Esta serie de nuevos trabajos está compuesta por 24 obras en total que van desde el pequeño al gran formato. La mayoría han sido trabajadas sobre fotografías eróticas vintage y algunas ilustraciones. Esta es la exposición individual número 19 de Gonzalo, y se presenta en Lima luego de haber sido expuesta en Madrid en octubre de 2022 en Galería Nueva. La muestra permanecerá abierta en librería La Rebelde hasta el lunes 31 de julio, en el horario de lunes a sábado de 10 am a 7 pm y domingos de 12 m a 7 pm.
Librería La Rebelde presenta “Putavida”, una muestra individual de Gonzalo García Callegari (Lima, 1971). Se trata de una serie de fotografías e ilustraciones intervenidas con diferentes técnicas (entre ellas el acrílico, la tinta china y el collage) que hablan de toda una cantidad de emociones y sentimientos que se le vienen a la memoria al artista al recordar sus primeros acercamientos al erotismo. Curiosidad, excitación, placer, voyeurismo, pero también la necesidad de mantener todo esto oculto, tapado, reprimido, para que no exista el castigo y la culpa.
Gonzalo nos cuenta que “…algunas décadas después de mis años de infancia, la culpa y la represión en torno a la sexualidad (casi) han desaparecido por completo, pero no así la capacidad de jugar, de recrearse con estos elementos, y de volver a mirar, pero esta vez de frente, sin miedos, sin filtros, de manera directa pero a la vez sugerente, creativa y sumamente irónica. De eso trata “Putavida”. De volver la mirada a algo tan humano y cotidiano como la sexualidad, el erotismo y el placer”.
Estas obras fueron concebidas y realizadas en el año 2020 y 2021, durante la pandemia del coronavirus, como bien señala Susana Torres, la autora del texto curatorial “…Putavida, importa decirlo, surgió en momentos en que la propia vida estaba en riesgo. García Callegari la elaboró como respuesta al gran luto y parálisis social derivados de la pandemia. En medio de la mortandad y el desconcierto, se abocó a un arte que vinculara el trabajo del duelo con el trabajo de sexo. Y a las prostitutas con las curanderas. De todo mal. Como doctoras del corazón. Como signos carnales de la supervivencia misma”.