La gestora cultural y poeta Úrsula Alvarado nos ofrece una mirada sobre sus dos últimos libros “Canto a la hoja que cae” y “Albas a Orfeo”. Foto: Wilver Moreno
El 2015 publicó la plaqueta Metamorfosis inversa. El 2021 Canto a la hoja que cae (Hanan Harawi, 2021) y el pasado año Albas a Orfeo (Pájaro de Fuego, 2022). Si bien el segundo título es el resultado de un período de enfermedad ocasionado por un accidente, en el último libro, la autora Úrsula Alvarado recobra brillo lo cual le permite ofrecer a sus lectores un poemario fresco en su lírica y temáticas de abordaje.
– Úrsula, permítenos acercarnos a tus primeros vínculos con la poesía.
-Escribo desde mi etapa en el colegio, aunque dejé de hacerlo al asumir la maternidad. Algunos años después retomé la escritura porque la poesía fue una herramienta que me permitió hablar de un tema difícil de abordar como lo es el tema de la violencia de género. Como resultado de ese proceso surgió un libro que titulé Las voces muertas y que envié al concurso Scriptura en donde quedó finalista.
– ¿Se supera esta difícil experiencia de ser víctima de violencia de género?
-Eventualmente pienso que sí, pero aún existen algunos temas por digerir. Es un tema no del todo cerrado.
-Tu segundo libro surgió en una etapa de enfermedad y toda dolencia nos llena de frustración, de sentimientos encontrados…
-Así es. El libro está marcado por la experiencia que viví a causa de un accidente. En un primer momento no podía escribir, pasé por un estado depresivo que anuló mi capacidad creativa. Siempre cuento lo mucho que me ayudó encontrar en You Tube una conferencia ofrecida por el poeta José Watanabe titulada De la Depresión a la creación. En esta charla el autor explica cómo se sintió cuando le diagnosticaron el cáncer y cómo poco a poco fue retomando la escritura. Mientras salía de lo más profundo de cuadro depresivo iba retornando su capacidad creativa y es así como vuelve a escribir. Esto para mí fue un alivio, una luz. Los primeros meses no leía, no escribía, no ilustraba. Adicionalmente, no podía caminar. Fue una condición médica difícil, una etapa de mucha frustración. Escuchar a Watanabe me dio la paciencia de esperar para retomar mis actividades cotidianas, mis ejercicios.
– Canto a la hoja que cae, recoge toda esta experiencia.
– Sí, conforme fui recobrando la concentración y el ánimo, escribí los primeros poemas de “Canto a la hoja que cae”. El título y su asociación con lo natural fue algo inconsciente y tiene que ver con mi madre que colecciona plantas, así que desde pequeña he estado familiarizada con el tema. En el libro hablo, entre otras cosas, de las ramas quebradas, una alusión a mi pierna derecha que a causa del accidente fue reconstruida y tuve durante mucho tiempo paralizada. Luego me percaté que esa asociación de mi cuerpo con las plantas era un elemento recurrente en mis poemas y por ello decidí que el título debía hablar de ello también. “Canto a la hoja que cae” resonó en mí porque siempre me llamó la atención el desprendimiento de las hojas de los árboles durante el otoño, pues las desprenden no porque estén muertas sino para ahorrar energía y poder sobrevivir en el invierno. Este hecho, como todo en la naturaleza, es de una hermosa sabiduría. La hoja que de pronto advierte que su caída no es muerte ni condena y que, por el contrario, puede hacer de ella lo que quiera, esa idea me sedujo.
-Después de leer “Canto a la hoja que cae” sentí la influencia de Blanca Varela en tu poética. Como un guiño…
-Es curiosa tu percepción porque particularmente sentí que fue José Watanabe quien influyó más en mi proceso creativo durante este proceso. A Blanca Varela la había leído pero muy poco, después del accidente empecé a leerla mucho más.
-Has sobrevivido a dos experiencias sumamente complicadas. Por un lado, el tema de la violencia de género, y por otro, la enfermedad. ¿Cómo te sientes ahora?
–Hay un antes y un después. Si bien he salido airosa de ambas experiencias, no soy la misma. Más fuerte, sí.
-Tu último poemario marca un cambio definitivo en tu proceso creativo.
-Publicar “Albas a Orfeo” es como retornar a la escritura con cierto frescor. Es un libro luminoso para mí, un chispazo de luz.
Sobre Úrsula Alvarado
Es Licenciada en Administración de Turismo, Gestora Cultural, Ilustradora y Escritora. Finalista en el Concurso de Poesía para Mujeres Scriptura organizado por el PEN Internacional de Escritores del Perú (2014 y 2015). Publicó la plaqueta Metamorfosis inversa, 2015 y el libro Canto a la hoja que cae, 2021. En 2018 creó la asociación cultural “Poesía en la ciudad”, por medio del cual organiza eventos literarios que conectan poesía y patrimonio cultural de las ciudades. En 2021, escribió el guion para el documental: “Una ciudad como yo”, que explora la relación entre poesía, mujeres y espacio público.