“Apuntes de dirección sobre la formación de un grupo de teatro universitario”. Del espectáculo para niños al teatro familiar (Fondo Editorial de la Universidad Alas Peruanas/2019), de Juan José Oviedo, es un libro que habla sobre la importancia del contenido en las propuestas teatrales familiares, de cómo se puede formar, gestar y dirigir un grupo teatral con jóvenes estudiantes a partir de la experiencia de un elenco de teatro universitario.
Asimismo, pone énfasis en la capacitación del director, el universo de los estudiantes, los beneficios de la práctica de esta disciplina y de la importancia que tiene el teatro en la formación de las personas. Cuenta además con los textos de dos obras de teatro familiar del autor: “Vampi, la historia de un conde” y “Tito Ensueño y los árboles bandera”.
Al respecto Lima en Escena charla con el autor.
-Juan José, acabas de publicar el libro Apuntes de dirección sobre la formación de un grupo de teatro universitario. Cuéntanos sobre los orígenes de este título.
-En una primera etapa, el libro fue un pretexto para publicar dos de mis piezas teatrales estrenadas por mi compañía teatral. Sin embargo, durante el proceso de escritura y las actividades que realizaba con la Universidad Alas Peruanas, observé – en la práctica – el impacto de las propuestas teatrales familiares no sólo en el público sino en los actores en formación.
Actualmente, soy el director del Elenco Oficial de Teatro de la Universidad Alas Peruanas. Antes de serlo, mientras escribía el libro, dirigía el Elenco de la Escuela Profesional de Ciencias de la Comunicación de la UAP. Durante esta actividad note los cambios que tenían los estudiantes a través de la práctica teatral. Fueron tantos y tan importantes que incluso mi tesis de maestría está relacionada con el tema.
Este libro fue nutriéndose de las experiencias que recogí durante el proceso de creación, gestión y dirección de este grupo. Manejar un grupo no es cosa fácil razón por lo que pensé que contar un poco sobre esta experiencia -recordando que también soy director de la compañía teatral Cientos Volando- podría ser útil para alguien que busca una orientación para iniciar o alimentar un proyecto similar.
-Desde jovencito diriges, escribes, adaptas, actúas para el teatro. Asimismo, te dedicas a la parte académica, enseñas. ¿Toda esta experiencia ganada se visibiliza en este título?
-Totalmente. Hablo de experiencias reales, conclusiones -y están a modo de frases destacadas dentro del libro- de las diferentes situaciones que afronté durante la dirección de este grupo de teatro.
-Actuar, escribir, dirigir. ¿Qué le permite al actor o actriz desarrollarse de manera paralela en estas disciplinas?
-Nos permite aprender a investigar y a compartir. Cada vez me interesa más la investigación y me parece que desarrollarse de manera paralela en estas prácticas – qué bonito suena eso- hace que uno pueda observar las cosas desde diferentes lugares. Evaluar lo que se consigue para mejorar permanentemente.
Creo que las artes escénicas están en crecimiento. Es una tarea que no debe ser sólo de unos pocos sino de todos los que nos dedicamos a esta disciplina. Hay que trabajar y mucho.
Ahora, con esto no quiero decir que trabajemos por trabajar. Primero hay que saber lo que haremos o lo que estamos haciendo. El estudio es de suma importancia. Si uno deja de formarse, de adquirir conocimientos, se va a quedar en el mismo lugar. De nada servirá saber actuar, escribir, dirigir, producir, cantar o danzar, si lo harás siempre de la misma manera. Hay que mejorar continuamente.
-Charlemos sobre el contenido del libro. ¿Cómo se puede formar, gestar y dirigir un grupo teatral con jóvenes estudiantes?
-Con paciencia y buen humor. Uno debe saber motivarlos, ser parte del grupo manteniendo el lugar que te corresponde. Se debe fomentar el trabajo en equipo, los vínculos entre ellos y fomentar el diálogo transparente, honesto, sincero. Este último punto es todo un tema. Es súper importante ya que, sin un diálogo abierto y sincero, los jóvenes no te van a respetar.
Debes traspirar con ellos, trabajar duro, cortar, martillar, clavar, reír y hasta llorar si es que la situación lo amerita, esto último no tanto ya que no podemos olvidar que allí, en el grupo de teatro, tú eres ese motor que les da energía constantemente. ¿Sabes? Uno debe ser un poco orador. Convencerlos y alentarlos a seguir y a esforzarse con un solo discurso, que además debe surgir del momento. Si lo haces bien, creo que ellos lo sabrán agradecer y trabajarán duro por el sueño que comparten: hacer teatro.
– ¿De qué manera el libro constituye un soporte para un director o directora teatral?
-En él, uno puede encontrar experiencias. Uno se puede guiar de las experiencias del otro. De las experiencias del otro uno puede obtener estrategias, herramientas o incluso una palabra de aliento que puede aclararte un momento de oscuridad durante tu proceso creativo, y si no estás en uno, puede evitar a que caigas en él. Es hora de aprender a compartir lo que la experiencia ganada, lo transitado, así los avances serán mayores. Si uno debe transitar el mismo camino que transitó otro, el tiempo se acorta. Si uno comparte lo que sabe, la investigación que se realice luego partirá de la que ya se sociabilizó con el resto, llegando cada vez más lejos.
– ¿Cómo se relaciona el libro con los jóvenes estudiantes de las artes escénicas?
-Hace una semana conversaba con un joven actor que estaba iniciando un proyecto y él pensaba en la posibilidad de que luego de ese proyecto pueda consolidar un grupo de teatro. No sé si lo tenía del todo claro en ese momento, pero a donde quiero llegar es a las ganas que tenía de hacer teatro y hacerlo bien.
Esas mismas ganas las he visto en los ojos de muchos estudiantes – en los míos principalmente y de eso también hablo en el libro ya que uno debe saber premiar los esfuerzos y dejarlos crecer en las áreas en las que se están especializando – que sueñan con hacer arte y luchan por conseguirlo.
Ya estamos viviendo una realidad en la que los jóvenes están agrupándose y armando proyectos que tienen mucho potencial. Algunos necesitan un empujón y ya queda en nosotros orientarlos o ayudarlos en su proceso. Tuve la suerte de tener un maestro y de conocer a otros, incluso a colegas con más experiencia que han sabido guiarme o solucionar mis dudas. Sin ellos no habría avanzado en mi camino artístico.
En conclusión, este libro te acerca a la experiencia de la dirección, pero también te cuenta un poco sobre el trabajo realizado por los estudiantes. Habla de las dificultades que transitaron en sus vidas, que sin duda afectan el funcionamiento de un grupo teatral contando también cómo se solucionaron o cómo se procedió para seguir adelante con este proyecto.
-Desde tu experiencia en el campo, tu labor académica, y ahora con la publicación de tu ópera prima, ¿cuáles son los beneficios del teatro?
-Ufff, hay un montón. Desde el fortalecimiento de las habilidades blandas hasta la mejora del rendimiento académico; desde el plano espiritual y emocional hasta el plano físico y saludable; desde el aprender a observar la realidad y comprenderla hasta transformarla en un signo artístico, cargado de contenido, para buscar mejorarla.
El arte es necesario y debe estar en favor de mejorar el mundo en el que vivimos. En otras palabras, es una vía para mejorar el mundo
Sobre el autor
Juan José Oviedo es actor, dramaturgo y director. Catedrático, Comunicador y Gestor Cultural. Director y fundador de la compañía teatral “Cientos Volando – Teatro no convencional”. Director del Elenco de Teatro de la Universidad Alas Peruanas, universidad en la que se licenció como Comunicador Social y en la que actualmente culminó satisfactoriamente una maestría en Docencia Universitaria y Gestión Educativa.
Comenzó su formación con el grupo Espacio Libre y continuó en el extranjero, con artistas de grupos de renombre entre los que destacan Fuerza Bruta, De la guarda y Cirque Du Soleil. Su trabajo artístico está presente en el Perú, en la Argentina y en España, girando por diferentes teatros, espacios no convencionales y festivales internacionales.