección durante la batalla. Mientras las figuras femeninas representan la belleza y armonía de lo exótico, acentuado por el uso de una paleta de tonos complementarios.
Sobre el artista
Tomás Prochazka Núñez (Lima, 1990). Artista visual egresado de la Escuela de Arte Corriente Alterna en el 2012, cursa estudios complementarios en pintura realista académica en The Florence Academy of Art en el 2014. Presenta su muestra inaugural «No-Retratos» en 2013 y tres años después exhibe su segunda individual «La Máquina». Su estilo creativo une pintura y modelado digital para la construcción de escenarios fantásticos y realidades oníricas.
Texto curatorial
Por: Susana Torres
Debemos apresurarnos
para recuperar el futuro perdido
Nos estamos tardando
Hermann Bellinghausen
Tomás Prochazka es un pintor en constante evolución. Siempre en busca de nuevas direcciones sigue desarrollando inusuales y delicadas composiciones. Sin dejar el rigor profesional que lo caracteriza, esta vez nos ofrece imágenes de pinceladas más sueltas con una nueva técnica y paletas muy personales. Se aparta de la tradición de la pintura académica y su realismo clásico para dar paso a recursos pictóricos distintos con refrescantes iconografías, tan fantásticas como personales. Nos da un conjunto de obras con un gran contenido narrativo, de vocación siempre poética. Son estampas precisas y preciosas, con una veracidad propia.
Algunas son imágenes autónomas, pero en su mayoría se ofrecen como un archipiélago de episodios de un mismo relato: fragmentos sueltos de una narración mayor. Una literatura hecha imagen, inconclusa, pues el desarrollo interior que así se ilustra mantendrá siempre zonas secretas, acaso para el propio artista.
Estas zonas de misterio sugieren la búsqueda constante de algo místico desde la manualidad pictórica misma, desde el oficio. Como el pintor de una antigua escuela perdida, la obra de Prochazka es una indagación de la trascendencia, de lo profundo y lo ideal, al margen de las tendencias y en salvaguarda de su integridad creativa.
Su imaginario apela a lo onírico, a lo idílico y a lo idealizado para ingresar al género de lo fantástico. Se trata de presencias atemporales en medio de paisajes antiguos u originarios, clásicos o medievales; mundos remotos, artificiosos, de naturaleza limpia y hermosa. Todo lo que ahora se extingue recuperado como visiones irreales en un universo encantado.
Hay en estas sugerentes creaciones un afán de orden y armonía, de un reencuentro con lo primordial como un regreso a la infancia, a nuestra casa interior primera. Al mismo tiempo, las imágenes conjugan una cierta melancolía con una gran ternura en la gestualidad de sus personajes, evocativos tanto de fuerza como de fragilidad.
La ciencia ficción y la real poesía se entrelazan en relatos complejos de colores vivos, limpios y sobre todo luminosos; los cianes siempre inmaculados de sus cielos; la luz taciturna de sus paisajes intocados siempre. Es la nostalgia eterna de un futuro proyectado hacia un mundo otra vez premoderno; un espacio-tiempo donde el mito y el rito vuelven a coexistir entre metáforas visuales que son también utopías.
Orillas de Circa
Del 19 de febrero al 26 de marzo
Tierra Baldía (Av. Del Ejército 847, Miraflores)
De domingo a lunes, de 10 a.m. a 8 p.m. y de martes a sábado, de 10 a.m. a 10 p.m.
Ingreso libre