Alrededor de diez años de investigación y trabajo le tomó a Rafael Dumett (Lima, 1963) el libro “El espía del Inca” (Lluvia, 2018). El resultado de este esfuerzo es una monumental obra de ficción de sólida base histórica, que narra los trabajos de Yumpacha, el espía del Inca, convocado por un antiguo compañero para ayudar a liberar a Atahualpa de los extranjeros que lo han tomado prisionero.
Yumpacha, de origen chanca, asumió a lo largo de su vida diferentes identidades con el fin de cumplir las misiones que le eran encomendadas. Muchas y ninguna en realidad, él mismo lo siente cuando se encuentra a punto de cumplir su última misión. Como él, los pueblos sojuzgados por el Incanato sufrieron el arrebato de sus huacas, la mezcla forzosa de su sangre, la dura obligación del trabajo y el tributo con la promesa de protección. Su vida es símbolo de ese proceso malogrado, corrompido desde dentro: el imposible trabajo de asimilar a los pueblos avasallados arrebatándoles su identidad. Representa el malestar que subyacía a la grandeza Inca.
Esta selección de líneas nos habla de eso:
– “Por eso, cuando los funcionarios del Inca retuvieron en Vilcashuaman al hijo marcado por el don para ponerlo a su servicio, no solo había sentido en su pecho el dolor de la madre que se separa para siempre del fruto de sus entrañas. Había muerto en su pepa la esperanza de libertad para los suyos.”
-«Que me has hecho soportar la ignominia de vivir con un hombre de ánimo sometido, de los que solo aman al que los golpea, admiran al que los domina y llaman a sus hijos con nombres de sirviente.”
– “Se es leal hasta que se deja de serlo. El sirviente más fiel puede convertirse en el más pérfido traidor entre un latido y el siguiente.”
El origen de este estupendo libro guarda relación con el hallazgo en 2008, de un gigantesco quipu, que, por sus características, los investigadores convinieron en que se trataba de un registro no numérico, probablemente de hechos, costumbres o rituales. El resultado, un genial esfuerzo de imaginación para explicar un capítulo controversial en la historia de nuestra cultura. Una invitación a redescubrirla y disfrutrarla en su cosmovisión, en su lengua, en su relación con la naturaleza. A contrastarla y despojarla del romanticismo para seguir amándola genuinamente.