Por: Romina Paredes
Es la frase del texto dramatúrgico que más me impresionó de la puesta en escena Yerma, adaptada y dirigida por Nishme Sumar. Este clásico original de Federico García Lorca, que se estrenó en el Teatro La Plaza, toca un tema que en los últimos años ha cobrado relevancia: el destino que la sociedad le ha impuesto por siglos a las mujeres, quienes siguen disputando el derecho a decidir sobre sus vidas y sus cuerpos.
Más allá de la maternidad anhelada que es vista como una esperanza de libertad por la protagonista, la obra toca los deseos de una mujer que chocan con el comportamiento que se espera de ella, así como las convenciones de la época. No en vano el coro de la obra reza “Las mujeres en su casa” …
Yerma, la búsqueda de libertad
La obra es fascinante. Nos ofrece un sin número de escenas para reflexionar y es inaudito que casi 80 años después tenga tanta vigencia. Es la parte que como mujer me deja un tanto descorazonada, pues quienes anhelamos un futuro diferente para las generaciones próximas sentimos que el avance es lento: la conquista del espacio público sin minimizaciones ni violencia, la maternidad como elección, las aspiraciones y sueños más allá de la costura y la casa, sin que esto sea negativo, pues es una opción válida para quienes lo anhelan.
La interpretación de Yerma por parte de Urpi Gibbons es brillante. Imposible no sentir su dolor y frustración en carne propia. Una notable Haydeé Cáceres como la mujer madura que ha roto las convencionalidades de su época y que es mal vista por ello, pero se jacta de haber hecho lo que quiso y es la voz susurrante que reta siempre a la protagonista.
La puesta en escena parece simple, pero va más allá de esta aparente sencillez para ofrecernos una obra realmente poética. El uso de elementos como la música, el quechua, las máscaras, le dan color y acercan el tema al espectador. También debo destacar que el reparto cuenta con un elenco de actores multidisciplinarios que con su trabajo logra que Yerma nos toque y no nos deje indiferentes. Yerma denota un trabajo en equipo impecable y una muestra más que el teatro en nuestra capital es de un nivel universal.
Es impresionante como un tema como Yerma escrito hace tanto tiempo siga siendo actual. No perdamos la fuerza para lograr reconocimiento y de esa manera las mujeres que están y las que vendrán tengan un universo distinto y una vida plena.
Gracias querida Luisa. Compartimos tu opinión.