En octubre no hay milagros

Título de una de las más representativas y geniales obras de la literatura peruana del escritor Oswaldo Reynoso, es hoy la frase en la que concluye mi reflexión sobre el sector cultura en plena crisis mundial generada por el Covid-19…Foto Ruinas de Caral: Agencia Andina

Escribe: Romina Paredes

No quiero sonar pesimista y hacerle pensar querido lector que no haya apelado a la resiliencia, tan mencionada y practicada hoy, o que no le haya dado un espacio a la reinvención, tan necesaria y puesta en valor, pero es que a veces nos dan ganas de decir las cosas como las sentimos y como las vemos desde nuestra ventana.

En estos meses hemos visto con que rapidez pasamos de ser una economía emergente, un país con pinceladas de evolución y progreso, a uno, cuya economía se desplomó cual castillo de naipes, quedando expuesta su real nivel de vulnerabilidad. El desempleo, las pérdidas generadas en diversos sectores, la incertidumbre para mí, no generan aún un espacio para la reactivación, aunque la anhelemos.

Me pongo en el lugar de los empresarios que deben reactivarse este mes, o tomar una decisión importante de acuerdo al contexto de su sector. Reactivarse traerá diferentes retos como el tener que iniciar operaciones en un mercado deprimido con potenciales clientes que han visto mermada su capacidad adquisitiva, que encaran deudas y/o han perdido su fuente de ingresos. Reactivarse también significa implementar protocolos sanitarios que requieren una inversión inicial y luego, un incremento en los gastos operativos que, de no contar con la capacidad financiera para evitar trasladarlo al consumidor, puede mellar el margen y a la larga, la sostenibilidad de la operación.

Centrándonos en el sector que motiva la razón de ser de este portal, a inicios del mes de junio, el Ministerio de Cultura y la Municipalidad de Lima presentó un documento llamado “Informe sobre el impacto del estado de emergencia por el COVID-19 en el sector de las artes, museos e industrias culturales y creativas” . Acá se mostraban en las cifras una dura realidad por la que atraviesan empresas, asociaciones, organizaciones, emprendimientos y trabajadores independientes relacionados al sector Cultura que, para ese momento ya estimaban pérdidas por 162 Millones de soles.

A esta crítica situación debemos agregar otro enfoque: los estragos del Covid-19 en el patrimonio arqueológico. El 13 de julio Catherine Lara, doctora en Arqueología e investigadora del IFEA en Lima, publicó un interesante informe sobre dos fénomenos que impactan gravemente los más de trece mil sitios arqueológicos de nuestro país: los atentados, leáse huaqueos e invasiones, en contra del patrimonio y el desplomo de los medios humanos y económicos necesarios al mantenimiento de los vestigios arqueológicos.

Foto: Ministerio de Cultura

Como señala la Dra. Lara, el patrimonio arqueológico ocupa un lugar preponderante en la actividad turística del Perú, la cual a su vez contribuye notoriamente a financiar al sector arqueológico. El cierre de los museos a raíz de la inmovilización social generó pérdidas económicas significativas desde este punto de vista.

Luego del levantamiento de la cuarentena, se establecieron protocolos sanitarios para que los museos puedan volver a abrir desde el mes de julio, garantizando la salud de los visitantes. Sin embargo, como menciono líneas arriba, el mismo informe señala que por el costo que representa, el Gobierno Central ofreció una ayuda de 5,8 millones de dólares al sector, la cual no necesariamente ha llegado a tiempo para poder implementar las medidas de bioseguridad necesarias para que los espacios sean reabiertos rápidamente.

Me atrevo a pensar que lo mismo sucederá con las actividades la fase cuatro de la reactivación económica, conforme al Decreto Supremo Nº 157-2020-PCM. Estas tendrán que tomarse unas semanas para analizar, implementar los protocolos y garantizarse los recursos que le permitan sostener el modelo en el tiempo. Sólo para recordar que en esta fase se incluyen actividades de bibliotecas y archivos, con aforo al 60%; actividades y gestión de museos, monumentos arqueológicos prehispánicos, lugares y edificios históricos, galerías y centros culturales (no incluye proyección de películas, obras de teatro y espectáculos), con aforo al 60%.

Esperemos que el patrimonio cultural y artístico en nuestro país no languidezca ante la crisis que vivimos y que el sector logre recuperarse para así continuar preservando nuestra identidad como sociedad.

 

Romina Paredes es experta en Marketing y Estrategia de Negocios con 25 años de experiencia. Sus últimos 18 años ha desarrollado su carrera en la industria de TI donde ha desempeñado diversos roles a nivel de América Latina. Actualmente es directora del portal de arte y cultura digital LIMA EN ESCENA. Es una apasionada del arte, las expresiones culturales y la historia. Ama escribir y viajar. Twitter: @rominaparedes Linkdin: www.linkedin.com/in/rominaparedes