Christiane Félip Vidal: “Estoy en contra de una literatura complaciente”

La escritora francesa/peruana nos ofrece algunos alcances de su estupenda novela «Los espejos opacos» (Planeta, 2018), misteriosa historia de dos hermanos gemelos

Dos novelas en una, complementarias y a la vez contradictorias como los hermanos gemelos que la protagonizan. En la primera parte, contada por Kian en 1992, ingresamos a una casa -como muchas- durante la época más dura del terrorismo. La segunda parte, narrada por Sasha en el 2015, se presenta a modo de bitácora de un personaje sintomático. Tras la pérdida del mundo idílico y con la separación de los hermanos, Sasha intentará dar cuenta de su proceso de duelo y desmembramiento, y utilizará la imagen de Alejandra Pizarnik, su poeta favorita, como continente donde irá vaciando los restos de su propia identidad.

Para Lima en Escena es un honor charlar con la escritora Christiane Félip Vidal, autora de Los espejos opacos, su tercera novela. Fotos: Lima en Escena

– Christiane, vives en medio de un bello jardín. Te desplazas entre árboles, flores y enredaderas. Precisamente, Los espejos opacos, tu último título tiene a una Ponciana como protagonista de la historia.

– ¡Me encanta la naturaleza! Justamente en el barrio en donde vivo abundan estos árboles. La Ponciana es un árbol cuyo follaje es plano. Sus flores crecen encima del follaje. En la novela traté de destacar el aspecto visual de la ponciana. Estas flores casi sangrantes que contrastan con el verde. Su forma es como una barrera. Goza de dos espacios: uno debajo y otro encima. La ponciana es esa frontera que marca el mundo de arriba y el de abajo. En la historia delimita la infancia de los niños. Simbólicamente es el instrumento de visualización del mundo de los gemelos a través de un juego infantil.

-A propósito de las flores rojas sangrante de la ponciana, ¿están asociadas al tema de la pérdida?

– Las flores rojas del árbol es el elemento clave, simbólico. Cuando los niños se disfrazan y juegan -en una de sus tantas travesuras prendidos en la ponciana- la falda de la niña cae como una flor de la ponciana. A través de esta imagen trato de explicar cómo ambos chicos se van despojando de la infancia. Una infancia dramática y trágica para ambos niños porque lo pierden todo.

-El tema de las pérdidas vienen por partes: se muere el tío, el abuelo, los abandona el papá.

-En el marco del periodo de violencia interna curiosamente desaparece el tío, se pone mal el abuelo y desaparece el padre. ¿Curioso? Cuando escribo un libro no construyo ninguna trama. Pienso en personajes. Ni idea de lo qué pueden hacer. Luego reflexiono en un posible final. Soy incapaz de armar una trama. Pienso más en los personajes. Volviendo a tu pregunta. El tema de la guerra interna siempre está presente en mis libros. En los últimos principalmente.

-La escena en donde los chicos hablan de cómo la abuela degolló al conejo. Una metáfora que nos lleva a la muerte provocada por los subversivos. Ellos torturaban, degollaban…

-Deseaba hablar sobre el tema de la guerra interna desde la visión de los niños. Una mirada más ingenua, más sensible. La visión de un niño que percibe elementos del terrorismo sin saber sobre el tema y que además lo asocia a sus juegos. En la segunda parte del libro la mirada es de los hermanos adultos.

-En paralelo a este conflicto está presente el drama familiar que a todo infante lo atormenta. La desaparición del padre es un hecho traumático para ellos.

-Esta novela la escribí tres veces. Soy la Penélope de la literatura: borro siempre en la mañana lo que escribí en la víspera. En la primera versión había intercalado conversaciones del padre con su amante: la enfermera. En esta construcción me di cuenta de que no manejaba el vocabulario político senderista. Tampoco deseaba hacer un cortar pegar. Terminé construyendo todo a partir del lenguaje infantil. Soy consciente que mi visión del mundo es más ingenua. Construir una historia desde el ojo de un niño te permite desdramatizar y ser más objetivo.

-Los gemelos son los personajes centrales. En tu familia eres tú y tu hermana. Este vínculo, esta estrecha relación ayudó a crear la historia de los mellizos.

-Sí, claro. Durante mi proceso creativo o escritural siempre me ayuda la experiencia personal. Tengo una hermana. La diferencia de edad entre una y la otra es de dos años. Ella bien podría parecerse a Marilyn, la hermana mayor de El silencio de la estrella, una de mis novelas. Mi hermana siempre me cuidó. Ahora ambas estamos mayores, sin embargo, ella sigue preocupándose por mí. Nuestra relación es similar a la de los gemelos. El vínculo entre ambas es fuerte pese a la distancia -ella vive en Francia- y pese a vernos apenas 15 días al año. Nuestros sentimientos son parecidos. Una siente lo que le pasa a la otra y viceversa. En esta historia deseaba indagar más sobre el otro.

-La construcción de la relación entre los mellizos es ingeniosa.

-Deseaba hablar sobre la relación de una pareja de mellizos hombre/mujer y del incesto. Estoy en contra de una literatura complaciente y con esta novela deseaba ir en contra de los tabúes. Si observamos la evolución de la literatura, de la historia, apreciamos que éstas están plagadas de relaciones incestuosas. Me refiero a la universal y a la peruana. Con este libro desdramaticé el tema del incesto entre hermanos.

-El fin de la historia es dramático, doloroso…

– En medio del caos provocado por el terrorismo ellos pierden todo. Lo atractivo de esta historia es su apreciación de estos hechos. Cada uno tiene una mirada diferente de todo lo que aconteció en sus vidas. Otro punto importante es el deseo de reflexionar sobre el tema del perdón. El concepto del perdón es difícil. A mí, si me hacen daño, no perdono. Sin embargo, el perdón aquí, en el Perú, está más asociado a la religión. Si las personas perdonan sentirán paz.

– ¿Qué piensas del perdón?

-Para mí es solo una palabra.

– De niños somos unas esponjas y absorbemos todo lo que vemos. Mi madre veía la histórica telenovela Natacha. Uno de los protagonistas alude a la novela.

-Sí… Te cuento. Necesitaba graficar una secuencia de la novela. Requería propiciar una ruptura porque había un vacío temporal. Durante mis investigaciones ubiqué algunos capítulos de Natacha y empecé a verlas hasta que encontré una secuencia que tejía con esta escena de la cual te hablo. Así surgió lo de Natacha.

-Natacha es una telenovela importante en la historia de la televisión peruana. Asumí esta alusión a un guiño/tributo…

-No pretendí hacer este homenaje. Sin embargo, me alegra tu observación.

-El tango también tiene su espacio en esta historia.

-Sí, en este caso es un guiño a la bailarina Maritza Garrido Lecca. No deseaba aludir específicamente al ballet y me pareció ideal hablar del tango, jugar con el dramatismo del tango.