Fundador junto con su hermano Rafael Santa Cruz (1960-2014) de la agrupación Hermanos Santa Cruz, estrena Sebastián Barranca 435, primer disco unipersonal afroperuano conceptual de la historia de la música popular peruana dedicado a su padre Rafael Santa Cruz Gamarra (1928-1991), uno de los artífices de la familia Santa Cruz Gamarra
A través de las plataformas digitales musicales, Octavio Santa Cruz Castillo estrenó su nueva producción discográfica Sebastián Barranca 435. Con este disco materializa el viaje musical más personal, complejo, ecléctico, iconoclasta y quizá el único en su género en lo que a experiencia sonora afroperuana se refiere. En este disco sume la labor de multiinstrumentista con maestría ejecutando más de ocho ritmos afroperuanos diferentes. Octavio, señala que tenía pendiente este trabajo discográfico de reconocimiento a Rafael Santa Cruz Gamarra (1928-1991), su padre. Al respecto charlamos con el artista.
– Octavio, permíteme empezar esta entrevista parafraseándote: “Hermano, nadie ha estado en nuestros zapatos para saber todo lo que tú y yo hemos caminado para llegar a ser los Hermanos Santa Cruz”. Madrid, 1971. ¿Cómo fue ese camino con Rafael para llegar a ser los Hermanos Santa Cruz?
-Fue un camino que ambos empezamos a recorrer desde niños casi sin darnos cuenta. En casa se escuchaba buena música todo el día y prestábamos la máxima atención a todos los géneros musicales. Aprendimos pronto a tocar instrumentos musicales y a deslumbrar en la parroquia del barrio. A partir de esta experiencia pasé horas de horas diarias de práctica de la guitarra hasta llegar a dominar escalas difíciles y acordes imposibles. Mi hermano, por su parte, pasaba mucho tiempo entre grupos de teatro, coros, musicales. Rafo y yo guitarreábamos juntos en casa y le dábamos al cajón mañana, tarde y noche desde niños. Era sólo cuestión de tiempo volvernos artistas profesionales. Y hemos sido básicamente autodidactas.
Luego de ese período, a mediados de los años 80, al volver él de los Estados Unidos nuevamente a Lima, empezamos a ir juntos a conciertos, ensayos, a presentaciones, Poco después empecé a presentarme en público como guitarrista y mi hermano como cajonero hacía lo propio. Empezamos a presentarnos repetidamente de manera extraoficial tanto juntos como separadamente. Empezamos a darnos cuenta entonces que nuestro nivel no había dejado de crecer y fue en 1988 bajo la producción de Gloria Recavarren de Solari que trabajamos juntos en la musicalización de un clásico de Shakespeare en Lima, “Sueño de una noche de verano” con un reparto plagado de estrellas del teatro y la TV peruana. Eso lo cambió todo. A pocos meses de terminar dicha intensa y exitosa temporada teatral, el 1 de diciembre de 1988, fundamos Hermanos Santa Cruz. Aquello parecía el fin de algo, pero no era nada más que el principio. El resto es historia.
– Sebastián Barranca 435 está dedicado a Rafael Santa Cruz Gamarra, tu padre. Existía una urgente necesidad de reivindicar su nombre. ¿Por qué desde una producción discográfica?
-Bueno, más que reivindicar su nombre, se trata simplemente de un acto de justicia. Mi padre, Rafael Santa Cruz Gamarra, para muchos es el gran desconocido de los Santa Cruz «conocidos». Mucha gente desconoce que él, a pesar de ser el menor, fue el primero de todos sus hermanos en atravesar el Atlántico y pisar Europa hace más de 70 años, además con gran éxito. Fue él, por tanto, la primera fuente cercana de motivación e inspiración para todos en la casa familiar. Sus triunfos, que fueron muy tempranos en el tiempo, inspiraron a sus hermanos a conseguir los suyos que vendrían años después. Le debía un disco a mi padre. He querido hacerle un homenaje a través del disco porque los trabajos discográficos constituyen -sin duda- una forma que tenemos los artistas de intentar asegurar la inmortalidad. En este caso no la mía, sino la de él. Además, me autoimpuse el reto de dedicar un disco único y personal a un matador de toros, sin hacer ni una sola referencia a la tauromaquia.
-En este nuevo disco asumes el rol de multiinstrumentista. Háblanos de esta experiencia.
-Tocar todos los instrumentos en un disco supongo que es similar a la experiencia de un grupo de niños, sueltos dentro de una tienda de dulces. Es la gloria. Y sabes que estás preparado para ello precisamente porque te sientes así. Lo disfrutas. Si la sensación fuera de agobio o de frustración al pensar en un reto semejante, hubiera significado que no estaba en condiciones de asumir un desafío de esta magnitud. Pero he disfrutado mucho componiendo, tocando, cantando y superponiendo tracks sonoros en el estudio, prescindiendo por completo de otros y encargándome yo mismo de todo. Creo que el trabajo en estudio está un poco infravalorado en música afroperuana. Se piensa muchas veces que para grabar música negra hay que tocar con sentimiento, así nomás. Como salga y a la primera. Y no es necesariamente así. En el pasado había menos opciones que ahora. Había que hacer todo muy rápido, tocando todos juntos en la sala, en pocas tomas y a un costo elevado. Hoy podemos autoexigirnos al máximo dentro de una producción discográfica sin demasiado sobrecoste adicional. La tecnología actual permite hacer cosas que antes eran impensables.
– ¿Por qué se considera a Sebastián Barranca 435 como el primer disco conceptual afroperuano unipersonal de la historia?
-Porque sencillamente nadie lo había hecho antes en el Perú. A nivel mundial Paul McCartney ha sido capaz de realizar trabajos unipersonales desde hace varias décadas. Un disco conceptual algunos creen que es “que todas mis canciones hablan de amor, por lo tanto, el concepto es el amor”. Y no. Un disco conceptual gira alrededor de un tema concreto, sí, pero contiene elementos que traen unidad dentro de la variedad y variedad dentro de la unidad. En “Sebastián Barranca 435” existe un hilo conductor, frases musicales recurrentes, contiene un leit motiv que se ejecuta de diversas formas y en distintos lugares del disco, contiene un “reprise” a la usanza de la ópera o la zarzuela, hay canciones que son variaciones melódicas de otras de las canciones del propio disco. Todo está conectado creándose una atmósfera adictiva que te lleva a querer escuchar el disco entero y no los temas aisladamente. En fin. Una caja de sorpresas donde nada ha sido dejado al azar y donde se ha cuidado hasta el más mínimo detalle. Una producción elaborada. Esto en música afroperuana no lo había hecho nadie antes. Sargeant Pepper Lonely Hearts Club Band, de los Beatles o la banda sonora de Jesus Christ Superstar, son ejemplos de obras conceptuales. Pero Sebastián Barranca 435 es afroperuana. Es mi manera de contar historias y de enlazar piezas musicales. Quizá una forma postmoderna de expresión musical en pleno siglo XXI en música peruana. Tal vez un precedente de lo que un día nos acostumbraremos a ver y oír con frecuencia.
-Podrías hablarnos cómo fue el proceso de selección de los temas, de las composiciones, justamente el primero de ellos es una composición emblemática del legado la familia Santa Cruz.
-Todo el material de Sebastián Barranca 435 es inédito. He compuesto todas las canciones única y especialmente para este disco pensando en lo que quería narrar. Los temas acompañan el guion y no al revés. Se empieza diciendo “Hoy me siento florido, no soy poeta” en ritmo de zamacueca. Se hace referencia luego en ritmo de landó a la relación de mis padres que se conocieron en Madrid en 1951. Se explora la nostalgia a continuación en Nostalgya americana, un panalivio con tintes de flamenco jazz. Se enlaza después con unas cumananas épicas dedicadas a mi padre. Hay seguidamente una habanera que describe a mi papá cruzando el Atlántico. Luego esa habanera se convierte en un onírico fox trot ejecutado por más de 50 pistas de voz sin ningún instrumento musical. Luego se pasa al festejo. Viene después el “reprise” en forma de panalivio envolvente. Hay una pequeña fuga de festejo como en descarga y el disco termina con una bulería por marineras y luego, el final-final (porque hay varios finales), como no podía ser de otra manera, con marinera limeña, a la manera tradicional.
-Permítenos pasar a otros temas. Llevas algunas décadas residiendo en España. ¿Qué te ha permitido este país en términos de revaloración del legado afrodescendiente entendiéndose por ello: su música, su literatura, sus instrumentos…?
-En realidad nací en Madrid. Vine al mundo en 1966 y luego pasé 30 años en Perú. Ahora estoy aquí de nuevo. Debo decir que no me sentía español en Lima, ni me siento extranjero aquí. Soy de ambos lugares. Eso se refleja en mi música. En mis coqueteos con el flamenco y en mis gustos personales. Por ello creo que brota de manera natural la expresión afro en todo lo que hago artísticamente y también me expreso con libertad a través de filtros flamencos. Llega un momento en el que me cuesta separar o definir ambas influencias, porque una y otra aparecen por sorpresa en cualquier frase musical o adorno armónico. Pero básicamente soy afroperuano. Cada vez más estoy orgulloso de mis raíces. Agradecido de poder continuar intentando darle el sitio que merecen nuestras expresiones, nuestros cantos, nuestros diversos aires afroperuanos y nuestros instrumentos musicales. En mi disco anterior “Más allá del Perú” participa Jorge Pardo (integrante del sexteto de Paco de Lucía) y esa experiencia ha sido importantísima para afianzar la importancia de este compartir, de este intercambio cultural, y de este disfrute al oír gozosos el repicar de nuestro peruano cajón, ya totalmente conocido y reconocido tanto en tierras españolas como en el mundo entero.
– En tu canal de YouTube haces un tributo a Alicia Maguiña, Chabuca Granda y Victoria Santa Cruz, tres de nuestras más representativas personalidades de la cultura popular peruana, a quien conociste también. ¿Cuáles consideras fueron sus aportes más significativos a nuestra cultura?
-Respecto a Alicia, Chabuca y Victoria podríamos dedicarle un libro entero a cada una de ellas. Y, además, con todo merecimiento. Así es, las conocí a las tres. Tuve esa enorme suerte. Ellas son vencedoras, ganadoras en las batallas que libraron en su tiempo. Mujeres valiosas y valientes. Son verdaderas feministas desde los tiempos en los que nadie usaba esa palabra. Claramente adelantadas a su época. El aporte inmenso de Chabuca fue abrirse paso y obtener un lugar de protagonismo como poeta, como juglaresa, maestra de la palabra y de la melodía. Alicia es el Perú. Se movía con soltura en todos los terrenos musicales. Persona de gran convicción y gran personalidad. Teatros llenos por donde iba. Profunda conocedora y amante de la costa, sierra y selva. Victoria es presencia escénica, es ritmo, es poder coreográfico, es clamor ancestral, es zamacueca y pregón exquisito. Es danza afroperuana llevada a su máxima expresión. Es sabiduría y humanidad. Existen otras celebradas intérpretes y compositoras peruanas, pero ellas son para mí sin duda, las tres creadoras musicales más importantes de la historia reciente, maestras absolutas y conocedoras de todos los secretos de la música peruana.
-En el Perú, a través del trabajo de las instituciones, gremios y colectivos, la cultura afrodescendiente se afianza cada vez más. Contamos con músicos y músicas, escritoras, escritores, activistas y más. ¿Cómo observas está labor?
-Me parece importante que los afrodescendientes tomen conciencia de lo que son. Conciencia de saber dónde estaban en siglos y décadas pasadas y de dónde están ahora. Durante el inicio del siglo pasado, antes de Victoria y Nicomedes, el negro en el Perú era un individuo criollo, que podía sentir el arte, podía cantar, bailar o zapatear y ya. No existía la conciencia de ser un afrodescendiente. Pero ojo, creo que esta conciencia de ser afrodescendiente tampoco nos tiene que llevar necesariamente a pedir una ley para cada cosa injusta hacia un afrodescendiente. Aprendamos que antes que negros somos seres humanos. Ya existe la Constitución. Y la Constitución es para todos. Hagamos, desde nuestra postura y desde nuestro núcleo socio cultural, todo lo posible por verificar que dicha Constitución se cumpla siempre y no solo a medias. Revaloricémonos con miras a ser parte de la civilización, para sentirnos parte activa de la sociedad, para dar y recibir respeto. Ese debe ser, a mi modo de ver, el sentir del afrodescendiente del siglo XXI.
Sobre el músico
Octavio Santa Cruz Castillo (Madrid, 1966), es fundador junto con su hermano Rafael (1960-2014) de la agrupación Hermanos Santa Cruz, que difundió durante casi dos décadas por todo el territorio peruano y el extranjero los ritmos y los aires afroperuanos con original y peculiar estilo, que los ha situado en la cima hasta el día de hoy. Por su agudeza, contenido y conocimiento, ha sido y sigue siendo una banda vanguardista a la cabeza de su generación. Asimismo, ha sido el arreglista y director musical de Hermanos Santa Cruz con múltiples presentaciones en directo, giras nacionales e internacionales y recordadas actuaciones en radio y TV. Han editado en esta etapa cuatro discos de larga duración, dos discos recopilatorios y un single. Dado su origen hispano-peruano, desde el año 2000 Octavio explora con exquisita habilidad el acercamiento entre la música peruana y los aires flamencos. Actualmente reside en Europa difundiendo música afroperuana por los más importantes teatros y salas del viejo continente. Son especialmente memorables sus concurridos conciertos en Berlín, Alemania. En 2016 produjo y editó el EP “Más allá del Perú” (ft. Jorge Pardo Cordero, ex integrante del Sexteto de Paco de Lucía). Este es el primer disco de flamenco jazz afroperuano grabado en España en toda la historia. En 2023 como multiinstrumentista produjo y editó en Madrid el EP “Sebastián Barranca 435”, el primer disco unipersonal afroperuano conceptual de la historia. Octavio es el músico polifacético que invita y reúne a todas las audiencias del planeta y marca tendencia moldeando el devenir del nuevo sonido afroperuano en el mundo del siglo XXI. Fuente: OSCC Producciones.