Por segunda vez, el Perú se encuentra sumido en una nueva etapa de cuarentena a propósito de la severa segunda ola de contagios producida por el COVID19. Si bien, el sector cultural -como otros- atravesó una de sus peores crisis durante el 2020, las dificultades de sobrevivencia para los artistas de este sector se agudizan más. Para reflexionar sobre este crítico segmento artístico, Lima en Escena entrevistó a la Historiadora, Investigadora, Docente universitaria, Crítica de arte y Curadora independiente Rosa María Vargas.
-Rosa María gracias por tu tiempo. Empecemos. Ante la segunda ola producida por el COVID19 que vive el país actualmente, ¿cómo observas el segmento de las artes visuales en el Perú?
-Tanto en la primera como en la segunda ola, uno de los rubros más afectados es el de las artes escénicas y visuales, siendo esta última, la que más ha sufrido, debido al cierre temporal de salas de arte y galerías, además de la ausencia de convocatorias para nuevas exposiciones; lo que complica la situación no solo de los artistas, sino también, de los curadores. Por el momento, las posibilidades de retornar a una “nueva normalidad” son inciertas, lo único cierto es que, mientras tanto, quienes estamos estrechamente ligados al rubro de las artes visuales, tendremos que asimilarnos al medio virtual para que el arte pueda sobrevivir, apelando para ello a galerías de arte virtuales, canales de video como Youtube y redes sociales como Facebook e Instagram, para difundir exposiciones pendientes para, más adelante, materializarlas dentro de una exposición presencial.
Esto, permitiría sacar adelante a las artes visuales, y en especial a los artistas, que han sido los más perjudicados durante esta pandemia. Algunos se han mostrado escépticos a este tipo de espacios virtuales para difundir su producción pictórica -lo pude comprobar, pues se lo propuse a tres artistas, cuyos nombres me reservo y solo dos aceptaron hacerlo virtualmente-, otros, en cambio, tienen experiencia en ventas a través de plataformas virtuales de venta de arte, desde hace algunos años atrás. Aunque el presente no es nada alentador y el futuro próximo, es una incógnita; no sería raro que, posteriormente, la necesidad motive a muchos de ellos a reconsiderar estas alternativas tecnológicas como medio de difusión y venta de sus obras; porque si lo vemos desde el lado práctico, es innegable la efectividad y rapidez de las redes sociales, plataformas de ventas de artes, redes sociales y demás recursos virtuales.
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-Más allá del programa de ayuda de los estímulos y fondos para los artistas en periodo COVID19, ¿qué rol concreto juega el Ministerio de Cultura para apoyar este segmento artístico en particular?
-Si bien el Ministerio de Cultura ha venido apoyando al segmento de las artes en general, a través de estímulos económicos, desde hace algunos años atrás; desde el año pasado, promovió esto mismo dentro de la coyuntura de la emergencia por el COVID-19, que favoreció a proyectos artísticos en diversas regiones del Perú. Este presente año, dentro del marco del Bicentenario de la Independencia, lanzó convocatorias para proyectos curatoriales para Lima y las regiones, sin embargo, la convocatoria destinada a las regiones fue, a último momento fue cancelada y eso ha restado oportunidades a participantes de diversas ciudades del interior del país. Antes de hacerlo, debieron tomar en consideración el tiempo y costo que conlleva el desarrollar un proyecto de la magnitud y requerimientos que se solicitaban en la convocatoria. Estas cosas no deberían darse en un país, cuyos dirigentes se han venido jactando de una política descentralizadora e inclusiva, pero como se puede apreciar, en el ámbito cultural, y en particular, en el de las artes visuales, no se ha venido cumpliendo del todo. Espero que el Ministerio de Cultura reflexione al respecto y pueda generar oportunidades a profesionales del arte no solo en Lima, sino también dentro de los lugares de origen y residencia de estos, para así crear polos importantes de desarrollo artístico y cultural en numerosas regiones del Perú.
-Los artistas amazónicos como de otras regiones han sido golpeados crudamente con esta pandemia producida por el COVID19. ¿Qué actividades concretamente realizan para salir adelante en la creación y venta de sus obras?
-De los artistas masculinos he tenido escasas noticias, sin embargo, a quien si he visto con regularidad en las redes sociales es a Sadith Silvano, quien ha venido aplicando en su trabajo artístico en la prendas y accesorios de vestir -que inició antes de la pandemia-, a través de patrones del dibujo Shipibo-Konibo incorporados en la moda actual urbana, y que, en la actualidad, ha venido aplicando también en un emprendimiento ad-hoc: Las mascarillas con diseños inspirados en la iconografía amazónica.
El caso de Olinda Silvano, que fue víctima del Covid-19, y pese a su grave estado -que, además, la afectó económicamente- pudo superar aquel mal y salir adelante junto a otras artistas de su comunidad, vendiendo vía Facebook, sus ancestrales creaciones, tal como lo confirmó el año pasado, el 08 de octubre del 2020, en una entrevista que le hicieran Beatriz García y Alexandra Heras para la página web del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica.
– ¿Qué iniciativas ha tomado la comunidad artística en sus diversas especialidades frente a todo este proceso de crisis?
-Si bien, la curaduría independiente en el Perú es para la mayoría de nosotros, una actividad secundaria; he notado un creciente número de curadores y artistas que se han visto obligados a emplear las redes sociales para poder difundir su arte en base a exposiciones virtuales y así obtener algunas ventas; incluso los galeristas del circuito formal limeño, vienen apelando a recursos virtuales para la comercialización y exhibición de obras de artistas que ya estaban en agenda para exposiciones presenciales y se han visto obligados a optar por el formato de exposición virtual; como en el caso de la conocida Yvonne Sanguinetti -solo por citar un ejemplo-. Incluso, en mi experiencia personal, he tenido que recurrir a una galería de plantillas de diseño 3D para poder llevar a cabo la exposición Mundos Distantes que había sido pactada con el artista Alberto Herrera Arana meses atrás, de forma virtual y así poder exponer su obra en tiempos de pandemia. Hay que adaptarse a los cambios para sobrevivir.
-Hasta hace poco los artistas trabajaron en exhibiciones presenciales y en línea. Lógicamente guardando los cuidados sanitarios de rigor. Natalia Iguiñiz hace poco realizó una exposición, por ejemplo. ¿Qué nos puedes decir al respecto?
-El caso de Natalia Iguiñiz es muy particular, su más reciente propuesta inaugurada en noviembre pasado “Dejo este cuerpo aquí”, sobrepasa los límites de la galería de arte para insertarse en el espacio público, interviniendo bajo la técnica de la serigrafía, cartones de cajas recicladas y superponiéndolas sobre postes de alumbrado público a una altura muy baja, como afiche conceptual, en el contenido y en la forma semejante a un improvisado letrero o pancarta, donde la imagen es el lenguaje empleado por la artista, quien ha venido manifestando un discurso crítico hacia la sociedad limeña patriarcal, que hasta el día de hoy, aún adolece de una de las taras “anacrónicas” que más ha perjudicado el progreso femenino dentro de los diversos aspectos de la vida pública y privada: el machismo. Interesante propuesta con un mensaje reflexivo acerca de la realidad de la mujer en la Lima actual.
Acerca de la Mg. Rosa María Vargas Romero (Lima, Perú, 1974)
Historiadora, Investigadora, Docente universitaria, Crítica de arte y Curadora independiente. Desde el año 2019 es becaria del Programa de Doctorado en Historia de la Universidad de Tarapacá (Arica, Chile). Obtuvo su Magíster en Historia del Arte en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima). Es Licenciada en Historia por la Universidad Nacional Federico Villarreal (Lima) y Bachiller en Historia de la misma universidad. Y un Diplomado en Museología (Administración y Gestión de Museos) en la Universidad de Trujillo. En mayo del 2019 publicó el libro “Charo Noriega en la Abstracción Pictórica (1995-2016)”, que repasa la trayectoria y analiza etapas de su trabajo individual dentro de las diversas vertientes de la abstracción (etapa posterior a su trabajo artístico en el colectivo E.P.S. Huayco). Actualmente es docente del III Diplomado en Museología de la Universidad La Salle de Arequipa (Perú). Posee experiencia como docente de pregrado en la Universidad Tecnológica del Perú y en la Universidad Privada del Norte en cursos de historia y arte peruano. Asimismo, tiene nueve años de experiencia ininterrumpida como curadora independiente. Desde el año 2020, forma parte de la Asociación de Curadores del Perú.