Inopia de un Dios salvaje

Dirigida por: Renato Piaggio. Escrita por: Alejandro Tagle. Elenco: Daniela Davis y Alejandro Tagle. La temporada va del 01 al 23 de abril, los viernes y Sábados a las 6p.m., en Casa Tovar. Calle Manuel Tovar 255 – Miraflores. Entradas: preventa: 25% vía Joinnus

Luego de estrenar tres obras presenciales en el último semestre del año pasado, Kapchiy estrena una obra potente, necesaria y actual; la historia de dos niños víctimas del secuestro y la trata de personas en el Perú, contándonos el antes, durante y después de ser víctimas de este hecho que lamentablemente está renaciendo en el País.

Puesta en escena ganadora del concurso de Dramaturgia Joven ENSAD 2021, Inopia de un Dios salvaje, es una obra inspirada en la trata de niños en el Perú. Vania nos cuenta la historia del último recuerdo que tuvo en su vida; ella llega a un cuartucho oscuro, donde conoce a Bruno, un niño que no recuerda mucho de su pasado y que no ha recibido contacto físico más que el de sus victimarios. Estos niños buscan una salida, cada uno a su manera y a su modo de ver la vida.

«Estoy sumamente emocionado por dar inicio a la temporada anual del 2022 y más aún llevando esta historia a los escenarios. Me gusta mucho que las cosas que estrenamos y presentamos en Kapchiy haga que la gente se vuelva más empática o que se lleve un mensaje de cambio para la vida diaria. Los ensayos son bastante fuertes, los actores y yo terminamos muy pesados, muy densos, es bastante interesante. Hemos conversado mucho sobre el tema, hemos investigado mucho también, sería irresponsable montar algo así y no haber investigado antes. Estoy seguro que el público saldrá muy tocado y alerta ante los casos que coincidentemente y lamentablemente están volviendo a suceder en las peligrosas calles de Lima», nos cuenta el director.

La obra nació de una situación que me moviliza mucho: La trata de niños en el Perú y en el mundo. Traté de hacer algo simple pero potente. De esta manera se fue cocinando la obra; ellos iban hablando y creándola, yo escribía. Fue un proceso bastante complejo, ya que a veces las palabras no eran las correctas, así que era una cuestión de volver a leer la obra y volver a reajustar los textos. También quería causar un impacto con los monólogos, así que me llene de imágenes de cómo me gustaría que se vayan relatando y e incorporando mediante las palabras. Incluso después de unas semanas cuando ya había mandado el escrito final, lo volví a leer y volví a corregir. Creo que es una obra que está en constante movimiento, Finaliza el autor.