Pasó más de una década para que la poeta Alessandra Tenorio publique la segunda edición de sus libros emblemáticos Porta/retrato y Casa de zurdos (Lustra Editores, 2021), pack que incluye versiones revisadas y fijadas por la propia autora que propone la unión de dos partes complementarias y cuyo diseño se pensó para presentar una edición dinámica. Los libros contienen algunos poemas inéditos que quedaron fuera de las ediciones originales, sin embargo, responden a la misma atmósfera y espíritu que las propició. Asimismo, destacan las fotografías de Enrique La Cruz que proponen una narrativa paralela y complementaria a las propuestas por cada libro.
Al respecto, Lima en Escena charló con la autora.
-Alessandra, Lustra Editores reeditó Porta/retrato y Casa de zurdos, tus primeros títulos de poesía que originalmente se publicaron hace algunos años atrás. Ahora son libros objetos con poemas anexos…
-La edición de ambos libros conforma un díptico que reúne poemas de la primera década del dos mil. Es una edición corregida y aumentada que tiene un plus: los textos están acompañados -en su mayoría- de imágenes de esos años que fueron tomadas por Enrique La Cruz para su exposición “Diario”. Una de las partes de la muestra contenía cuadros y un registro fotográfico de casi un año de mi vida. Entonces, cuando surgió la idea de la reedición de los libros, me pareció muy oportuno incluir los trabajos de Enrique, porque calzaba perfecto con esta especie de álbum que representa ese primer momento de mi vinculación con la poesía.
-Desde una mirada en retrospectiva. ¿Cómo observas la etapa en que se concibieron ambas obras?
-Creo que tenía otra mirada del mundo. La persona que escribió esos poemas estaba en un momento de permanente asombro y confrontación. Estaba descubriendo muchas cosas por primera vez: mi propia independencia, el amor, la poesía más allá de la guía de las instituciones académicas (el colegio, los primeros años de universidad), y frente a todos esos descubrimientos yo iba confrontando la pequeña visión del mundo que tenía entonces y desencantándome y encantándome continuamente. Había mucha inocencia, también.
– Cuáles son los cambios más drásticos que experimentó tu escritura a lo largo de está última década. Imaginamos que una etapa fue la del 2010 y otra diferente este 2022 post pandémico…
-Ha habido muchos cambios, efectivamente. No sé si mi voz poética es más madura, pero yo sí soy otra persona. He dejado de ser una “palomilla de ventana” y he pasado a tener mis propias experiencias. De alguna manera, creo que eso también se refleja en mi poesía. Por otro lado, la etapa de pandemia es algo que no he terminado de procesar. Creo que soy una de las pocas personas que vivió el aislamiento social de manera excesivamente rigurosa. Incluso, hemos venido aplazando la presentación de esta reedición por eso. Estoy segura de que, si no hubiera empezado a trabajar de manera presencial, hubiera continuado alejada del mundo un tiempo más. Recién he empezado a escribir un poco sobre eso.
– Porta/retrato es un archivo fotográfico familiar cargado de evocaciones, de objetos y en esa trama destacas a tu mamá, al amigo, a la abuela, el abuelo, el padre. La memoria familiar es vital en la construcción tu obra…
-Tengo la sensación de que muchas veces uno habla mejor de lo que conoce, de sus pequeños símbolos personales, y en ese libro mi propio recorrido por la memoria fue mi guía. Yo siempre he tenido una relación especial con la memoria. Soy de aquellos que no olvidan nada; puedo recordar perfectamente hechos, palabras, situaciones que han ocurrido hace muchísimos años y conmigo se cumple eso de que “recordar es volver a vivir”. De alguna manera, estos poemas me daban la oportunidad de reescribir a mi manera algunos aspectos que me hacían ruido. Si bien es un libro que homenajea un ambiente familiar, una casa, hay cierta ironía.
-Finalmente, Casa de zurdos es un compendio. Si bien la cartografía de este libro nos lleva por la casa familiar y sus miembros nos gustaría que nos sobre el legado de tus abuelos, tus padres. Es por tu abuelo que llegas a la poesía…
-Definitivamente, mi acercamiento a la poesía tiene que ver con mi ambiente familiar. Mi abuelo era encuadernador y cuando se mudó a vivir a mi casa, sus libros vinieron con él. Recuerdo haber leído allí mis primeros poemas de Vallejo, de Lorca, de José Ángel Buesa, de Bécquer, de Catalina Recavarren. No solo en libros, sino en copias mimeografiadas que tenía mi papá con sus poemas favoritos. Por eso, no fue extraño para mí empezar leyendo este género literario; hace pocos años no había reparado en que es algo poco usual empezar leyendo poesía. Esas primeras lecturas y, a partir de ellas, la escritura de mis primeros poemas ya me había dejado la idea de que la poesía era un asunto de lenguaje. Entonces, allí estaba yo: una chibola medio rara escribiendo “en difícil” porque quería ser poeta. En mi casa son todos de ciencias: mi papá es médico; mi mamá, enfermera; mi hermano, médico; y aunque estudiar literatura fue una opción poco ortodoxa para mi ámbito familiar, creo que es el devenir del amor por los libros y el gusto por la palabra que he asimilado en mi vida cotidiana. De hecho, comentaba que mi abuelo es encuadernador, pero mi tío, su hijo, es restaurador de libros y trabajó muchos años en la biblioteca de Nueva York, donde restauró el ejemplar de la biblia de Gutenberg. Incluso, por estos días, muchas veces cuando voy a visitar a mi papá, me saluda recitando algún poema y es hermoso ver que entre los muchos recuerdos que la vejez te hace olvidar, sus poemas favoritos aún están allí.
Sobre Alessandra Tenorio Carranza
Magíster en Escritura Creativa-Poesía (UNMSM) y Licenciada en Literatura por la Universidad Nacional Federico Villarreal. Ha publicado los poemarios Porta/Retrato (Campo de Gules, 2005), Casa de zurdos (Lustra Editores, 2008) y Versos inquietos (MML, 2017), y en el CD poesía “Poemas habitados” (URP, 2019). Su libro inédito Dolencia fue traducido al italiano por Gabriella De Fina y ganó el segundo premio del concurso de traducción poética “Luca Canali” (Revista Atelier – Italia). Actualmente, dicta cursos de Literatura y redacción en la UESAN y la UPC, y talleres de poesía en diversas instituciones.