Micaela Chirif: “Si la lectura es una obligación el placer de leer se diluye”

La autora asistirá a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2019, en donde recibirá el Premio Hispanoamericano de poesía para niños 2019, reconocimiento por su obra. «El Mar», título que será editado por el Fondo de Cultura Económica

Hace algunos días, la poeta y escritora de libros para niños Micaela Chirif ganó el Premio Hispanoamericano de poesía para niños, certamen organizado por la Fundación de las Letras Mexicanas. “El mar”, la obra ganadora “destaca especialmente por su lirismo lúdico expresado con emoción, ingenio e inteligencia. El título ofrece consistentemente, en un lenguaje actualizado, apropiado y sugestivo para las infancias, un tema clásico y eterno como el mar, con singular frescura y exploración semántica”. Al respecto Lima en Escena charló con la autora. 

Fotos: Lima en Escena

-Micaela, viajarás a la Feria del Libro de Guadalajara -México- en donde recibirás el Premio Hispanoamericano de poesía. “El Mar”, tu obra ganadora es un título de poesía. No es habitual escribir libros de poesía para niños…

-Los títulos de poesía para niños son más familiares ahora. Sin embargo, tradicionalmente se llamó poesía para niños a las rimas, a las canciones. Estos elementos rítmicos, melódicos que les ofrecemos a los niños cuando son chiquitos.

– Este novedoso libro de poesía para niños, ¿es una nueva experiencia en el campo de la literatura infantil?

-Sí…Con esta experiencia recién descubriré cómo es la poesía para niños. Había escrito poemas, libros para niños, pero no había combinado las dos cosas. Este sí es un trabajo de poesía. Posteriormente, antes de editarse, pasará a un proyecto de ilustración.

-¿Cómo nace El mar?

– Escribí el primer texto para un libro. Este se desglosaría en varias páginas. Después me di cuenta que este funcionaba como un poema. Empecé a escribir más para acompañar el poema inicial. Desplegué elementos, personajes vinculados al mar. Así surgió un pulpo, unas nubes sobre el mar, una ballena, un pescador, una sirena. Hay referencia de un poema a otro. El primer poema está asociado al mar.

-¿Un tejido poético?

-¡Claro! Un poema tiene eco en el otro. Una manera de darle una construcción no como poema suelto sino como un libro.

-Este 2019 es un año especial. Más allá de los premios, ¿qué implica para una autora todo este reconocimiento internacional?

-Implica un gran compromiso. Por naturaleza uno tiene cuidado con la publicación de sus trabajos. Después de obtener estos reconocimientos este cuidado se convierte en una enorme responsabilidad. Es además una satisfacción. Estas retribuciones de tan ánimo. En nuestro país no es fácil publicar un libro. Debemos remar mucho para producir.

-Son estímulos válidos, ¿no?

-¡Lógico! No lo estás haciendo mal. Estos reconocimientos te permiten seguir escribiendo. Trabajar con editoriales internacionales. Conocer otros sellos, otros ilustradores. Acceder a editoriales en donde se puede aprender más, conocer más. Con cada libro uno aprende mucho.

-Micaela, tus libros están trabajados en el formato de libro álbum. ¿Fue una elección personal que a todas luces rompe con el formato tradicional?

– Existen una variedad de buenos libros sin imágenes. Títulos tipo novelas, cuentos que son maravillosos. El libro álbum fue el formato que naturalmente me acomodó. No lo elegí. Es un formato natural para escribir. Cuando escribo un libro álbum incluso lo hago con guiones. Pese a no ser yo quien realiza la imagen pienso en ella. Sugiero una imagen. No necesito una carga narrativa en la imagen. Si la hay la pone el ilustrador.

-Consideras que los niños disfrutan más del libro álbum…

-La lectura de la imagen es inmediata y funciona muy bien para los niños. Incluso para aquellos que no saben leer. Los más pequeños necesitan que le lean un libro, pero no necesitan que le lean una imagen. La aproximación de los libros álbum en los niños es a través de la imagen. Ellos disfrutan de las imágenes.

-Eres una de las autoras de literatura infantil que siempre está en contacto con los niños de distritos periféricos. Desde esa experiencia y tomando como referencia esta teoría que no tenemos cultura lectora. ¿Cómo observas al lector infantil?

– Todo esta en cómo se le aproxime el libro a un niño. Si los adultos que lo rodean no leen posiblemente el infante no va a leer. Es decir: habrá niños que leen porque sus padres y maestros les incentivan la lectura, sin embargo, son los títulos, los libros que tienen que estar disponibles. Un niño no puede comprar un libro. Menos lo irá a buscar. No los necesita a menos que se le active esa necesidad. Los niños disfrutan de la lectura cuando están motivados. Si la aproximación al libro es como un juego y no como una obligación, el niño disfrutará de la lectura. Si la lectura es una obligación el placer de leer se diluye.

-Centrándonos más al segmento de la literatura infantil. ¿Cuál es tu diagnóstico?

-Observo un interés por trabajar en el rubro. En producir. Sin embargo, no contamos con personas formadas en este nicho. Es importante la formación de editores de literatura infantil. Más allá de la publicación de libros estrictamente para el Plan Lector, es vital que más editoriales se comprometan en publicar libros de calidad. Publicar buenos libros. Formar a los niños constantemente. Dejar de mirarnos el ombligo y mirar el trabajo que hacen otras editoriales de afuera. La buena literatura, la buena conversación en torno a ella, esa relación afectiva, el abrirte a otras historias, otros mundos, si puede contribuir a formar buenos ciudadanos.

-Estamos lejos de ser un segmento sólido, productivo…

-Lo producido hasta el momento ha sido de manera individual. Algunos autores se dedican totalmente a escribir literatura infantil o juvenil, otros de manera casual. Esto no significa que contemos con una producción de literatura para niños de manera articulada. En este punto es básico hacer una labor de archivo. Editar algunas obras emblemáticas. Hay libros perdidos…

-Puedo observar que algunas instituciones públicas y en menor medida privadas impulsan el segmento de la literatura infantil y juvenil. ¿No lo ves así?

-¿Instituciones? No muchas. Pienso en las diversas personas que trabajan muchísimo en la promoción de la lectura. La Biblioteca de Comas, Chisco Asociación Cultural de Laredo, entre otras. Estos son proyectos puntuales que funcionan por la buena voluntad de las personas. Es necesario que todas estas iniciativas se trabajen desde el estado. Desde el Ministerio de Cultura, de Educación, de la Biblioteca Nacional. Existen iniciativas pequeñas, sin embargo, la tarea está pendiente.

Sobre la autora

Micaela Chirif escribe poesía y libros ilustrados para niños. Estudió Filosofía por la Pontificia Universidad Católica del Perú y tiene un Máster en libros y literatura infantil de la Universidad Autónoma de Barcelona. Dos de sus libros figuran en la selección White Ravens. El primero es Buenas noches, Martina (Peisa, 2010) y el segundo, Desayuno (Polifonía, 2014). En 2013, su libro Más te vale, mastodonte ganó el concurso de álbum ilustrado “A la orilla del viento” que convoca el Fondo de Cultura Económica de México.

En 2016 publicó Un circo sin carpa (Random, 2016), escrito en colaboración con el escritor Carlos Yushimito. Ese mismo año publicó también ¿Dónde está Tomás? (Ekaré, 2016). El año 2017, este último libro recibió una Mención de la Medalla Colibrí IBBY Chile y el Premio Fundación Cuatrogatos.

Algunos de sus libros para niños se han traducido al coreano, japonés, inglés, portugués y francés. Ha escrito los poemarios De vuelta (Colmillo Blanco, 2001), Cualquier cielo (Lima, Mundo Ajeno, 2008) y Sobre mi almohada una cabeza (Pre-Textos, 2012). El año 2015, la Galería Estampa editó en Madrid Una flor amarilla., una antología ilustrada de sus poemas. El libro fue ilustrado por la artista Karina Beltrán.

En 2018 publicó Niebla y Dentro de una cebra, este último obtuvo una Mención de honor en el Talking Pictures Award que concede la New York Rights Fair y fue incluido en la selección White Ravens 2019 de la Internationale Jugendbibliothek. En octubre de 2019 recibió el Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños.