La directora de cine Rossana Díaz Costa nos ofrece una mirada en retrospectiva de lo que fue el Festival de Cine de Lima
Además de la significativa presencia del cine peruano en la última versión del Festival de Cine de Lima, un hecho de vital importancia fue la participación de NUNA, la primera asociación de directoras de cine del Perú en distintos encuentros y charlas. De las más relevantes podemos citar “Las Condiciones laborales de las mujeres y disidencias en el cine peruano”; “¿Cómo llegamos aquí? Múltiples miradas sobre la ley de cine en el Perú”; “Guarango: 30 años construyendo cine peruano”; “Mujeres del cine peruano”; “Cine peruano: nuevas narrativas descentralizadas», entre otras.
-Rossana, desde tu labor como presidenta y activista de Nuna, ¿cuál es tu mirada de la reciente edición del Festival de Cine de Lima?
-Después de la pandemia se notó en el Festival de Cine de Lima – y en otros festivales también- menos mujeres presentando sus películas. Sin embargo, esto había mejorado antes de la pandemia. No se logró la paridad en ningún momento, pero había más mujeres directoras estrenando sus películas. Con la pandemia se registró una caída grande en la producción de películas dirigidas por mujeres. ¿Por qué se dio este fenómeno? Probablemente, por todas las labores de cuidado durante la época de la pandemia que asumieron las mujeres, particularmente las que tenían hijos en la casa. Estas responsabilidades las apartaron de sus proyectos y recién ahora están retomando el trabajo cinematográfico. Ha mejorado la situación de este año en relación a la del año pasado y eso me alegra, pero todavía estamos lejos de conseguir la ansiada paridad.
– ¿Qué nos puedes decir sobre el tema de los derechos laborales de las mujeres en el cine?
-En esta reciente edición del festival, por ejemplo, tuve la oportunidad de estar en una mesa de diálogo sobre los derechos laborales de las mujeres y disidencias. Fue interesante compartir la mesa con mujeres de distintas edades: mujeres con hijos, mujeres sin hijos, mujeres jóvenes, mujeres de una generación que podrían ser las madres de estas mujeres jóvenes, un chico trans, joven también… Observo muchos paralelos, además de una realidad injusta en las problemáticas de las minorías. Hemos hablado de maltratos de diversa índole, de prejuicios, de falta de oportunidades, pero también de nuestra fuerza y voluntad, que es lo que ha permitido que podamos construir un espacio para las minorías en el cine poco a poco.
-El homenaje a Guarango fue un hecho de vital importancia.
– A nivel personal el homenaje a Guarango por sus 30 años fue para mí importante porque justamente mi primer corto lo hice con Guarango y toda la familia Cabellos. Una familia amiga. Muchos de nosotros hicimos nuestros pininos con Guarango. La mesa sobre Guarango fue una de las más entrañables. La gente tomaba el micrófono y decía algo significativo sobre esta productora y cómo el haber pasado por Guarango nos permitió acercarnos por primera vez al cine. Todos hemos recordado a Ricardo Cabellos, quien nos dejó en el 2021. Lo conocí desde chiquito, cuando con su uniforme de colegio reparaba todo lo que se malograba en Guarango. El homenaje a Guarango fue especial en ese sentido. Ha sido un significativo y entrañable tributo en el cual se ha sentido el cariño hacia el cine, hacia lo que significa hacer cine por primera vez y toda la humanidad detrás de hacer cine.
-El reconocimiento a dos directoras mujeres: Nora de Izcue y Mary Jiménez fue un hecho emblemático, por decir lo menos…
-Este homenaje ha estado acompañado de una exposición gigantesca acerca de Nora. Nosotras, como Nuna, hemos tenido la oportunidad de hacer un video homenaje para Nora que lo hemos hecho con fragmentos de nuestras películas evocando los planos del primer corto de Nora, que está perdido, pero del cual existe un guion técnico. Hemos usado los planos de este guion técnico para evocarlo desde nuestras imágenes. El resultado ha sido un trabajo experimental muy bonito. En un primer momento deseábamos entrevistarla, reproducir algo del corto de Nora. Pero al enterarnos que este corto estaba perdido, decidimos hacerle un homenaje con nuestras propias películas. Una forma de decir: “bueno, este es el legado que ella nos deja al ser una influencia importante para nosotras”. El homenaje que le hizo el festival está precioso. La exposición es completa, linda. Las personas que todavía no han venido deben visitar esta exhibición. Hablamos de la primera directora mujer en el Perú que es homenajeada en vida.
El homenaje a Mary Jiménez es igualmente significativo porque involucra a una de las documentalistas más importantes que tiene el Perú. Ella no vive en el Perú, sin embargo, este homenaje que le hicieron estrecha más el vínculo. Estos tributos fueron significativos, importantes, porque se reconoció a dos directoras mujeres, ambas socias honorarias de Nuna. En esta última edición del festival se le ha dado más importancia al cine hecho por mujeres, de todas las generaciones, con mesas acerca de sus problemáticas y sus logros, con homenajes y retrospectivas, nunca se había dado esto en el festival.
Cineastas peruanas Nora de Izcue y Mary Jiménez
– ¿Cuáles son tus conclusiones sobre la Ley de Cine?
-La mesa sobre la Ley de Cine fue una mesa más informativa. Pensé que íbamos a poder ir más hacia el tema político, pero no hubo mucho pie para hablar al respecto. Muchos no tienen ni idea de todo lo que ocurrió en el sector desde la primera Ley de Cine. La mesa se dio desde una mirada pedagógica y las preguntas fueron hacia ese lado para que la gente que no sabe nada del tema se pueda enterar. El marco legal de la Ley de Cine se remonta a años atrás y con el tiempo hemos ido avanzando, pero en la actualidad la situación de la Ley de Cine responde a una realidad del Perú en la que se están cortando muchísimos derechos de manera autoritaria y en la cual están involucradas otras instancias políticas e ideológicas. Se están censurando ciertas maneras de pensar, ciertas posibilidades de hacer memoria del país. En este momento no sabemos qué va a pasar. El Ministerio de Cultura mandó su observación tardíamente, el Ejecutivo no promulgó la ley y la observó principalmente por las observaciones del Ministerio de Economía. Es decir, la ley ha regresado al Congreso. Si el Congreso decide aprobarla tal cual como está por insistencia, la mitad de esa ley va a ser letra muerta porque si no está aprobada por el Ministerio de Economía no se podrá activar toda la parte que habla de los incentivos fiscales que permitirían activar una Comisión Fílmica en el Perú. Lo de la Comisión Fílmica ha sido el origen de todo este conflicto, ya que por querer tener más extranjeros que vengan a filmar al Perú han pasado por encima del cine nacional. Nos vamos a quedar en el limbo y, lo peor, con una ley para el cine nacional con censura y con cortes presupuestales. Asimismo, se promulgaría una ley en la cual han desaparecido en la exposición de motivos todo el tema de paridad, pluriculturalidad, poblaciones indígenas, lenguas y todo el respeto hacia nuestra diversidad.
Se había conseguido hacer una ley que no era la mejor porque todas las leyes son perfectibles, pero al menos tenía una exposición de motivos en los cuales se notaba una intención de justicia para todos los sectores peruanos y eso ya no está.
Existe también la posibilidad de hacer a futuro una acción legal por anticonstitucionalidad y también que en un futuro Congreso podamos llevar un proyecto de ley con algún congresista que quiera apoyarnos…Mientras tanto, a esperar.
– ¿Qué representa el premio Nuna en un festival de corte internacional como el Festival de Cine de Lima?
-Visibilizar el cine hecho por mujeres. La existencia de un premio únicamente para las mujeres en la categoría Mejor Directora hace que la gente reaccione. Muchas veces la gente viene al festival, pero no se fija en quién dirige las películas que ven. Dar un premio para una directora mujer permite que alguien diga “ah, esta película la ha hecho una mujer”. Y tal vez se anima a ver luego una película hecha por otra mujer. Eso ya es bastante. Me ha pasado muchas veces que uno va a presentar una película y creen que has trabajado en la película, pero que no eres la directora. Piensan que tiene que venir un hombre porque siempre está la idea del “director”. Hay que acostumbrar al público a que sepan que las mujeres también hacemos películas. Por otro lado, el jurado Nuna fue significativo este año porque es muy diverso. Hablamos de tres mujeres talentosas e importantes dentro de su mundo, de su gremio y además las tres son activistas: una es del mundo indígena, otra es afrodescendiente y la otra del sector académico literario. Es como si el Perú en toda su diversidad se hubiera hecho presente representado en estas tres mujeres.
Jurado Premio NUNA: Sofia Carrillo, Victoria Guerrero y Cordelia Sánchez
El Huaro, (Premio NUNA 2024) documental dirigido por Patricia Wiesse y producido por Jenny Velapatiño