Argentina: historias de café

Tomar un café en Buenos Aires esconde mucho más que eso. Es un ritual de encuentro con uno mismo, con otros y con la historia. Con la inminente apertura de fronteras, la ciudad invita a una experiencia para no perderse este octubre que se celebra el Día de los Cafés de Buenos Aires

Las callecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo, dice uno de los tangos más populares de Ástor Piazzolla. Y no miente. Las historias que cuentan los viejos empedrados, los aromas, los sonidos y su gente las hacen místicas. Sus cafés son también un reservorio de anécdotas, personajes y vivencias que hacen a la identidad porteña. Este 26 de octubre, los cafés, confiterías y bares notables se vestirán de fiesta para celebrar el Día de los Cafés de Buenos Aires, en una combinación de gastronomía y cultura local. Es que, en esta fecha, se recuerda la apertura del emblemático Café Tortoni, ocurrida en 1858.

Bien sabido es que en Buenos Aires la experiencia de “ir a tomar un café” no es simplemente eso. Es, más bien, un ritual para leer un diario, un libro, tener un momento a solas o disfrutar de la tradición que envuelve estos espacios de encontrarse para regodearse de la cultura porteña. Es la excusa para sentarse en el mismo lugar donde estuvieron reyes, presidentes, reconocidos artistas, escritores o deportistas. Y cada uno de estos espacios esconde historias siempre dispuestas a ser descubiertas por cualquier curioso a través del relato de algún mozo o, por qué no, de otro comensal. Pero no todos son iguales, cada uno tiene su mística.

Los cinco cafés más emblemáticos de Buenos Aires

1.- Todavía resuenan las voces de grandes figuras en el viejo Café Tortoni, el más antiguo de Argentina. El arte habita este bar notable, al que fueron a buscar inspiración personajes como el cantante Carlos Gardel, los escritores Jorge Luis Borges y Alfonsina Storni, el automovilista pentacampeón del mundo Juan Manuel Fangio y, según se cuenta, hasta el mismo Albert Einstein.
Le debe su nombre su homónimo de París pero, su majestuosa fachada, las mesas y las columnas de mármol, las vidrieras del siglo XIX en el techo y el halo que lo rodea, hacen que nada tenga que envidiarle. Sin mencionar que sus paredes emanan pura cultura e historia inmersas en un característico estilo que remite a otros tiempos.

2.- Atravesar las puertas del Café de los Angelitos es atravesar el tiempo. Al ingresar, se genera la sensación de volver a 1890, cuando fue fundado y, si bien durante 14 años permaneció cerrado, no perdió el toque. Las paredes cuentan historias a través de las fotos que recrean la época en que este notable nació mientras desde un balcón baja la música en vivo de un bandoneón e inunda el salón al ritmo del 2×4.

3.- La tradición gastronómica pisa fuerte en el Café Margot del barrio de Boedo, otro inseparable de la identidad porteña. Entre los de paladar más exigente se dice que el imperdible de la casa es el sándwich de pavita al escabeche, creado en los años 40. Y por qué no acompañar la experiencia con la lectura de un libro, de esos que duermen en la biblioteca situada en la parte de atrás del local. Desde 1904, este lugar fue testigo del paso de anarquistas, tangueros y escritores, recordados en los retratos de sus paredes.

4.- Uno de los cafés más icónicos del típico barrio de San Telmo es el Bar Federal, que antes de convertirse en el café que es hoy fue pulpería, tienda de comestibles y alojó un prostíbulo, según cuentan. ¡Vaya si guardarán historias sus mesas y mostradores! Tiene más de 150 años y los demuestra orgullosamente a través de viejas publicidades, fotografías y objetos antiguos.

5.- Los amantes del deporte y en especial del automovilismo tienen parada obligada en La Biela. Su propio nombre está inspirado en la pieza del auto de un piloto argentino que se rompió en la esquina de Recoleta donde está el bar. Mito o realidad, lo cierto es que por las mesas de este emblemático pasaron grandes de la Fórmula 1 como Jackie Stewart o Emerson Fitipaldi y figuras de otros ámbitos, como los entonces reyes de España, Juan Carlos y Sofía.

Cómo homenajea Argentina al café

Para homenajear al café, que fue testigo de tantas historias en Buenos Aires, el 26 de octubre habrá espectáculos de folklore. En detalle, desde las 16 hs., en los bares Imperio, El ViejoBuzón, Sur y La Biela se presentarán grupos y solistas con repertorios inspirados en Atahualpa Yupanqui y otros referentes latinoamericanos. Octubre, el mes del café latinoamericano Durante todo octubre se homenajea al café ya que al comenzar este mes es el día internacional de esta bebida tan amada mundialmente. Si bien en Latinoamérica los principales consumidores son Brasil, Colombia y Chile, Argentina le dio un significado especial, podría decirse de amistad y también lo celebra.