Micaela Chirif y Loreto Salinas hablan de Animales Peruanos para jugar y colorear

Las autoras de Animales Peruanos para jugar y colorear nos aproximan a este interesante título cuyo punto de partida son las imágenes de un variado conjunto de animales para colorear construyendo así un espacio de juego. En él, a través de preguntas e indicaciones, el lector es invitado a participar activamente como coautor, y a disfrutar de una manera singular de su encuentro con la fauna peruana…

Precisamente sobre Animales Peruanos para jugar y colorear (Planeta, 2021), la escritora Micaela Chirif señala: “El público infantil y juvenil tiene sus peculiaridades, como cualquiera, pero no es un grupo homogéneo”. Por su parte, la ilustradora Loreto Salinas, acota “Los niños tienen una conexión especial con los animales y aún más si saben que son animales que habitan sus paisajes, se genera apropiación e identificación”.

Al respecto, Lima en Escena charló con ambas autoras.

-Chicas, empecemos con una pregunta sencilla. El público infantil y/o juvenil no es precisamente fácil. Si bien libro construye un espacio de juego que invita a los lectores a participar en él, las preguntas constituyen un reto también. ¿Esta iniciativa de las preguntas fue una forma de invitarlos a volcar sus particulares sabidurías? ¿De retarlos?

Micaela: El público infantil y juvenil tiene sus peculiaridades, como cualquiera, pero no es un grupo homogéneo. Eso es importante tenerlo en cuenta porque muchas veces hablamos del público infantil y juvenil como si estuviera formado por un montón de gente que comparte los mismos gustos e intereses. El libro, como bien dices, es una invitación a jugar de diferentes maneras: pensando, dibujando, coloreando, planteándose preguntas. Lo que nos pareció interesante fue plantear consignas abiertas, es decir, que no buscaran, precisamente, una única respuesta o solución “correcta” sino que fueran lo suficientemente flexibles como para invitar a lectores muy distintos y de un tango de edad muy grande. Así, por ejemplo, cuando pedimos que dibujen los sueños de oso perezoso o que digan en qué está pensando la vizcacha, esa es una invitación que puede ser interpretada de muy diversas maneras, tantas como lectores haya. De la misma manera, dibujarle zapatos a la tarántula, contarle un cuento al oso de anteojos o pensar en los chistes que le gustan al pingüino de Humboldt son actividades que invitan a un ejercicio de libertad creativa.

Micaela Chiriff. Foto: Víctor Idrogo

-El arte de colorear se pone en juego al pintar a animales diversos y originarios del Perú, ¿es una forma de acercarlos a ellos…?

Loreto: Sí, pero también es un libro que entrega libertad en el arte de colorear y crear sus propias historias en torno al animal que aparece y pintarlos del color que quieran, no solamente como lo son en la realidad. Se produce ese acercamiento porque se involucran en la historia de cada uno de ellos y les dan vida, con los juegos y preguntas que el texto abre. Además, en el acto de colorear se produce una conexión con el animal que están pintando, entregándoles emoción a través de sus sensibilidades.

-En este punto y más allá del estricto juego, observo también un guiño al tema de la importancia de cada uno de los animales peruanos y la necesidad de apreciarlos, conservarlos. ¿Podríamos hablar también de un tema de preservación?

Loreto: ¡Claro! En el conocer se crea un vínculo importante para la conservación de la naturaleza. Los niños tienen una conexión especial con los animales y aún más si saben que son animales que habitan sus paisajes, se genera apropiación e identificación. El primer paso para conservar y proteger es el de conocer. Siempre pongo de ejemplo mi propia experiencia: me pasó que, al ilustrar un ave en particular, al corto tiempo me di cuenta de que vivía en mi jardín. Quizás al no haberla ilustrado nunca la habría visto. La comencé a observar y ahora sé sus ciclos, qué árbol prefiere, lo que come y muchas cosas más. Ya somos amigas.

Loreto Salinas

-Animales Peruanos para jugar y colorear, surge en medio de la pandemia global. Podríamos afirmar que, ¿es un título que acompaña, que invita a pensar sobre nuestro universo animal en momentos tan crudos como el actual?

Micaela: La pandemia nos ha expuesto a experiencias muy duras, entre ellas, el encierro. Aunque ya no estemos en una cuarentena estricta, los niños siguen sin asistir al colegio en la mayor parte del país y siguen sin poder reunirse normalmente a jugar. Este libro ofrece la posibilidad de jugar dentro de casa proyectándose a un espacio fuera del doméstico. Ofrece también la posibilidad de elegir si se quiere usar como un juego individual o colectivo. Son actividades que se puede hacer en solitario, pero también se pueden compartir con los demás miembros de la familia abriendo un espacio de encuentro intergeneracional interesante. ¿Qué canciones canta la abuela con la ballena? ¿Qué música pone el nieto para bailar con las estrellas de mar? ¿Cuántos años dice el papá que cumple el tucán? De esa manera, el libro puede ser el punto de partida para tener conversaciones interesantes que reemplacen, al menos por ratos, la omnipresencia de la pantalla.

-Finalmente, podríamos contarnos brevemente, desde su mirada y experiencia. ¿Qué implico trabajar en este nuevo título?

Micaela: Para mí fue muy interesante explorar un nuevo registro. El primer libro que hicimos juntas Loreto y yo fue Animales peruanos, un libro informativo clásico que buscaba contribuir a que los animales locales formen parte del imaginario de los niños del Perú a través del conocimiento de las especies que habitan nuestro territorio. En este segundo libro, Animales peruanos para jugar y colorear, la idea era lograr esa misma aproximación, pero desde una perspectiva completamente diferente. Una cercanía marcada por el juego y el afecto como complemento a aquella originada en la información. En ambos casos, fue para mí un placer trabajar con Loreto, que no solo es una ilustradora muy talentosa sino una persona que encara él trabaja con absoluto rigor profesional y sabe muy bien lo que hace.

Loreto: Fue un desafío dar un nuevo registro a animales que estaban pensados desde el pincel y el color, y transformarlos en dibujos livianos para que los trazos de los niños tomaran protagonismo al intervenirlos. Un momento entretenido fue montar estos dibujos en el guion que Micaela había armado, jugando con sus composiciones y dando dinamismo a las escenas. Este proceso del libro fue un buen trabajo en equipo.