Muestra individual se inaugura en la Galería Fórum este miércoles 6 de marzo a las 6:30 p.m.
En ella, Bedón refleja un amplio interés en documentar sus más recientes observaciones sobre la realidad actual, y nos presenta en esta Bifurcación Imaginaria, un cuestionamiento de categorías y lenguajes, a través del retrato de un personaje ambiguo. Este personaje, una imagen que parece trasplantada del teatro, el arte y la literatura japonesa, nos hará pensar en el binarismo de género y el travestismo como categoría artística. Espacios diáfanos recreados por los trazos de la artista acompañan a esta imagen-personaje, y lo envuelven en una misteriosa atmósfera, en la cual disímiles elementos visuales logran hilvanar aquello considerado cotidiano o práctico con lo conceptual y formal.
Las piezas que conforman la muestra, consideran en su concepción tendencias filosóficas como el post estructuralismo, el deconstructivismo y las teorías vinculadas al psicoanálisis; todas corrientes de la Ecole Française, que hoy constituyen narraciones reescritas o recreadas por el arte de Eli Bedón, quien, a través de cada una de sus obras, cuestiona los principios binarios de lo imaginativo y lo simbólico.
Eli Bedón demuestra gran destreza en la composición, en el manejo del dibujo, la luz y el color, logrando introducir gran carga emocional y estética a sus imágenes figurativas. Para ella, todo es evolutivo y la verdad única no existe. Pinta por placer, más allá de las modas. Su pintura tiene tradición, y una representación minuciosa de los detalles.
Bifurcación imaginaria
Texto curatorial de Daniel G. Alfonso
La historia del arte en América Latina, hoy en día, está compuesta por una serie de acontecimientos e hitos que no se terminan de dibujar. Cada trazo para construir este escenario se hace obligatorio para poder reconocer la escritura visual que realiza cada artista por la creación del continente. Es aquí donde se hace notorio mencionar la trayectoria de Eli Bedón en el contexto contemporáneo sudamericano y su interés por documentar y problematizar sus más recientes observaciones sobre el hoy y el ahora.
Esta propuesta, su reciente exposición personal, le va a permitir a usted como espectador entender y adentrarse en el juego y estatus epistemológico de la identidad. Pero ¿de qué identidad estamos hablando? Es momento de hacer una pausa y comentarles que esto es un tema sumamente sensible y que el discurso que aborda Eli Bedón en sus cuadros llega con la intención de cuestionar categorías y lenguajes. La identidad merece ser (re)construida y analizada con detenimiento, en Bifurcación imaginaria la creadora se apropia del concepto y sigue el sentido figurado de la identidad como un camino sin salida y que se torna complicado representar. Sin embargo, en este proceso de buscar respuestas lacanianas sobre el yo, la artista ha creado una especie de alter ego o personaje que será el encargado de ponernos a debatir sobre el binarismo de género, el travestismo como categoría artística y la alteridad que no puede existir sin la otredad. Una mirada, del otro, encarnado en este sujeto que parece salido del teatro Kabuki y que hasta ahora no sabemos quién es, qué busca y que nos viene a decir.
Asimismo, en Bifurcación imaginaria la artista ha recurrido a disímiles elementos visuales que logran hilvanar lo práctico con lo conceptual y formal; Eli demuestra la gran habilidad que posee con el material empleado y la destreza en el manejo del dibujo, el color, la luz, la línea que, indica un lenguaje gestual muy particular que le posibilita crear imágenes con grandes cargas emocionales y estéticas. De igual forma, y sin dejar a un lado, se debe mencionar que en las composiciones realizadas para la exhibición el recepetor irá desocultando el contenido de la obra de arte y la sensibilidad de la artista (su alma interior). Estas emociones internas se pueden ver reflejadas en cada atmósfera construida por Eli Bedón en las que proyecta su historia personal, su universo, su historia. Como diría Heidegger, el ser y la esencia de la obra es expresar y proyectar la verdad, tomar lo que tiene a su alrededor y usarlo como fuente de inspiración. Por lo tanto, y sin develar mucho los significados, en cada composición aparecen signos, metáforas y elementos sensoriales que se relacionan directamente con el tiempo, su paso y de cómo puede ser manipulado; la muerte, la vulnerabilidad de la artista y la fortaleza que tuvo y tiene para salir adelante.
Es momento, ahora, de volver a mirar detenidamente cada escena. ¿Ya lo hizo? Recorra cada detalle, no se pierda ninguno. Ahí está la clave para comprender todo el universo interior de Eli Bedón. La curaduría y la museografía, muy diferente a lo que estamos acostumbrados, también, ayudará a leer una historia que nos toca de cerca a todos.