Pesopluma rescata Mosko-Strom de Rosa Arciniega

Pesopluma rescata Mosko-Strom, novela distópica y social de la narradora Rosa Arciniega que había caído en el olvido.

 Creadora de una literatura comprometida y controvertida, la escritora peruana Rosa Arciniega fue una de las voces más particulares e innovadoras de la vanguardia literaria del siglo XX. Su obra floreció bajo augurios reivindicativos y poéticos en los albores de los años treinta, durante la estancia de la autora en España. Pionera en los derechos de la mujer y protagonista de los prestigiosos círculos de izquierda, Arciniega dejó ver en sus primeras novelas una prosa magistral, filosófica y metafórica que retrató con lucidez las grandes incoherencias de su época. En Mosko-Stromm por ejemplo, anticipó el rumbo mortífero de una sociedad deshumanizada por un sistema opresivo y la idolatría del ser humano hacia los avances técnicos, roída por un conformismo individualista y la fe irracional en el progreso.

En esta novela de partición rigurosa y equitativa se expresa la fuerza del estilo de Rosa Arciniega, quien teje un aparato narrativo complejo alrededor de una idea central, surgida del contraste entre la inmovilidad social que caracteriza a sus personajes y el ritmo cronométrico de Cosmópolis, la gran urbe que protagoniza el relato. La autora simboliza esta cruda realidad en un título de gran potencia alegórica: el mosko-strom o el maelström, fenómeno marítimo que succiona y destruye todo lo que le rodea, arrojándolo en pedazos fuera de su remolino, tal como el «pulpo moderno de la ambición que arrastra hacia su vórtice inesquivable a la Humanidad entera»[1].La poderosa voz narradora se introduce en los procesos introspectivos de varios personajes, comenzando por el mismo protagonista, Max Walker —ingeniero director de una empresa de automóviles y tractores—, para constatar un vacío existencial reflejado en el consumismo desenfrenado, el culto a la materialidad y a las máquinas, y el fomento de una fe ciega en la mecanización como realización final de la humanidad. Así, la fuerza contestataria que subyace este relato radica en la mirada crítica de la autora sobre sus personajes, su condicionamiento y el carácter a menudo errático de sus existencias.

Sin caer en una visión puramente pesimista o nihilista sobre su época (que es también la nuestra), las inquietudes y el posicionamiento subversivo de la autora se encarnan en una voz que resuena rotundamente en la narración: el deuteragonista Jackie Okfurt, médico apasionado de filosofía y con vocación de poeta, quien desmonta con sagacidad los mitos de una sociedad basada en un capitalismo a ultranza y en desigualdades que ya entonces se anunciaban devastadoras.

En ese sentido, Mosko-Strom es una novela que advierte y que asombra por absoluta actualidad. Visionaria en los años treinta, Rosa Arciniega publicó esta, su tercera obra narrativa, en 1933 (después de la exitosa Engranajes y de Jaque-Mate, ambas de 1931) con la editorial Cenit. La recepción entusiasmada de la crítica le permitió lanzar su segunda edición al año siguiente, para la cual se añadió el subtítulo El torbellino de las grandes metrópolis. Cabe indicar también, como dato curioso, que el manuscrito de la novela estuvo listo en 1932, lo que la convierte en contemporánea de Un mundo feliz, de Huxley, clásico universal con el que suele ser comparada.

La serie Crisálida propone al lector primeras obras de destacados autores latinoamericanos, es decir, libros de pesos pesados escritos cuando aún eran pesos pluma. La selección comparte la anticipación de formas y temas característicos de sus autores, así como su vigencia en el panorama literario contemporáneo.

En suma, Pesopluma decide rescatar Mosko-Strom no solamente como la gran novela distópica en español de su tiempo, sino como obra maestra en la trayectoria de Rosa Arciniega, representativa de las preocupaciones de toda una generación literaria en la que las mujeres terminaron silenciadas con el paso de las décadas. Esta edición incluye además un prólogo de la escritora filóloga e hispanoamericanista española Inmaculada Lergo, encargada del rescate original de la novela y especialista en la autora. Así, por medio de esta publicación, se busca iniciar la recuperación de la obra de Arciniega en el país, brindándole la atención y reconocimiento que merece por la calidad de su escritura y su carácter pionero.

Narradora, crítica de la modernidad, intrépida aviadora y militante socialista, Rosa Amalia Arciniega de la Torre nació en Cabana (Áncash) el 18 de octubre de 1903. Mujer anticipada a su tiempo, autodefinida como «anarquista mística», estimaba que la aviación representaba «menos riesgo y mayor tranquilidad»[2] que la literatura. En 1924 se casó con José Granda Pezet, con quien partió rumbo a Europa. La pareja tuvo una hija en 1928 y se estableció en Madrid, donde Arciniega participó en los círculos literarios más prestigiosos de su época, como el de La Revista Occidente, de Ortega y Gasset, posicionando su obra en defensa de los obreros y de la mujer trabajadora e igualmente explotada. Sus novelas Engranajes y Jaque-Mate obtuvieron la distinción de «Novela del mes» poco antes de que se publicara Mosko-Strom, en el año de 1933. Ese mismo año escribió un drama radiofónico, El crimen de la calle de Oxford; y al año siguiente publicó Vidas de celuloide. La novela de Hollywood, animada por la misma visión visceral de la industrialización de la humanidad. Asimismo, escribió biografías noveladas como Pizarro (Biografía del conquistador del Perú), publicada en 1936, además de las de otros conquistadores. Fue autora de la elogiada colección de cuentos Playa de vidas (1940) y consta de una obra periodística considerable, con numerosas colaboraciones en revistas como La Gaceta Literaria, Ahora, Blanco y Negro, Almanaque Literario, Mujer, Ondas, Cinegramas, La Voz, etc.

Al estallar la Guerra Civil Española, en 1936, partió a Francia con su familia para luego retornar al Perú. Formó parte del «Congreso por la Libertad de la Cultura» (1950-1967) y fue la primera mujer peruana en ocupar un cargo diplomático ante un gobierno extranjero, como agregada cultural del Perú en Argentina. Falleció en Buenos Aires el 30 de noviembre año de 1999.

Cabe destacar que actualmente la autora forma parte de la exposición virtual “21 intelectuales peruanos del siglo XX”, realizada por el Proyecto Bicentenario

[1] Parlamento del personaje Jackie Okfurt, en Arciniega, Rosa. (2021 [1933]). Mosko-Strom. Lima: Pesopluma.

[2] Declaraciones de Arciniega en la revista Estampa de 17 de julio de 1932.