En el marco del 28 Festival de Cine de Lima se celebra los 30 años de Guarango, la productora peruana cuya trayectoria nos ofrece significativas lecciones sobre cómo se puede prosperar y contribuir al crecimiento del cine peruano en un contexto desfavorable como el peruano. Justamente para hablar sobre Guarango entrevistamos a Malú Cabellos, miembro de la emblemática productora. Fotos: Rosana López Cubas y Guarango
Hablar de Guarango, es hablar de una asociación peruana de comunicadores y cineastas apasionados por crear historias que impactan. Ellos producen, difunden y apoyan la creación de contenido audiovisual con identidad, apostando por el desarrollo del Perú y Latinoamérica. Hasta el momento líderes en la postproducción y restauración cinematográfica, y contribuimos con nuestro talento y tecnología a salvar las brechas de acceso al mercado que afrontan obras del sur global, enriqueciendo así la diversidad cultural de nuestras pantallas.
-Malú, el sector de cine peruano conoce perfectamente bien a Guarango, sin embargo, hay un grueso de personas que sabemos poco, particularmente sobre sus orígenes…
– Empezaré por el nombre. Guarango es un árbol, una planta que florece en el desierto. El año 1994, en el Perú, vivíamos una realidad difícil, una crisis terrible, una situación complicada para todos los peruanos. Justamente, en ese contexto nace Guarango. Surgió como una iniciativa de Stefan Kaspar, quien también formaba parte del grupo Chaski, con quienes produjo una serie de películas. Asimismo, formó Casablanca Films, otra productora. Stefan siempre pensó en la idea de formar un grupo de jóvenes que se dediquen al rubro audiovisual, que realicen documentales. En ese lapso conoció a mi hermano Tito Cabellos, uno de los fundadores junto con Marino León (protagonista de Gregorio) y JuanMa Calderón. Ellos fueron el primer equipo de Guarango que formaron la Asociación Guarango. A partir de ahí empezaron a trabajar. Hubo cambios también.
– ¿Cómo fueron los inicios?
-Empezaron prácticamente de cero. No tenían nada. Se reunían a trabajar en la casa de Stefan y luego se mudaron a la casa de mis padres. En ese proceso se consolidaron los lazos entre los miembros de Guarango. Eran prácticamente una familia con una visión distinta de ver el mundo, de ver el cine.
– ¿Cuál consideras es el legado más significativo de Guarango?
– ¿Cuál es el legado más importante de Guarango? ¡La resistencia! Guarango resistió tres décadas en un país nada fácil. Productoras con la resistencia y trayectoria de Guarango sencillamente no existen. El equipo supo acomodarse estratégicamente a todas las situaciones sociopolíticas y económicas acaecidas en el Perú a lo largo de estos 30 años. Pese a todas estas dificultades, Guarango siguió trabajando, siguió creando, siguió apoyando el fortalecimiento del cine peruano.
-Cuéntanos sobre el trabajo de Guarango en el campo audiovisual.
-Después de armar el equipo inicial y con la incorporación de nuevos miembros Guarango empezó a trabajar documentales de creación propia. Hicieron tres documentales sobre conflictos en las comunidades, sobre la problemática de la minería. En la época en que empezaron con los documentales no recibían financiamiento. Posteriormente, surgió DAFO y vinieron las ayudas que ayudó la producción de películas. De esa época figuran Stephanie Boyd y Tito Cabellos, quienes fueron los primeros en trabajar sostenidamente en los documentales. A partir del 2011 se empiezan a trabajar procesos más ligados a la tecnología con la llegada de Ricardo Cabellos, quien se integró al grupo. El desarrolló todo lo de tecnología en el campo de la producción de películas. Justamente, lo hizo durante este pase del celuloide a digital. En ese momento, más cineastas peruanos eran invitados a festivales internacionales. Las directoras y directores de cine peruano necesitaban contar con un formato de películas que Ricardo Cabellos incorporó en Guarango.
-Una característica de Guarango es su constante evolución como productora. ¿Qué nos puedes decir al respecto?
-Guarango resistió, sobrevivió en el desierto. Se adaptó a todos los cambios. En los últimos años optó por profundizar su trabajo en todos estos modernos procesos tecnológicos. A partir del fortalecimiento en el trabajo con la tecnología en el campo audiovisual se implementó una línea de post producción y de restauración. Ahora, Guarango cuenta con todo un estudio de post producción con todos los equipos de punta para trabajar temas de color con las películas. Asimismo, cuenta con un estudio de restauración y preservación con la idea de digitalizar las películas dañadas. Cuenta además con un escáner fílmico cuya idea es ponerlo al servicio del sector. Uno de los objetivos o políticas de Guarango es recuperar todo este acervo histórico del cine peruano. Igualmente, con la fotografía. En suma, desde el inicio de Guarango hasta el momento, observo en el sector un comportamiento de gremio y de apoyo constante entre las cineastas y los cineastas a nivel nacional.
-Las directoras y directores peruanos destacan la calidad del trabajo de Guarango…
-Sí, claro. Siempre se trabaja con los estándares de punta principalmente en el tema de tecnología. Ricardo Cabellos fue una persona perfeccionista. El incorporó a nuestros servicios todos los softwares de última generación. Otro punto relevante en Guarango es la calidad humana de todos sus miembros. Personas generosas con sentido solidario y de ayuda al otro. Los lazos de amistad con el gremio son sólidos y sostenidos.