Mujeres del Bicentenario: Retos y desafíos

Estamos en el año bicentenario, y como país conmemoramos 200 años desde nuestra independencia. Y mientras valoramos lo avanzado como sociedad, es importante reflexionar sobre el rol de la mujer y las batallas por las que se han enfrentado día a día para alcanzar la igualdad. En ese sentido, Melissa Arbocco, autora del libro El Diario de Emilia y El cuadernito de Emilia comparte algunos retos y desafíos que debemos priorizar para obtener la autonomía en nuestras niñas y mujeres.

● Educación: La gran apuesta a largo plazo. La educación es un derecho que corresponde a todo ser humano. A su vez representa una serie de recursos que nos permitirán asumir un rol activo dentro de la sociedad. Si queremos mayor igualdad, la educación es ese punto de partida con lo que debe iniciar el cambio. Necesitamos que nuestras niñas y mujeres reciban una educación completa para minimizar las brechas profundas de desigualdad de género. Imagina estas cifras: Solo el 6.2% de las mujeres (entre 25 y 34 años) de zonas rurales concluye sus estudios superiores. Mientras que mujeres de las zonas urbanas alcanzan un 33.5%, más alentador, pero no nos dejemos engañar eso quiere decir que en zonas urbanas el 66,5% de mujeres no terminan sus estudios.

● Eliminar la violencia contra la mujer. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el mundo se estima que una de cada tres (35%) mujeres han sufrido tipo de violencia física y/o sexual en algún momento de sus vidas. El Perú no es ajeno a esta estadística, en materia de violencia contra la mujer, alrededor del 51% de agresores es expareja de la víctima, revela el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Asimismo, en los últimos años se ha observado un incremento de feminicidios, se ha pasado de 84 en el 2015 a 148 en el año 2019. Con este panorama es evidente que necesitamos proteger a nuestras niñas y mujeres, a través de diferentes frentes. Necesitamos leyes que las protejan, pero también necesitamos educar y enseñar con el ejemplo para frenar este ciclo enfermizo que denigra y nos afecta a todos como sociedad.

● Profesionalización de las mujeres. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el Perú por cada 100 soles ganados por un hombre, una mujer con las mismas calificaciones y características ganaba 74,1 soles en el 2018. Esto es una medida discriminatoria laboral. Necesitamos proteger y promover que más mujeres sean económicamente activas, ¿Por qué? Porque el hecho de que trabajen refuerza su autoestima (soy útil, soy empleable, soy activa), les da independencia económica y autonomía.

● Autoestima: El arma secreta. En la medida que nos conozcamos mejor y valoremos quienes somos, nos cuidaremos más. Por lo mismo, considero que es muy importante velar por que más niñas y mujeres tengan una buena autoestima, para minimizar así la violencia sobre todo de su entorno más cercano (pareja, familiares, centro laboral). Este esfuerzo ayudará a prevenir más casos de violencia, pero, por otro lado, permitirá también acompañar y sanar a las mujeres víctimas de violencia. Trabajar en reforzar la autoestima de la población, debería ser una prioridad, empezando por incluirla dentro del currículo escolar hasta desarrollar frentes contingentes incluso en alianzas con entidades privadas.

● Educación sexual: El control empieza con uno mismo.
Es increíble ver que aún hay una serie de mitos y tabúes alrededor de la sexualidad femenina, especialmente entre las mismas mujeres. Según un estudio realizado por la Universidad Peruana Cayetano Heredia y el Guttmacher Instituto de USA, en 61 escuelas secundarias, demostró que los temas relacionados a anticoncepción y los embarazos no planeados, están entre las áreas menos cubiertas en las clases de educación sexual. Entre el 2010 y 2015 se observa que el embarazo adolescente creció a 13.6%, en los sectores rurales subió al doble y es seis veces más alto en niveles educativos secundarios que superiores.