Carlos Esquives: «Estrenar una película peruana sigue siendo una proeza»

Como cada año los estrenos de las películas peruanas en la cartelera nacional se incrementan de manera sostenida. Cintas de todos los géneros y para todos los públicos llegan a las distintas salas de la capital y de las diversas regiones del país. Producciones como Django, sangre de mi sangre, Wiñaypacha, Rosa Mística y Vientos del sur, figuran entre los estrenos más significativos de este 2018, a punto de culminar, según el crítico de cine y director del portal Fotograma Gourmet Carlos Esquives.

Pese a todo este positivo crecimiento de las producciones cinematográficas locales, se debe destacar que el Perú aún no cuenta con la anhelada Ley de Cinematografía Peruana menos podemos hablar de una industria de cine peruano. Al respecto charlamos con Carlos Esquives.

-Carlos, este 2018 a punto de culminar, nos ofreció una cartelera comercial de estrenos nacionales bastante ecléctica: comedias, dramas, sobre temáticas de la guerra interna, en fin. ¿Qué aspectos positivos y negativos nos deja este incremento de estrenos de películas peruanas en la cartelera nacional?

-Como tú misma lo indicas, es el mismo incremento de estrenos peruanos en la cartelera nacional un aspecto positivo. Si bien sigue habiendo una enorme diferencia respecto a los estrenos extranjeros, y siempre va a ser así mientras no tengamos una industria, la idea es que no decrezca el número de estrenos nacionales, y en el mejor de los casos, se incremente a cada año considerablemente. Ahora, esa presencia del cine nacional en la cartelera continúa dándonos señas de las políticas en cierta forma arbitrarias de las exhibidoras. Ese es el aspecto negativo. En resumen, estrenar una película peruana en la cartelera sigue siendo una proeza, el mantenerla más de una semana es una quimera. Al menos eso sucede con la mayoría de estrenos. Me parece que este año las exhibidoras no se han atrevido tanto a modificar los horarios sin aviso, sin embargo, no han dudado en arrastrar a algunas películas nacionales a horarios y localidades difíciles. Lo otro positivo también lo mencionas. Ha habido una variedad de temas, géneros, pero lo que más valoraría es que ha habido variedad en cuestión de producción. Se han visto películas peruanas de productoras ya asentadas, pequeñas productoras, y las que obtuvieron apoyo de concursos del Estado. Eso de por sí ha generado la variedad de películas que apuntan a diferentes temas y públicos.

-Todos aplaudimos que anualmente se trabajen más películas peruanas, sin embargo, existe un bache enorme en el tema referido a la calidad de estas, ¿a qué le atribuyas que las películas peruanas aún no reúnen los estándares de un cine como el de nuestros pares de Chile o Argentina?

-Aquí por calidad no hablemos de formalismos o estéticas, ya que cada película tiene un equipo que en teoría tiene una idea clara hacia qué público desea apuntar, y pues eso no tiene por qué cuestionarse. Cómo alcanzar los estándares de Chile y Argentina en tema de producción; eso nos refiere al apoyo estatal. Se está apoyando al cine alternativo mediante concursos, sin embargo, puede aumentarse el presupuesto. Este año hubo más estrenos nacionales en cartelera, y puede haber más siempre y cuando las exhibidores no dispongan restricciones a las que aspiran a ser estrenadas. Son políticas que el Estado puede mediar y regular a beneficio de la cultura.

– ¿Por qué las comedias peruanas de las que sus productoras se jactan que son las más vistas, las que acapararon el mayor número de espectadores, son tan decepcionantes?

-Ok, esto es como el reggaetón. Existe un grupo que la escucha y otro que no. Unos la bailan, otros la detestan. Sin embargo, sigue siendo el género musical más consumido. Lo mismo pasa con algunas comedias, y por qué no mencionar también al cine de terror; y no solo producciones locales, sino producciones en general. Muchos de sus productores observan en estos géneros una fuente de dinero. A muchos de estos no les interesa hacer un guion decente. Mientras sepa marketearse y garantice un público, ellos apostarán. Y eso no está mal, no mientras no pretendas decir que has hecho una obra maestra estética o argumentalmente hablando. No está mal hacer dinero en base al reggaetón; el reggaetón no insidioso, obviamente. En efecto, pueda que sean películas decepcionantes, sin embargo, siempre habrá un público que no dejará de ir a verlas. Y esto sucede porque en gran parte el espectador que va al cine lo hace por rutina de ocio, y no en plan de “vamos a ver una película que no sea mediocre”. Ahora, hay que ser justos de que esta realidad que apuntas no es solo aquí. Esta modalidad de cine a granel o espontáneo es tradición en Hollywood. Una película como No me las toquen es terriblemente aburrida, pero ha logrado muy buena recaudación. Malas comedias hay aquí y allá, y al menos en EEUU, estas son base importante para su industria.

 

-En materia de producción, ¿qué nos puedes decir  sobre el incremento anual de películas peruanas?

-La frecuencia de producción dice mucho de nuestra situación cinematográfica. Como te comenté hace un rato, algo positivo fue el aumento de películas peruanas en la cartelera. Dentro de nuestro ámbito, eso se estima. Ahora si vemos desde afuera, la realidad es otra. Ese “aumento” está lejos de ser significativo respecto a la competencia. Somos un país que consume mucho cine. Lo lógico sería que deberíamos de tener más producciones nacionales a disposición. A propósito de las cifras que hizo Asu Mare 3, Luis Ramos menciona que la cifra de espectadores de cine peruano en este año no está lejos a la cifra que el cine argentino consiguió en su país, lugar que por años ha poseído una industria. Se urge entonces que el Estado apueste por el cine nacional con más énfasis a fin de estimular más producciones. No se puede estar viviendo de las estadísticas de nuestra burbuja.

-La nueva ley de cine quedó en el tintero nuevamente, ¿qué se espera para el 2019 más allá de su discusión y eventual aprobación?

-Que haya compromisos verdaderos y no oportunistas de parte del legislativo. La Ley del Cine no tiene por qué convertirse en una línea más en el CV de los que lo presentarán ante un pleno. Se necesita de un apoyo que no tache o ponga notas de pie ante las propuestas que tanto asociaciones como vinculados al cine demandan con seriedad e interés puramente cultural.

-Finalmente, de todo este espectro de películas, ¿cuáles destacas como las mejores del 2018?

– En general, destaco por sus propuestas cuatro estrenos nacionales en cartelera comercial: Django, sangre de mi sangre, Wiñaypacha, Rosa Mística y Vientos del sur. Tal vez no sean las mejores películas que he visto en el año, salvo por Wiñaypacha que la mencioné el año pasado tras su estreno en circuito de festival, sin embargo, son las que para mí sobresalen de los estrenos nacionales. Las razones las menciono en las críticas publicadas en mi blog. Sobre Rosa Mística, que no he escrito, de hecho publicaré algo antes del cierre del año.