Lleva un puñado de años anclada en nuestro país y es pieza clave en todo este crecimiento de las artes escénicas en el Perú. Para Lima en Escena es un honor charlar con Florencia Rivas quien en esta interviú nos cuenta sobre su experiencia como docente, como directora de arte y productora en el segmento de las artes escénicas locales

Desde hace tres años, el Festival Montaje Sur: Ciclo Latinoamérica en Escena se fortalece como un espacio de encuentro cultural, de intercambio y formación en el segmento de las artes escénicas en el Perú. En sus dos primeras ediciones el festival centró su propuesta en el concepto de la formación de públicos con una programación de espectáculos internacionales, lecturas dramatizadas, conversatorios, talleres y clases magistrales. Gracias a esta labor a cargo de la productora y directora de arte uruguaya Florencia Rivas el Festival Montaje Sur fortalece año a año el diálogo artístico escénico entre Uruguay, Argentina y Perú, enriqueciendo así el panorama de las artes escénicas locales.
-Florencia, antes de centrarnos en las puestas en escena en las cuales has trabajado en el Perú, permítenos saber cómo surgió este vínculo con nuestro país.
– En el año 2011 recibí unas becas para ir a España a participar de unos cursos que tenían que ver con el diseño teatral y las pedagogías de la educación en el arte. Durante mi estadía por este país conocí a una colega peruana con la que hablé muchísimo y estuvimos quince días juntas en Madrid reflexionando sobre el tema de Latinoamérica, de nuestro teatro, de toda la riqueza textil del Perú. En esa ocasión me comentó que trabajaba en la Escuela de Arte Dramático y que podía realizarse intercambios con artistas, trabajar cursos que vinieran a dictar y quedamos contactadas. Así comencé mi trabajo como docente y diseñadora en el Perú creando propuestas donde los estudiantes tenían la oportunidad de crear sus montajes con una impronta escénica. Recuerdo esos primeros meses.
Deseaba conocer el teatro local. Tenía referencias de Yuyachkani, una marca en la historia del teatro peruano y en América Latina. Al conocer artistas de Lima, Cusco, Trujillo y Arequipa, empecé a observar la dimensión e inversión que había en algunas universidades para estudiar artes escénicas. Cada universidad cuenta con su sala, su festival, su centro de investigación. Comencé a laborar en la docencia en el sector escénico local que a nivel académico me enseñó mucho. Observé la riqueza teatral con la cual se podían hacer muchas cosas. Desde mi llegada me preguntaban ¿Por qué Perú?… De las múltiples respuestas digo por la amabilidad de los peruanos, una puerta para crear y otra para proponer nuevos proyectos. Justamente, los latinoamericanos dedicados a este campo necesitamos nutrirnos de nuestras experiencias, de nuestros saberes ancestrales, de nuestra memoria y tradiciones.
Perú es una categoría única dentro de las artes escénicas. Perú es ritual, teatro físico, cuerpo, máscara, procesión, es quijada y cajón peruano. Los primeros años llegué a recorrer lugares y zonas por un tema laboral con el arte y las ongs. Su historia, su pasado está presente en los centros ceremoniales lo cual es importante en la construcción de las diversas disciplinas artísticas, en especial en el teatro. Empecé a insertarme en este nicho con otros artistas y comenzó a fluir ese ida y vuelta con otros grupos de teatro fuera del ámbito académico y lo observé como un todo lejos de la subjetividad. El Perú tiene un nivel alto en este sector y sus actrices gozan de una calidad arrolladora. Todas las generaciones de mujeres en al ámbito teatral son buenas. En ese momento conecte desde el diseño teatral para ampliar esta red de mujeres y brindarles el apoyo desde lo nuevo en cuanto a dirección de arte y producción.

- Acaba de iniciar el Festival de Montaje Sur, cuéntanos cómo surgió el festival y que nos trae para su versión 2025.
 
-Montaje sur es un festival, un ciclo de presentaciones de obras teatrales latinoamericanas en escenarios locales. Este surgió de la necesidad de acercar Río de la Plata, en especial Uruguay con el Perú. En este ciclo me interesa valorar lo escénico y los lenguajes de nuestra región. Somos una industria creativa que debemos unirnos, intercambiar experiencias porque nuestra dramaturgia habla de nuestras realidades, de nuestra memoria, de nuestras miserias. Cuando me refiero a nuestras miserias me refiero a todo lo que nos han quitado. Las artes escénicas nos permiten hacer maravillas. Justamente a partir de la creación salimos adelante con este espíritu latino repleto de realismo mágico, de costumbrismo, de cosmovisión, y en mi caso en particular, de nostalgia por mi país: Uruguay.
Montaje sur son también las memorias migrantes, la mezcla de todos, el indagar de dónde venimos y hacia dónde vamos. Es un regalo que hago desde un “paisito” de gente callada, reservada que abre su alma por un mate para socializar, que se junta a jugar un partido de fútbol o que camina detrás de una comparsa de candombe un domingo. Montaje Sur es eso, un montaje, es mostrar el proceso que vivimos en el día a día y cómo nos vinculamos con la identidad y el entorno cultural. ¿Siempre miramos al norte, por qué no miramos al sur? Es la filosofía de valorar lo nuestro que trajo el constructivismo del artista uruguayo Torres García. Nos interesa escuchar al otro por eso ofrecemos actividades gratuitas, talleres, conversatorios. En el arte hay emociones y el teatro nos enseña a escuchar desde diferentes narrativas.
Somos un ensayo de festival, una cartografía de la interpretación. Aprendemos gracias al apoyo de muchas personas como las Bernasconi que siempre nos han abierto las puertas del Teatro de Lucía para recibir los espectáculos, María Dodera, directora uruguaya que me ha enseñado a diseñar y a producir con su ejemplo dentro de la productora MADO arte Uruguay, el elenco del Teatro de La Gaviota de Uruguay, La Rueda de los deseos, el Británico Cultural y las embajadas de los países que acompañan este montaje.

-Percibo un profundo aprecio por la calidad de intérpretes que tenemos, particularmente de actrices mujeres …
-El 2024 en Montaje Sur hicimos una lectura dramatizada. Convoqué a la productora Carla Levy (una gran amiga) y le pedí una lista de actrices. Era imposible elegir a todas. Participó Andrea Luna leyendo “Come tierra” y quedé impactada con su lectura. Pilar Núñez: una maestra con todo lo que nos regaló ese día, la admirable Norka Ramírez, Marisa Minetti haciendo “La noche de los feos” de Benedetti con Paco Varela jugando a la fealdad. Cualquier generación de mujeres son de impacto. Tendría una lectura infinita donde estén todas. Aquí me sucede algo distinto. En una propuesta de teatro me interesa saber quién de ellas actúa y luego la firma de la dirección. Pero siempre estoy revisando la cartelera y a sus protagonistas quizás porque como migrante soy más resiliente y me reflejo mucho en las historias que ellas representan.
– En el trabajo que desarrollas aquí en nuestro país, ¿teatro y literatura van de la mano?
-Claro que sí. Justamente, el proyecto Festival de Montaje Sur tiene su satélite ahora y lo constituyen las jornadas de las “lecturas del sur”, un trabajo que realizo con mi socia Sandra Epequin con quien vamos a programar fechas en la FIL Arequipa para empezar a mover los puntos culturales. La literatura es nuestra producción latinoamericana, gracias a los libros y los textos nos conocemos entre países. Nuestras historias nos regalan paisajes, momentos, reflexiones. Es nuestro pasaje inmediato para conocer otros mundos y culturas. Unir las disciplinas, las dramaturgias en acción.
– ¿Cuáles crees que son tus aportes al enriquecimiento del teatro local contemporáneo?
– Desde la pandemia empecé como directora de arte, especialidad que contempla lo visual y todos los complementos: escenografía, vestuario, maquillaje. Dictar cursos en audiovisual me dio un híbrido entre el teatro y lo audiovisual. Con la apertura de los teatros en el 2022 tuve la experiencia y la oportunidad -gracias a la convocatoria de Mateo Chiarella y Lucho Tuesta- de participar en ‘La Mariscala, en la dirección de arte. En el 2023 acompañé a Slaughter de Sergio Blanco con la dirección de María Dodera y el elenco de la Gaviota en Uruguay y me pasó lo mismo con Nicomedes Santa Cruz este año. Estudiar un personaje y se escape una imagen gráfica desde el vestuario, el afiche, el espacio, es un compromiso con la investigación. Nicomedes comprende toda una estética dada su condición de icono. Silvia Bando Landa, su directora, me atravesó con este gran personaje. La estética de los Santa Cruz no está únicamente asociada a la música afroperuana, es un relámpago de colores, texturas y sonidos. Es un enorme y valioso legado. Mi país tiene música afrouruguaya y la nostalgia me lleva a un punto de conexión. Los espectáculos de La Mariscala y Nicomedes fueron de una absoluta conexión con el Perú. Me pasó lo mismo durante el inicio del Bicentenario cuando Esquivel me pidió que le arme un concepto alternativo al personaje de Simón Bolívar para su puesta en el Teatro Nacional. Esto es lo que puedo aportar desde lo subjetivo hacia una visión colectiva. Ver el personaje desde el hoy hasta lo más conceptual, lo más cercano y pedagógico. Explicar a la Mariscala, a Nicomedes, a Bolívar desde estas percepciones me ayudó a generar esquemas visuales, no palabras. Entendí que la dirección de arte es un concepto en el cual no hay nada más que explicar. Es dejar fluir al espectador y conectarlo.
-Este 2025 ha sido el año de ‘Juicio a una Zorra’…
-Sí. Justamente, estos reconocimientos son los resultados que dan los intercambios entre países. María Dodera conoció en el Teatro de Lucía a Cécica Bernasconi en el primer Montaje Sur y Cécica dijo: tengo ganas deseos de ser dirigida por una directora de otro país con un monólogo. A ambas les pasé los teléfonos y se comunicaron. Se concretó la idea de Cécica. En la obra hice el vestuario, las ayudé. Antonio Piqueras hizo la escenografía y quedó como un proyecto entre Uruguay y Perú. El texto es del español Miguel del Arco. Es un monólogo sobre Helena de Troya donde desmiente el mito de la guerra por su belleza. Es un monólogo de 55 minutos donde hay música rock, escenografía, vestuario ambientado y moderno. Se realizaron dos temporadas en Perú y una temporada en Uruguay. La Asociación de críticos del Uruguay nominaron al espectáculo en la categoría “Mejor espectáculo extranjero”. Es la primera vez que Perú consigue una nominación en mi país. Estoy feliz porque el teatro cruza las fronteras. Los críticos de Uruguay vieron la fuerza interpretativa de la mujer peruana y la Bernasconi justamente es una artista multifacética y arrolladora que con su familia siempre nos abrió las puertas para que nos sintiéramos en casa.
– ¿Qué viene después?
-Trabajos de producción y de dirección de arte. Actualmente estudio Gestión Cultural lo cual me lleva a realizar mis prácticas en puesta en escena. Para el 2025 llega este Montaje Sur que recién acabamos de estrenar con una agenda de mucha colaboración entre países. Muchas actividades que muestran raíces de la semilla plantada en 2023.
Se viene gira de obra, Lecturas del sur y “Finlandia” obra de Teatro de Pascal Rambert en el Teatro de Lucía. Además, en forma de agradecimiento voy a apoyar en el recorrido académico y asistencia al libro de dirección de María Dodera, un sueño que siempre le dije que quería que hiciera cuando se jubile. Y llego el momento de encontrarnos entre aeropuertos, cafés y teatros de aquí y de allá.
Este año de la mano con las mujeres en el arte. Ante el contexto que se vive en el Perú en estos momentos están más fuertes, resilientes como siempre, siguen creando, produciendo con otras mujeres. Cada gestión que hice para el ciclo lo realicé con coordinadoras mujeres. Nosotras tenemos esa red de concretar lo imposible con trabajo y talento. En el equipo, en la directiva siempre somos “fieras”, “faraonas”. Este es el espacio que siento que transforma. Dentro del público del ciclo hay muchas ex alumnas que ven esta impronta y las ayuda a seguir creando pese a las adversidades y situaciones difíciles. La formación de públicos es otro punto importante del festival. La gente joven en definitiva mantiene las artes vivas y gracias a su conocimiento con las redes nos ayudan a construir medios alternativos para que se difundan las propuestas y llevar el arte más allá de las fronteras.
Sobre Florencia Rivas

Es diseñadora egresada de la Facultad de Comunicación Social. Especializada en Diseño de Vestuario Teatral en la Universidad de Massachusetts (UMASS). Trabajó en una serie de producciones teatrales, audiovisuales en Uruguay y Perú. Fue nominada al premio Florencio (Uruguay) en los años 2009, 2011, 2022. Recibió el Premio de Artes Escénicas de Perú en 2023. Es docente del taller “Dramaturgia del vestido” dictado en Argentina, Uruguay, Perú, Colombia. Actualmente desarrolla contenidos artísticos para espectáculos teatrales. Coordinadora general del Montaje Sur – Ciclo latinoamericano de artes escénicas, Premio Fondos de Estímulos Económicos MINCUL. Actualmente, estudia Gestión cultural en MALI- UNESCO.

        








