Graziapaz Enciso: “Apuesto por un teatro cuyo lenguaje es más poético”

Nos dice líneas arriba la destacada artista escénica interdisciplinaria y profesora de teatro, Graziapaz Enciso a quien el público podrá ver desde mañana sábado en la puesta en escena Fabiana Pasos y Latidos, obra que cuenta con la dirección y dramaturgia de Wili Pinto Cárdenas

En la citada obra de teatro, la actriz y danzante Graziapaz Enciso explora la historia y contexto social de una mujer esclavizada de origen africano, Fabiana Criolla, y al mismo tiempo comparte testimonios sobre su proceso como creadora escénica y su memoria familiar con ascendencia afroperuana. En este entramado que integra actuación, danza, cantos, imágenes y un poético trabajo con objetos, se vinculan acontecimientos icónicos sucedidos en el siglo XVI con la situación actual de los pueblos africanos contemporáneos sometidos a migraciones forzadas en pleno siglo XXI. Sobre este y otros temas, Lima en Escena charló con ella.

Foto: Joaquín Virhuez

– Graziapaz, permítenos conocer los orígenes de tu labor como artista escénica interdisciplinaria y profesora de teatro. Cuéntanos, cómo nace tus vínculos con las artes escénicas.

-Vengo de una familia que, como muchas otras, pasó por varias necesidades, impactando en nuestras vidas de muchas maneras. Vivimos en distintos lugares de Lima y eso me permitió observar contextos de desigualdad, contextos sociales complejos, atípicos. Mientras de pequeña era testigo de escenarios crudos de Lima y del Perú, mi mamá se encargaba de transformar los espacios a donde nos mudábamos en lugares increíbles. No sé si ella era muy consciente, pero su crianza llena de relatos fantásticos, murales, títeres y vestuarios reciclados que ella misma hacía, fue sumamente importante y creo que nos ayudó a mantenernos a flote a mis hermanas y a mí, a pesar de las carencias y dificultades. En ese momento yo tendría entre 5 y 8 años, y mi mamá aproximadamente la edad que yo tengo ahora, 31.

-Tu madre asumió las veces de una artista multidisciplinaria: les leía libros, les contaba cuentos, trabajaba con títeres, pintaba murales, para ofrecerles un mundo más llevadero en medio de la precariedad.

-Sí. Mi papá tuvo que migrar joven y luego, se sumaron a este universo mi abuela, mi tía y mi abuelo que comenzaron a vivir con nosotros. Ellos poseían la chispa, la picardía para contarnos anécdotas. Todos los días había ocurrencias y nos matábamos de risa. Creo que esa vitalidad nos sostuvo como familia y me ayudó a procesar lo que vivíamos. Después, en la adolescencia, descubrí el poder de las artes y el teatro para conectar con las personas a través de exposiciones del curso de Ciencias Sociales en la escuela. En mi caso, nunca llevé una formación artística en el colegio, no teníamos un profesor de artes, más que nada eran manualidades. Así que muy intuitivamente comencé a convertir momentos históricos en espectáculos donde, sorprendentemente, mis compañeros de clase prestaban atención. A pesar de eso, a la mayoría de profesores les parecía muy disparatada la idea de que quisiera estudiar teatro.

-Esta vocación de crear un escenario en donde pararte e interpretar no una obra de teatro sino una tarea de la escuela te motivó a estudiar en el TUC.

-Sí. Recuerdo que me dije: “el teatro me puede ayudar a contribuir en algo, dentro de esta realidad caótica en la que vivimos”. Personalmente, reconocía ese poder transformador de las artes desde una visión ilusoria, ingenua, de una joven de apenas 16 años. Les conté a mis padres la idea de estudiar teatro en el TUC de la PUCP, que en ese momento era una de las pocas universidades que incluía esa carrera. Tuve el gran privilegio de que mis papás me apoyaran automáticamente. Volviendo a tu pregunta sobre el origen de mi relación con las artes escénicas. Fue una fuerte intuición, desde el desconocimiento absoluto de lo que realmente era el teatro.

– En retrospectiva… ¿Qué implicó formarte en la PUCP?

-Significó mi primer encuentro verdadero con las artes escénicas. Me dio una base actoral potente, estudié con grandes maestros y maestras. Ellos me ayudaron a descubrir habilidades que no sabía que tenía y me enseñaron a amar esta profesión. Ahí conocí a María Luisa De Zela, que fue una de mis profesoras y gracias a ella comencé a vincularme con Maguey. Luego, decidí profundizar mucho más con el proyecto de Maguey y esto me ayudó a conocer otras realidades teatrales en todo el Perú y otras posibilidades artísticas. Fue interesante porque mientras iba terminando el TUC, en paralelo iba ingresando en Maguey, y siento que esos primeros años con el grupo fueron como lanzar un ancla a tierra que me ayudó a abrir más los ojos sobre todo lo que se podía hacer con el teatro.

-Este proceso de pasar del TUC a Maguey fue una forma de apostar por un teatro ‘no clásico’ ‘no convencional’ …

-Sí, ingresar a Maguey fue apostar por un teatro cuyo lenguaje era mucho menos directo y más poético. Puedo conectar con un lenguaje de teatro más tradicional, más clásico y llegar a emocionarme muchísimo, sí, pero particularmente descubrí que lo que me ‘llamaba’ más como actriz era una apuesta desde la acción, la imagen, con el tomar el espacio público, de trabajar con elementos, desde la plástica, el ritmo, la música, en suma, entretejer distintas disciplinas artísticas en una misma obra de teatro. Eso revolucionó mi mente y me hizo elegir este camino y no el otro, sin embargo, hay muchos principios que comparten.

Foto: Joaquín Virhuez 

Foto: Silvia Román

– Has trabajado puestas en escena de manera conjunta con María Luisa De Zela. Háblanos sobre esta experiencia.

-Hay varias obras de teatro en las cuales participamos juntas. Recuerdo una en especial: “Hiroshima, el camino de la oruga” que estrenamos en el 2018. Un proceso de trabajo fuerte porque abordábamos el tema de la bomba atómica y vinculábamos la situación del conflicto de Gaza, a través del lenguaje poético. En Maguey siempre trabajamos líneas temporales que se cruzan entre lo histórico y lo actual. Willy dirigía y María Luisa y yo estábamos en escena. Durante el proceso de creación ambos me enseñaron lo que aprendieron de su maestro de teatro ‘Noh’. Estas enseñanzas me ayudaron muchísimo en mi trabajo actoral. En esa obra yo no tenía texto, pero era una presencia que acompañaba a María Luisa de inicio a fin. Es difícil explicar con palabras la relación que teníamos, pero era poderosa porque ella trabajaba con una máscara del teatro ‘Noh’ y contaba historias de los sobrevivientes de la bomba, mientras que yo era testigo de sus relatos y se generaba un vínculo fuerte… Fue un encuentro entre Japón y toda esa zona de medio oriente. Eran historias muy dolorosas pero que merecen ser parte de nuestra memoria histórica.

– ‘Fabiana pasos y latidos’ se repone por una corta temporada. ¿Cómo fue el proceso de trabajo?

– ‘Fabiana pasos y latidos’ es una obra en la que se entretejen tres historias: la de ‘Fabiana criolla’, una mujer esclavizada de origen africano del siglo XVI, que parte de un relato de Eduardo Galeano. Luego, está la conexión con la historia de mi familia con ascendencia afroperuana, que tiene que ver con mi linaje materno; y también se narra la historia actual de las poblaciones del África que deben migrar forzadamente a Europa y naufragan en el camino.

Todo esto se cuenta a través de un lenguaje que combina la acción, la danza, el canto y la poética de las imágenes y los objetos. Es una obra muy conmovedora porque no solo muestra la lucha de miles de personas de origen afro por vivir una vida plena, sino que también retrata cómo es que las herencias resisten y perduran en el tiempo. Para mí, es una creación que muestra cómo el cuerpo es un territorio que no se puede aprisionar. Asimismo, revalora el papel que juegan las mujeres en nuestra historia, mujeres como mis ancestras, como Victoria Santa Cruz, María Elena Moyano y un sin número de mujeres anónimas han contribuido a llegar hasta donde estamos.

-A propósito de tu herencia afrodescendiente. ¿Por qué es importante abordar de manera recurrente esta problemática a través de una puesta como Fabiana…?

-Porque me parece importante re-mirar y re-pensar nuestra historia. Es sorprendente como siempre se trata de mostrar la cara bonita del Perú desde la diversidad cultural, sin embargo, la realidad muestra grandes brechas sociales. Existe mucha discriminación aún. Fui testigo de discriminación cuando era niña, cuando fui escolar y actualmente también. La televisión y los medios, a pesar de todas las campañas que existen desde el Estado, continúan invisibilizando o estereotipando a la población afroperuana. Por eso creo que debemos trabajar desde todos los sectores para hacer este tejido social más igualitario, con igualdad de oportunidades para todos.

¿Qué hay más allá de Fabiana?

-Fabiana/Pasos y Latidos me ha nutrido mucho como artista y es interesante pensar en cómo me ayudó a comprender que las artes nos permiten reconectar con nuestra historia y sanar heridas profundas. Es por eso, por ejemplo, que desde hace unos años he comenzado a formarme en el uso de las herramientas arte-terapéuticas, para poder trabajar con poblaciones que no están relacionadas con las artes escénicas, pero que a través de procesos creativos pueden expresar ciertas situaciones, dificultades, o incluso transformar eventos traumáticos, a través de una vía mucho más amable. Cada día me sorprendo más del poder de las artes por eso me interesa desarrollar proyectos para abordar temas como: igualdad de género, prevención de violencia.

– ¿Y tu trabajo con los niños?

– De mi experiencia de trabajar con niños te puedo decir que son los mejores maestros, son genuinos, espontáneos, son poseedores de sabiduría corporal. Con ellos conecto fácilmente desde el juego, desde la animación de objetos. Se involucran sin pensar y son almas libres.

– ¿Qué les enseñas?

-En general, ya sea que trabaje con infancias, adolescencias o personas adultas trato de convertirme en un puente para ayudarles a expresar lo que tienen adentro. Trabajo combinando distintas herramientas artísticas ya sean los títeres o las artes plásticas y también desde la exploración somática, para luego llegar a una creación escénica que surja de sus imaginarios y necesidades personales.

– ¿Qué implica jugar desde universos golpeados, vulnerables?

-Implica improvisar, disfrutar de la incertidumbre, ver a la incertidumbre como una compañera. Cuando estoy en un estado de juego me permito ser flexible, escuchar a los demás, ver qué tienen para contarme y qué podemos construir juntos y eso es un poder enorme para construir una nueva sociedad.

Foto: Paulo Yataco

Sobre Graziapaz Enciso

Artista escénica interdisciplinaria y profesora de teatro, especializada en la fusión de lenguajes expresivos y herramientas arteterapéuticas para la conducción de espacios creativos y pedagógicos. Es bachiller de Teatro por la Pontificia Universidad Católica del Perú. También se formó actoralmente en la Escuela Lunanueva de Maguey Teatro, en donde se integró como miembro de manera profesional en el 2014. Tiene una diplomatura en Muñecoterapia de la compañía Puppets in Transit de Chile y, actualmente, cursa una diplomatura en Arteterapia en el Centro de Arteterapia y Gestalt del Perú. Con el grupo de Teatro Maguey ha participado en la creación de montajes como: Fabiana/Pasos y Latidos (2016), Hiroshima, el Camino de la Oruga (2018), Vórtice/Proceso Abierto (2022) y espectáculos para espacios públicos. Su unipersonal Fabiana/Pasos y Latidos ha participado de diversos festivales nacionales e internacionales, desde el año 2016 hasta la actualidad. Además, es profesora de los talleres de Maguey Teatro para niños, niñas, adolescentes y artistas en formación. En el año 2023 fundó la organización RAMAS Conexiones Creativas, dedicada a la enseñanza de las artes para el desarrollo humano y la prevención de la violencia.

Fabiana Pasos y Latidos
Centro Cultural Maguey
Jr. San Martín 600 – San Miguel
Funciones: sábados 10, 17 y 24 de mayo
Hora: 8:00 pm
Informes: 944 -743310 / www.magueyteatro.org
Entradas: aquí
Precios: general: S/.40.00
Estudiantes, jubilados, profesores: S/.30.00
Preventa: general: S/.30.00
Estudiantes, jubilados, profesores: S/.20.00

ETIQUETAS:

Periodista y fotógrafa. Siguió la carrera de Comunicación Social y Periodismo Económico. Laboró en los diarios La Voz, Síntesis, Gestión y en la revistas Oiga. El 2000 fundó el portal digital MIAMI EN ESCENA (Florida, Estados Unidos) en donde radicó 10 años. A su retorno al Perú crea el magazine online LIMA EN ESCENA.