El olvido que seremos

Héctor Abad Faciolince (Colombia, 1958) titula este libro con parte de un soneto atribuido a Borges que llevaba su padre escrito en un papel, en su bolsillo, el día en que fue asesinado. “El olvido que seremos” (Seix Barral, 2006) es un intento de prolongar a través de sus páginas el recuerdo de quien fuera su mejor amigo, su inspiración y un reconocido especialista en salud pública y defensor de los derechos humanos en Colombia.

Por: Rocío Málaga

Esta biografía de su padre retrata no sólo al extraordinario activista, maestro y hombre de familia que él fue, sino el inicio de la gigantesca ola de violencia que hizo desangrarse a Colombia durante décadas. Engendrada por la intolerancia, alimentada por la falta de libertad de expresión, las condiciones de pobreza extrema y la ambición política; cobró cientos de miles de vidas, muchas de forma cruel, como la de Héctor Abad Gómez.

Algunas de mis líneas favoritas son:

– “Es una de las paradojas más tristes de mi vida: casi todo lo que he escrito lo he escrito para alguien que no puede leerme, y este mismo libro no es otra cosa que la carta a una sombra.”

– “…para sentir el único consuelo que se siente en la tristeza, que es el de hundirse más en la tristeza, hasta ya no poderla soportar.”

– “Al escribir este libro la quemé también pues entendí que la única venganza, el único recuerdo, y también la única posibilidad de olvido y de perdón, consistía en contar lo que pasó, y nada más.”

Como una consecuencia de su trágica pérdida y poniendo en práctica las lecciones de su padre, Abad se reconcilia con la vida ejerciendo su oficio de escritor. En su sentido relato expresa la liberación que la escritura le permitió, ayudándole a procesar lo sucedido y a exorcizar de él parte del dolor. Él la llama “una de las magias más extraordinarias del mundo”, la única arma que utilizó su padre en vida: las palabras. Contar para dar a conocer, para alargar el recuerdo, para alejar el olvido. En sus propias palabras: “Además, de mi papá aprendí algo que los asesinos no saben hacer: a poner en palabras la verdad, para que esta dure más que su mentira.”

Me acerco a los libros con nada más que mi fascinación por las historias. Cada uno es para mí algo vivo y maleable, con lo que consigo la dosis de belleza, razón e inspiración que necesito en cualquier momento de la vida.