Recientemente se estrenó Gracia Angulo Laboratorio Editorial, emprendimiento que ofrece servicios editoriales para autores y autoras, editoriales y empresas. Adicionalmente, el público interesado en este rubro puede acceder a contenidos periódicos sobre el sector en el blog “El oficio de editar”, entrevistas y mucho más
Lleva una década en el oficio de la edición. Su trabajo como editora dejó huella en Planeta, SM, Hojas de Cartón y actualmente en la Biblioteca Nacional del Perú. Hace dos meses presentó de manera oficial Gracia Angulo Laboratorio Editorial, proyecto de cual dice: “me siento cómoda en este hogar en obras y espero quedarme aquí haciendo que los libros que edito y las publicaciones que coordino viajen hasta ese lector que está afuera esperándolos”.
Para charlar sobre este tema y otros sobre el sector, Lima en Escena entrevistó a Gracia Angulo.
-Gracia, el rubro editorial en el Perú es un mercado incipiente. Sin embargo, en este período de pandemia global algunos sellos independientes publicaron y otros como el tuyo nacieron. ¿Por qué apostar por este nicho de negocio?
-Primero aclararé que Gracia Angulo Laboratorio Editorial no es un sello editorial. Mi pequeño emprendimiento es una empresa de servicios editoriales, algo distinto. En este sentido más que conformar un catálogo, lo que ofrezco a los autores y autoras es la opción de contar con servicios editoriales profesionales para autopublicar, pero con estándares de calidad. Asimismo, ofrezco estos servicios a editoriales que deban tercerizar servicios y a instituciones que quieran publicar libros como memorias institucionales, anuarios u otro material corporativo.
Además de estos, ofrezco uno que ha obtenido acogida porque no se ofrecía en nuestro país: el de Informe de lectura profesional. Este informe ofrece a los autores y autoras una revisión crítica de su obra y una valoración a nivel editorial y comercial que les permita fortalecer sus manuscritos y, llegado el caso, presentarlos a una editorial de cualquier tamaño.
Decidí apostar por esto porque llevo diez años en este oficio de editar y es lo que sé y lo que me gusta hacer. Y, al ver la gran cantidad de autores-editores, supe que había un nicho no atendido ahí. La cantidad de clientes que he tenido en estos cuatro meses, me reafirman en lo que pensé al formarla. Hay más gente, ahí, escribiendo y con intenciones de publicar, de las que una creería.
-Además tu emprendimiento nos ofrece información del mercado editorial y literaria relevante. Literatura peruana y global. Esto es un plus. ¿Cómo surgió está iniciativa?
-Sí. Además de ver este emprendimiento, por supuesto, como una oportunidad de lograr la independencia laboral, siempre me ha interesado leer e informarme sobre el sector y conocer más de todos los procesos editoriales que hacen que un manuscrito se convierta en un libro. También, dado que mi mayor público objetivo son los autores y autoras que están pensando en la autopublicación, doy tips de escritura y estilo. Y, finalmente, como mi oficio es el de editar, voy rastreando citas de editores y editoras cuyo trabajo admiro para animar a la reflexión sobre esta labor y recoger distintas voces o concepciones sobre cómo la asumen.
En este sentido, y dado que he notado que existe un arraigado desconocimiento sobre estos, me pareció pertinente difundir lo poco o mucho que he ido aprendiendo en estos años y visibilizar el trabajo editorial profesional.
Por ello, además de las piezas gráficas que elaboro para mis redes, creé un blog y un canal de YouTube en el que periódicamente presento algún tema que me interese sobre el sector. Asimismo, contamos con la serie de videos cortos informativos “Protagonistas de la Edición” en la que destaco el trabajo de editores y editoras de todo el mundo y de todos los tiempos.
-Permítenos hacerte unas consultas afines. Formaste parte del equipo que dio vida a La Independiente. Desde ese momento hasta hoy. ¿Cómo creció el segmento de las editoriales independientes tanto de Lima como en las diversas regiones del país?
Sí. Del 2014 al 2017 formé parte del área de Circulación y Producción de la Dirección del Libro y la Lectura (DLL), primero como especialista y luego como coordinadora.
Desde esta dirección, en 2017 organizamos la primera edición de esta feria, inspirándonos en el modelo de Rurak Maqui, pues buscábamos exponer la diversidad de la producción editorial independiente de la mayor cantidad de regiones posible y ofrecer un espacio de difusión de su labor que, en ese entonces, pocas tenían. En ese entonces, las editoriales independientes representaban el 80% de las empresas editoriales.
A esa primera convocatoria se presentaron poco más de veinte editoriales de nueve regiones del país y, casi todas, tuvieron su espacio. En los años siguientes, sé que esa convocatoria se ha multiplicado, que se han desarrollado ediciones descentralizadas como la de Juliaca, y que, cada año, el sector va creciendo y se va profesionalizando también. Porque una de las características y objetivos de La Independiente, además de lo que ya mencioné, es ofrecer espacios formativos para los editores que participan de esta. También he observado, con mucha satisfacción que, poco a poco, se va descentralizando la industria y que, tras Lima, hay una fuerte actividad editorial en Cusco, Arequipa Junín Ica y Áncash. Espero que esta actividad llegue en algún momento, a consolidarse en más regiones.
– ¿Cómo observas el desenvolvimiento de este nicho emergente aún?
-Según el Panorama del sector editorial peruano publicado en 2021 por la Agencia Peruana del ISBN, de la Biblioteca Nacional, para el 2019, la actividad de las editoriales peruanas en general había crecido un 21%, pero, ojo, esto incluye a editoriales transnacionales también pues no se tiene una estadística diferenciada. Sin embargo, este estudio resalta que el agente independiente que mayor crecimiento ha tenido es el del autor-editor lo que da cuenta de un gran sector de autores y autoras que no consiguen llegar a colocar sus manuscritos en editoriales y, por ello, optan por la autopublicación.
Ahora, creo que la pandemia ha sido a la vez un problema y una posibilidad, tomando la frase prestada de Basadre. La DLL publicó en marzo de 2021 un sondeo sobre los efectos de la pandemia en el sector y, si bien muchos de los 161 agentes entrevistados reconocen que han visto una disminución en sus ventas, el cierre de librerías ha motivado que muchas se animen a consolidar un modelo de negocios de venta directa, a través de plataformas en línea: algunas, con su propia página web y, otras, con tiendas en sus redes sociales. Si bien el impacto positivo de esto último tardará un poco en notarse, creo que se ha abierto una ventana interesante que, en los próximos años, repercutirá en su crecimiento y en su grado de exposición y conexión con un público que agradecerá esta oferta más variada.
– ¿Qué las hace atractivas, singulares?
Pienso que el nivel de compromiso que tienen sus autores. Al tener catálogos y planes editoriales más reducidos que una empresa grande y al no contar, por ejemplo, con áreas de márketing, el editor o editora asume esa relación más directa con el autor y hay un trabajo mucho más personalizado con su obra y con su posterior difusión.
Asimismo, suelen apostar más por nuevas voces que muchas veces no encuentran cabida en las grandes casas editoriales. Podríamos decir, entonces, que tienen una mayor libertad para ofrecer libros que se diferencian de la oferta tradicional. Finalmente, otro rasgo qué destacaría es que, así como con sus autores y autoras, tienen un vínculo mucho más cercano con su comunidad de lectores y lectoras.
– ¿Qué nos puedes decir de sus respectivos catálogos?
-Lo que voy a decir sonará a una generalización que trato de evitar, pero, en su mayoría, las editoriales independientes serias, al publicar menos, conforman catálogos con mayor coherencia interna que los de una editorial grande. Esto puede verse, por ejemplo, en la solidez del catálogo de editoriales como Pesopluma, Animal de Invierno, Gafas Moradas, Campo Letrado o Cocodrilo Ediciones, por citar algunas de las editoriales independientes peruanas cuyo trabajo sigo y admiro.
A mí me gusta mucho la concepción que tiene, por ejemplo, la editora argentina Leonora Djament sobre la conformación del catálogo de Eterna Cadencia: ella lo define como una constelación en la que ningún libro entra «hablando solo» sino que dialoga con ese conjunto mayor de los otros libros publicados por esa editorial. O el concepto de familia que usan los editores de la editorial española Comba: “El catálogo debe ser concebido como una familia que crece y se extiende cual árbol genealógico, cuyas ramas dan cabida a las distintas colecciones. En ellas puede haber algún hijo bastardo, pero aun el hijo bastardo debe tener un sentido evolutivo. Si no, el árbol empieza a descomponerse”.
Por supuesto, como digo, es una generalización que no todas cumplen. Existen editoriales independientes que no apuestan por tal o cual autor o autora, sino que funcionan más como una empresa de servicios editoriales que le carga el financiamiento del libro a sus autores y autoras. Estas empresas, por supuesto, no apuntan a la conformación de un catálogo.
-Las grandes editoriales, las transnacionales digamos, le permiten a sus autor@s una distribución más sólida, pagos de regalías, entre otros beneficios. ¿Cómo se traduce esto en una editorial independiente?
-Como dije en una respuesta anterior, las editoriales independientes suelen destacar más el trabajo de sus autores. Es cierto que, quizá no consigan la exposición en el escaparate de una cadena de librerías, pero para ello también cuentan como aliadas con las librerías independientes con un público específico que puede estar mucho más interesado en esta oferta variada.
Además, hoy en día las plataformas de venta virtual han cerrado bastante la brecha entre ese nivel de distribución que antes, en efecto, era mucho más grande en una transnacional.
En cuanto al pago de regalías, una empresa editorial seria, grande o independiente, cumple con esto pues es un derecho del autor percibir un margen de ganancia de la venta de su libro. Este margen suele oscilar entre el 8 y 12%. Quizá las independientes no podrán dar anticipos o adelantos de regalías, pero claro que las pagan.