Todo cuanto amé

“Todo cuanto amé” (Anagrama, 2003) de Siri Hustvedt (EE. UU., 1955) es un libro conmovedor en el sentido más amplio de la palabra. Sus páginas contienen alrededor de 20 años de experiencias de dos parejas neoyorkinas: su desarrollo profesional, el afianzamiento de su amistad, su vida familiar y eventos tan dolorosos que ponen a prueba sus afectos, sus relaciones y su estabilidad emocional. La resiliencia y la supervivencia, bien o mal llevadas según el gusto del lector, aprendidas sobre la marcha y sin recetas, representan la esperanza en este entrañable relato.

La historia baraja variados temas de sicología: Cómo a pesar de la convivencia, del tiempo, de la amistad, de haber impartido educación o de ser el proveedor de terapia sicológica, no es posible conocer a una persona totalmente; incluso uno mismo se va descubriendo con cada circunstancia de la vida. O la búsqueda de los factores que nos determinan y los momentos en los que se moldea nuestro carácter, como la genética, los padres, los oficios; y la infancia, el exilio, la pérdida o la separación respectivamente. O la forma en que la demencia nos acecha detrás de nuestros sentimientos más extremos. Las líneas que escogí esta vez son una muestra:

-«Supongo que todos somos producto del gozo y del sufrimiento de nuestros padres. Sus emociones permanecen grabadas en nosotros del mismo modo que la huella de sus genes.»

-«… pero la demencia se mide en grados, y la mayoría de nosotros, en algún momento de nuestras vidas, incurrimos en ella de un modo u otro…”

– “Era capaz de reconocer el carácter irracional de la ansiedad que se aferraba a mi garganta, pero sabía también que lo que yo temía escapaba al dominio de la razón, y que lo absurdo también puede ser real.»

Finalmente, este libro nos recuerda cuan vulnerables somos: el dolor de un corazón roto, lo sencillo que se nos hace creer y confiar, la sutileza con la que nos enamoramos, la marca indeleble que nos dejan algunas vivencias. Nos muestra también que existen infinitos motivos -y que son inminentes- que nos pueden llevar a situaciones extremas emocional y síquicamente. Evidencia que nunca estamos preparados y que no hay una fórmula para sobreponerse. Todo cuanto amamos queda guardado en un compartimento del alma y grabado en la piel, como esta historia.

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Me acerco a los libros con nada más que mi fascinación por las historias. Cada uno es para mí algo vivo y maleable, con lo que consigo la dosis de belleza, razón e inspiración que necesito en cualquier momento de la vida.