Ana Chung: “Cuando un cuerpo se quiere se entiende a los demás”

Directora del espectáculo Quitapesar nos aproxima a este maravilloso montaje coreográfico

Estamos ante un trabajo coreográfico original. El público participa y forma parte de la creación de movimientos en los cuales convergen las miradas y la idea de sentirse parte de una comunidad que se vincula con su cuerpo. Es así como bailarines de danza contemporánea e investigadores del cuerpo serán parte de una puesta en escena que construye una conciencia corporal colectiva, que se comunica, crea, proyecta y se conecta. Nos referimos a Quitapesar, un montaje de danza contemporánea que cuenta con la creación y dirección de Ana Chung y un destacado elenco interdisciplinario. Precisamente sobre este tema charlamos con la destacada directora.

-Ana, social y políticamente el cuerpo está en lucha permanente. ¿Por qué el cuerpo es el eje de tu trabajo coreográfico?

-Porque justamente creo que en el conocer nuestro propio cuerpo nos acerca a tener libertad de expresión y esto influye en nuestro comportamiento y quehacer social y político. Creo que es el camino hacia la transformación de una sociedad más justa, menos violenta y donde podamos vernos reflejados en el otro, parte de una comunidad, de un mismo organismo vivo.

– ¿Hasta qué punto es vital crear una conciencia corporal colectiva?

-Creo que es imprescindible ya que mejora la comunicación y las relaciones sociales. Creo que estamos en una época en donde pensar en comunidad cada vez se vuelve más necesario, donde volver a conectar a través del cuerpo, la mirada, la respiración, el ambiente que nos rodea, puede ser una salida a la creciente violencia, falta de empatía, contaminación e individualización que nos pide movernos rápido, consumir y no mirar al vecino.

-En Quitapesar participa el público a manera de complicidad para mirarse y sentirse parte de este trabajo. ¿Es una manera de romper con los tabúes referidos al cuerpo que fundamentalmente tienen que ver con nuestra formación patriarcal?

-Si, es para incluir un poco al público como parte de un lenguaje que todos utilizamos que es el de la expresión corporal. Es para poder romper con la pared que se genera en el espectador cuando voy sólo a observar y quizás algunas veces pensar: Eso es algo que nunca podré hacer, o Yo no tengo esa capacidad de expresarme, o Yo no entiendo que hacen los bailarines, no me siento identificado. Queremos que se abra un espacio en el que podamos mirarnos todos y ver la riqueza en la diversidad y encontrar los puntos en común.

– ¿Cuáles son los beneficios de trabajar con el cuerpo? ¿Qué rompemos cuando a través del movimiento llegamos al punto de reconocer y dialogar con nuestro cuerpo?

-Creo que lo primero que ganamos es la confianza, el autoconocimiento de nuestras posibilidades y límites, nos permiten aceptar quienes somos. Observar cómo cada uno tiene sus propias virtudes y dificultades y que el aprendizaje de ese camino nos lleva a aceptarnos y querernos. Una vez que un cuerpo se quiere y se entiende puede querer a los demás y abrir puertas con el otro cuerpo con el que se relaciona constantemente mejorando la comunicación. Lo que rompemos es la necesidad de ser perfectos y los miedos a equivocarnos.

-Hablemos de las individualidades femeninas y masculinas. Socialmente, ¿cuál es la relación que el individuo contemporáneo tiene con el cuerpo?

-Creo que estamos enfrascados en formas establecidas por un sistema que nos dice cómo deberíamos movernos y expresarnos siendo mujeres u hombres. Donde encontrar nuestras propias formas no es una posibilidad ya que estaríamos saliendo de lo “normal”, donde lo diferente está mal visto. La relación que tiene el promedio individuo contemporáneo, me atrevería a decir que se basa por un lado en ser el instrumento que lleva al cerebro de un lado a otro y que tengo que alimentar para poder seguir viviendo, y por otro lado hay una cultura del “mantenimiento” del cuerpo que está llevado principalmente por los estándares estéticos que tienen muchos referentes occidentales que poco tienen que ver con nuestra cultura e idiosincrasia, mucho menos con nuestras formas y estructuras físicas. Entonces forzamos algunas imágenes y esto en oposición a la realidad, crea muchas contradicciones, restricciones y por ende menos libertad, en consecuencia, violencia. Violencia hacia nosotros mismos y hacia el otro.

-A propósito de la violencia de género, desde hace algunos años, décadas diría, algunos colectivos trabajan con el cuerpo en tanto elemento de lucha por nuestros derechos. ¿Qué opinas al respecto?

-Que es la principal forma de hacer evidente la falta de relación y comunicación que tenemos con él. El cuerpo es una gran herramienta de protesta, de lucha porque es lo único que nos pertenece y por eso es tan potente, necesario y al mismo tiempo tiene el poder de decir lo impronunciable. Es tangible, está vivo.

-Para terminar, ¿cuál es el origen de Quitapesar y su original nombre?

-El nombre lo elegimos entre el grupo, cuando se me pidió escribir un proyecto, pensé junto con mis compañeros Diego Gargurevich, Francesca Sissa y Silvia Agreda en un proyecto que ponga al movimiento y a la danza en una plataforma que de alguna manera acerque al espectador a un lenguaje que normalmente es lejano a la gran mayoría y sentimos que partiendo del lenguaje del cuerpo debería ser todo lo contrario. Hablamos del peso y del estigma que tiene el cuerpo en nuestra sociedad y la necesidad de aligerarlo. Partimos de un elemento que se llama así basado en una creencia cultural Maya de Guatemala que se basa en unas muñequitas de hilo que se colocan debajo de tu almohada o al lado de la cama a la que le puedes contar tus pesares y te ayuda a aligerar el sueño, se llevan los malos pensamientos y un poco de peso de las ideas que no ayudan a avanzar.

Quitapesar
Temporada: hasta el 14 de diciembre
Funciones: jueves y viernes 8:00 p.m.
Alianza Francesa de Miraflores
Av. Arequipa 4599, Miraflores
Entrada General: S/. 30.00 nuevos soles
Estudiantes y Jubilados: S/. 20.00 nuevos soles