Dominios

Segunda individual de Marcelo González Rocha en Tierra Baldía, reúne la última producción plástica del artista peruano, de corte expresionista, dentro de la asociación cultural constituida en homenaje a Fernando Fuenzalida. El citado artista, uno de los artistas residentes de Tierra Baldía presenta un total de 31 piezas de arte, elaboradas con la técnica de pintura al óleo sobre tela, papel y arcilla. La exhibición de diez días se celebra como una presentación especial tras cumplirse el primer año de su muestra «Blanco negro» en la misma casa cultural.

La obra de González abstrae la figura humana creando formas lúdicas a partir del dibujo. Personajes desnudos o ataviados por elementos relacionados con símbolos de poder, como coronas o uniformes, son dispuestos en escenarios de colores sólidos o fondos compuestos de patrones discursivos con uso de signos alfanuméricos. El proyecto lejos de encasillar al artista en torno a un concepto le permite explorar un universo de posibilidades recreativas, reconociendo la geografía del término dominio que va desde lo facultativo hasta lo territorial.

Sobre el artista

Marcelo González Rocha (Lima, 1984). Deportista especializado en boxeo y artista plástico autodidacta. Ha participado desde el 2002 en exhibiciones dentro y fuera del país, en espacios culturales y salas de arte, en Italia, Argentina y Colombia, entre otros. Influenciado por el expresionismo, tendencia estética que destaca el gesto del artista sobre la forma a través del color, crea figuras antropomórficas con presencia de elementos de poder y tensión, ejemplos de fuerza y vitalidad, armonía y drama.

Texto curatorial

¿Qué significa ejercer poder sobre algo (o alguien)? ¿Qué esperamos que suceda en un panorama de dominio o terreno dominado? ¿En qué momento se puede decir que se domina algo y, si fuera así, luego no surge sobre el que ejerce ese poder algo que lo domina a su vez? Estas son algunas preguntas que saltan instantáneas al relacionar el título propuesto por González Rocha y su obra. Elegir nombre (pero sobre todo palabra) “Dominios” para una exposición de pintura en la que ningún cuadro lleva puesto un título (S/T), podría llevarnos a sospechar, quizás, que se trata de un gran acertijo que nosotros, los espectadores, debemos descifrar. Abriré la puerta de ese laberinto, intentaré cruzarlo y espero, por lo menos, poder sumarle otra pregunta o pasadizo.

González Rocha pinta cuando lo necesita y, hasta donde sé, en la necesidad no hay momento para mentir, el nivel de urgencia no lo permite. Es más, es un enfrentamiento de crudeza, cara a cara, piel, violencia, ansiedad (¿alegría?), reflexión y vacío. A veces, esa especie de catarsis o, si se quiere, oficio de pintor, carga al individuo o, por el contrario, lo libera. En base a esa afirmación, ¿seremos capaces de sentir la carga o la liberación? ¿Quién es el que mira?

Abre la puerta de su taller, da algunas vueltas, tira las llaves y, en su caso particular, nunca retoma un cuadro, empieza siempre uno nuevo. Es un nuevo día, pasaron otras cosas, el cuadro va a cambiar; es él mismo y alguien más. Presiona el tubo de pintura directamente sobre la tela, hace líneas con la parte posterior de algún pincel, utiliza una regla para esparcir algún aglomerado de pintura, se aleja, lo observa, lo abandona. No se sabe cómo y quién salió del taller ese día. Nuevo día, era necesario regresar y saber quién fuiste. El cuadro lo espera y ya contiene rastros y señales que sólo le indicarán acerca del tiempo, de cuánto falta. Y luego, ya no es uno, sino dos o tres o cinco o veinte, y están allí, mirando y siendo mirados, multiplicándose una vez más ahora que te miran a ti y tú los miras a ellos.

Quiero creer que la lucha –posible característica constante del sometimiento– se evidencia en sus personajes, los cuales se construyen en el preciso momento en que los miro, moviéndose alocadamente y llenándose de líneas, colores, dientes y coronas que dificultan la lectura de su propia identidad. Sin embargo, es justamente esa identidad la que los define cuando todo este acontecer se contrasta con un solo tono, como el blanco o el negro. Precisamente es allí donde la pregunta de quién mira a quién tiene relevancia, en el momento en que el pintor concibe una identidad imprecisa y que luego sabe mostrarla con la claridad que sólo puede construir el caos. ¿Quién domina a quién?
Andrés Pérez González
Curador

Dominios
Inauguración 12 de setiembre, 8 p.m.
Del 12 al 21 de setiembre
Tierra Baldía
Av. Del Ejército 847, Miraflores
Visitas: de domingo a lunes, de 8 a.m. a 8 p.m.
De martes a sábado, de 8 a.m. a 11 p.m.
Ingreso libre