Norma Tolentino: “Producir una obra de teatro es como alumbrar un bebé”

Destacada productora, diseñadora y vestuarista de teatro con más de 20 años de labor en las tablas nos cuenta las implicancias de dedicarse a la producción teatral

Lo suyo está detrás de escena. Es un trabajo oculto y titánico. El resultado final: una exitosa temporada teatral. Justamente en ese ínterin ha producido alrededor de 16 montajes. Todos estrenados en el Teatro Británico. Acaba de culminar la temporada de Orlando, una adaptación de la famosa novela de Virginia Woolf, dirigida por Norma Martínez, obra que además de trabajar en la producción se encargó de hacer el vestuario.

De su faceta como diseñadora de vestuario podemos destacar también su trabajo en el exitoso musical “El Plebeyo”, obra poética y reivindicativa del laureado compositor Felipe Pinglo Alva, dirigida por el maestro Carlos Tolentino, su padre. Sobre su valiosa labor, Lima en Escena charló con Norma Tolentino Boschetti.

-Norma, podrías acercarnos a tu labor como productora.

-Trabajo en el campo de la producción desde el primer día de ensayos de cada puesta en escena. Soy la persona que está durante todo el proceso de ensayos. Me encargo de que todo esté dispuesto: los libretos, el café, el agua, la manzanilla, la distribución del espacio. Busco las utilerías. Me responsabilizo de facilitar todo lo necesario para que un ensayo fluya.

-Desde tu experiencia. ¿Qué implica producir una obra teatral?

-Producir una obra de teatro es literalmente como alumbrar un bebé. Es darle a este bebé todas las comodidades para que durante el parto todo salga perfecto. Una persona con estas responsabilidades trata -en medida de lo posible- que todo esté correcto para que el director y los actores estén bien.

-¿Complicado…?

-Producir una obra es casi como una maternidad. No tengo hijos -en la vida real- pero tengo a todos los actores, elencos, directores con los cuales he laborado a lo largo de estos seis años.

Camasca

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Posted by Teatro Británico on Wednesday, 22 May 2019

-¿Qué preparas en estos momentos?

-Ahora estamos a punto de estrenar “Camasca” de Rafael Dumett. Se trata de la obra ganadora de 2018 del concurso “Ponemos tu obra en escena”. Ya comenzamos los ensayos de esta nueva producción teatral que se estrena en junio.

-Sus estrenos contemplan montajes nacionales, internacionales contemporáneos y grandes clásicos…

-Sí. Las obras nacionales corresponden al concurso de dramaturgia y cada dos años se estrena una obra.

-Orlando ha sido toda una experiencia. ¿Cómo fue tu primera relación con Virginia Woolf?

-Antes de trabajar Orlando prácticamente ninguno. Sin embargo había visto la película. Normalmente cuando tengo la programación anual de las obras trato de investigar sobre cada una de ellas. Realizo una búsqueda previa sobre el argumento y me meto en ese mundo. Me pasó con “El discurso del Rey”. Vi la película varias veces hasta fotografiar cada encuadre. En el caso de “Orlando” vi la película y leí el libro tanto en español como en italiano. El primero fue editado por Borges y el segundo por Bertolucci.

-Imagino lo enriquecedor de la traducción de una y otra lengua?

-Ver las diferencias de lenguajes fue interesante. De otro lado, tenemos los aportes del director que viene con una idea clara o medianamente clara. Todo esto cambia en el proceso.

-¿Qué te dejó esta experiencia?

-Me parece admirable que Virginia Woolf escribiera esta obra. Es impresionante que en esa época ella conociera todos los procesos del amor. Orlando es una obra cuya vigencia y actualidad es deslumbrante. Es más, las mujeres de ahora no tienen el conocimiento que ella tenía en esa época. Este montaje fue mágico.

-En Orlando realizaste el trabajo de vestuario… ¿Qué nos puedes decir al respecto?

-¡Fue una sorpresa! Norma Martínez, la directora, me escogió para asumir esta responsabilidad. Me pareció difícil. Estaba angustiada. ¿Cómo voy hacer con tanto vestuario? me pregunté. Si bien el Británico cuenta con una interesante sección de vestuario el cual contempla también de época al comienzo pensé que sería complicado. Después se minimizó todo de acuerdo a lo que se iba montando. Así fueron surgiendo espontáneamente todas las cosas que finalmente se pudieron apreciar en escena.

-¿El alumbramiento de Orlando fue perfecto?

-Es un hijito más para mí. Orlando es doblemente especial porque es la primera vez que además de la producción me responsabilicé del vestuario. Vestía a Fiorella Pennano en tiempo récord todas las funciones. ¿Te imaginas?

-Norma. ¿Cuál es el reto mayor de esta labor?

-Trabajar con personas cuyas emociones y sentimientos son absolutamente disímiles. Soy una persona -como todas- con sus particulares sentimientos y necesidades lo cual significa que en estos periodos de trabajo uno tiende también a estar al límite. Sin embargo, el paso de los años y la experiencia nos permite aprender a manejar todo este tipo de situaciones y entender adecuadamente a los actores y directores.

-¿Producir una obra de teatro es vivir en el teatro?

-Particularmente nuestro trabajo es oculto. Son horas, horas, y horas metidos en el teatro. Debería tener una cama aquí. Hay momentos que nuestra familia no nos ve. Mi esposo muchas veces me pregunta ¿vives aquí?… Vivir en esa dualidad familiar hace que las cosas se sientan más llevaderas. Trabajar en teatro es demandante sin embargo es una de las experiencias más bonitas.

-Cuando hablamos de teatro se habla también de sala llena,de taquilla, de obras exitosas. ¿Cómo observas estos puntos?

-Desearía que todas las obras que estrenamos constituyan un éxito de taquilla. En nuestro caso no podemos hablar de pérdidas totales. Contamos con un público seguidor. Me da mucho gusto ver la sala llena. Sin embargo, en el segmento teatral entran en juego un sin número de variables. Los gustos no necesariamente son iguales.

-El Británico también se distingue por sus estrenos, particularmente los clásicos o grandes clásicos.

-Las obras de teatro clásicas son por naturaleza universales. Pese a vivir en pleno Siglo XXI la vida no cambia. Trabajar a Shakespeare o Virginia Woolf me permiten llegar a la conclusión de que finalmente no hemos aprendido nada. Nuestras sociedades no han madurado nada con respecto a las épocas que vivieron Virginia o William.

-Cuéntanos cómo decides por las especialidades de producción y vestuario…

-Primero estudié arquitectura. Pensaba ser arquitecta o escenógrafa. Finalmente decidí estudiar moda. En ese momento era lo que más me gustaba . En Italia -en donde viví una época- estudié diseño de modas y vestuario. A mi regreso al Perú hice algunos trabajos de vestuario para la Universidad de Lima, para el Taller de Teatro Pipo Gallo. En ese momento -hablo del año 2011- buscaban un asistente de producción aquí en el Británico y desde ese momento estoy aquí.

-¿Qué nos puedes decir de tu nuevo trabajo en Camasca?

-En el tema estrictamente de la producción “Camasca” es impresionante.

¿Por qué?

-Porque se sitúa en el año 1532, la época de Atahualpa. Atahualpa es impresionante, es drástico y eso es lo bonito del trabajo que nosotros hacemos. Entre un estreno y otro, entre una historia y otra, entre una obra y otra pasas por mundos completamente opuestos. Al final te apasionas por cada uno de los montajes. En esta obra en particular el texto es interesante y lo dirige Daniel Goldman, un director inglés que vino como parte de una residencia para trabajar esta obra. Lo interesante también es la visión de dos mundos. De otro lado contamos con un elenco fantástico: Marcello Rivera, Juan Carlos Morón, Irene Eyzaguirre, Anaí Padilla, Verony Centeno e Iván Chávez son excelentes actores. “Camasca” será un gran montaje.