Kauneus (la belleza), reciente entrega del sello Intermezzo Tropical, el último poemario de Roxana Crisólogo tiene cuatro secciones: Ella, Señales de humo, Postales y La Belleza. A través de estas comprobamos que la errancia es el eje constructivo del libro. Para los amantes de los trashumantes como Rimbaud, Basho o las heroínas de Jean Rhys constituye un imán irresistible, del mismo modo que en otro texto suyo, Trenes (2009), ya que esa sola palabra es mágica y nos motiva a intentar “el hallazgo imposible” la flor azul del escritor alemán Novalis
Escribe: Carmen Ollé
La poesía -a diferencia de la lógica de las acciones en la narrativa-, trabaja con las asociaciones de palabras, la prosodia, el ritmo. Los poemarios no se leen por lo general desde el principio hasta el final, sino según las señales de nuestra brújula interior, como las señales de humo de la segunda sección de Kauneus. Entonces, la fascinante lectura del Kauneus, para mí empieza con Postales, como tenía que ser, tratándose de mi admiración por las experiencias viajeras de la escritora.
Pero la poesía de Crisólogo no es romántica ni cosmopolita. Es por momentos de un intimismo duro como en “Cierra tu libro”, el poema que da inicio a Kauneus: Cierra la boca/Cierra las piernas, y de igual manera en “El viaje”, en el que la autora se mira a sí misma escribiendo desde su “barrio polvoriento” en el sur de Lima, y después continúa su periplo hacia lugares remotos: Estambul, Helsinki (“ciudad de cristal”), donde la poeta radica actualmente, o incluso Lisboa. Pero la autora no los describe; sus textos no son pinturas decorativas, sino enigmáticas metonimias: la mirada de la escritora se detiene únicamente en los detalles. En Estambul, los vestidos negros y el sudor de los cuerpos; en “Belleza”, y en todas las secciones encontramos este recurso; si se nombra a Tijuana se menciona el olor a conejo y pichón; en Kiev a los judíos ortodoxos que arrastran “varios niños y muchas maletas”.
Aunque el tono introspectivo va acompañado de una visión política sin llegar ni a la invectiva ni a la consigna partidaria. No obstante, entre los sueños, el amor, los recuerdos de la infancia y la soledad sus poemas repasan con mordacidad el plan de los inversionistas en Chernóbil, la pobreza en Brasil, el terrorismo en una maleta abandonada en un aeropuerto, del mismo modo que la codicia en Wall Street.
Roxana Crisólogo en cuya obra lo culto y lo popular siempre encuentran una aleación original y trascendente, ha logrado en Kauneus sentar a la belleza en sus rodillas como aquel verso de Arthur Rimbaud, aunque no para encontrarla amarga como el poeta francés, sino para preguntarle retadora “¿De qué lado estás?”