José “Chaqueta” Piaggio: “Empecé cantando en las calles”

Este 2020 celebra 40 años de carrera musical. Razones de sobra para realizar una mirada en retrospectiva de la trayectoria de uno de los músicos más significativos de nuestro país.

La Punta fue su primer escenario. Allí nació y empezó a cantar rock y música popular peruana. De adolescente entonaba en inglés las canciones de los Beatles, de los Rolling Stones, entre otros grupos de la época. Interpretaba también un festejo o un landó. Al escuchar por vez primera al gran Benny Moré, su música lo seduce y su aún incipiente carrera como cantante toma nuevos giros.

Con la llegada de la Fania All-Stars, Larry Harlow, Richie Ray, Papo Lucca, Ray Barreto, Johnny Pacheco, José “Chaqueta” Piaggio, enriquece su repertorio musical y empieza a cantar guajiras, rumbas, son, boleros y hasta baladas en punto de jazz y jazz fusión. De todo este itinerario musical han pasado más de tres décadas. Con más de cuatro producciones discográficas de las que se desprenden una serie de composiciones de su propia autoría, el popular músico porteño se apresta a celebrar sus 40 años de trayectoria musical. Al respecto Lima en Escena charla con el autor de Guajira pa´ mi barrio.

– Maestro, 40 años de vida artística no se celebra todos los días. ¿Qué es lo primero que recuerda?

-Mis inicios…

-Cuéntenos. ¿Cómo empezó?

-Empecé cantando en las calles. Era un palomilla, un chico aún. Lo hacía con una guitarra y cuatro acordes. Inventaba. En ese momento no sabía que era improvisar y justamente lo que hacía era improvisar. Cantaba en mi barrio y los vecinos se convirtieron en mi gran público.

– ¿Qué edad tenía?

-16 años…

– ¿En La Punta?

-Sí, en La Punta, el barrio donde nací. Mis amigos me adoraban y me adoran hasta el momento. La Punta se convirtió en una especie de gran auditorio.

– ¿Años?

-Setentas.

– ¿En qué momento decide cantar en las ligas mayores?

-Gracias al percusionista peruano Miguel Antonio “Bam Bam” Miranda, un entrañable amigo del colegio, salí de La Punta y empecé a visitar El Sargento Pimienta de Miraflores. En ese entonces, uno de los espacios más importantes para hacer conciertos. Así conocí a Eduardo Chaparro. Era el dueño. Entablé amistad con Félix Casaverde, Julio «Chocolate» Algendones, Pochi Marambio y muchos más.

– ¿Qué hacía?

-Me paraba en las escaleras y desde ahí me ponía a improvisar durante los solos que hacían los maestros que estaban en el escenario. Algunos músicos me escuchaban y me solicitaban. “Que cante Chaqueta”, decían algunos. Así empecé profesionalmente…

-¿Quiénes los solicitaban?

-El maestro Félix Casaverde…

– ¿De qué manera se construye su relación con el son?

-En pleno auge del rock, en los setentas. Todo empezó apenas escuché a Benny Moré. Justamente en ese momento vivíamos la fiebre de la salsa. Fania All-Stars, Larry Harlow, Richie Ray, Papo Lucca, Ray Barreto, Johnny Pacheco. Cantantes como Celia Cruz (única mujer), Héctor Lavoe, Willie Colón, Rubén Blades, Cheo Feliciano, Ismael Miranda. Todos ellos artistas de gran talento. Es en este momento que empiezo a interpretar todos estos géneros.

– ¿Con la denominada “salsa dura”?

-Claro. Me encantó el swing, la cadencia de esta música caribeña. Todo este movimiento musical venía de Nueva York influenciada por el jazz. Llegó en el momento mismo que se me abrían las puertas para trabajar como músico profesional. Bebí de la denominada salsa dura, del jazz, de la bossa nova, los boleros.

– ¿De qué manera empieza su vínculo con la música peruana?

-Desde siempre. Prácticamente nací cantando música peruana. Durante el auge del rock setentero y la salsa dura, en la esquina de mi casa había una peña. Era un espacio para cantar. La Peña de Marcela Villamonte. Todo el mundo recalaba en este espacio de jarana criolla. Canté en esta peña. Me hice popular ahí también. Recuerdo que me llevaron al programa de televisión Perú74. Salí cantando el Son de los diablos. ¿Te imaginas? ¡Una locura! Me hicieron interpretar música afroperuana. Me acompañó una bella bailarina afrodescendiente.

– Su despegue, ¿lo realiza cantando música negra peruana?

-Sí, empecé interpretando festejo, landó. Música negra peruana de la costa. Canté también temas de Chabuca Granda, del maestro Manuel Acosta Ojeda…

– ¿Cómo surgió el Chaqueta compositor?

-Mi vena creativa surgió en paralelo con mis vivencias vinculadas al tema familiar, al amor, a las decepciones, a las pérdidas. Problemáticas que me lastimaban emocionalmente. En medio de esta tristeza por los problemas que me dejaban desolado me puse a escribir… Me iba a la playa. Empecé a componer como si estuviera conversando con el mar. Mi música la construí a punta de sensaciones, en compañía del mar, mi confidente.

-Parte de su repertorio musical está dedicado al universo femenino. A las hijas, a las amigas, a las compañeras…

-Si, por supuesto. Tengo una serie de composiciones dedicadas a las mujeres. Les debo mucho a todas ustedes. Mi corazón se va hacía ellas y la música fluye inmediatamente. Desde el cariño de un padre por sus hijas, sus amigas, por la pareja. Les canto si estoy feliz o triste.

– ¿Qué implica escribir, componer…?

-Dejar tu vida en el papel, en los acordes…

– Cuando sube al escenario interpreta un son, un guaguancó, un bolero, con la misma magia e intensidad que canta una bossa nova…

– Sí, tengo esa facilidad, sin embargo, no sé cómo explicarlo porque no soy una persona que estudió música o técnicas musicales. Tengo una manera peculiar de escribir las notas. Escribo lo que registra mi memoria y José Luis Madueño, uno de nuestros más talentosos músicos hace los arreglos. A él le cuento la carga dramática de cada tema, le explico cómo deseo que se escuche, en fin.

– ¿Qué nos trae la celebración de los 40 años?

– ¡Novedades! Temas inéditos. Una canción homenaje a la calle Tarata. Otra que se llama Entre Porta y Buenos Aires. Conciertos…

-Sabemos de su pasión por la lectura.

-Sí. Arguedas, Calvo, Vallejo… Cada vez que abro un libro me da la sensación de ingresar a una película y ser parte de ella. Me convierto en los personajes que estoy descubriendo. Cada libro de poesía o narrativa que llega a mis manos me abre nuevos universos. Experimento la pena, la alegría. Leer enriquece el lenguaje y la composición.

-Su música también forma parte de las bandas sonoras de algunas películas peruanas.

– Un tema de Espejismo, mi última producción discográfica, forma parte de la banda sonora de Viejos amigos. Una película peruana. Por coincidencia se grabó en el Callao. Otros formaron parte de las cintas La Prueba de Judith Vélez y La Reja de los Hermanos Carrillo.