El destacado poeta amazónico nos ofrece una entrevista para hablar de su su nuevo título de poesía “El intérprete del caos”, una mirada personal de su entorno social, político y una interesante postura crítica a la crisis sanitaria en nuestro país generada por el COVID-19 en la primera ola
El intérprete del caos, del poeta amazónico Andrés Sicchar, señala el poeta y investigador Jorge Espinoza Sánchez, es un título que teje con el tempestuoso momento actual. El fragor de la crisis se refleja en esta obra poética de fuerte conmoción telúrica e indignada fraseología política, elementos que otorgan un gran aliento a la visceral obra de este joven poeta amazónico. De las tormentas nace la gran poesía y así la arquitectura verbal de Sicchar expresa los caminos sinuosos de nuestra existencia. El impulso al porvenir tiene que fluir en toda poesía que se precie de tal, además del eros que fluye de sus versos como una orgía silenciosa.
–Andrés, navegamos a través de la cartografía de tu poemario y en el abordas temáticas diversas. Sin embargo, empecemos con el poema que da nombre al libro…
-El nombre responde a dos aspectos puntuales. El primero, poner a disposición un instrumento de uso popular —la poesía, o poesía social, militante, contestaría, antipoesía— que describa a manera de juglar sucesos épicos, emplazantes, enfurecido y líricos, como se llegó a vivir los días más terroríficos en Iquitos y todo Loreto. Me refiero a la primera ola del COVID-19. Sin embargo, para entender esos momentos de indolencia e ineptitud de las autoridades nacionales y locales, la especulación criminal de medicinas, la carencia y deficiencia de nuestro sistema de salud pública —después de más de treinta años de neoliberalismo—, el deceso de médicos y enfermeras fue el “advenimiento del caos” que cobró la vida de más dos mil loretanos. El nombre de este título aborda también el entender a la Amazonía peruana —sobre todo Loreto que alberga 32 de 61 etnias—, desde sus orígenes en ese violento proceso histórico de construcción de “civilización” que redujo con genocidio, esclavitud e imposición cultural y religiosa a los pueblos indígenas que ancestralmente estuvieron y están asentados a lo largo y ancho de todas las cuencas de los ríos amazónicos del Perú. El segundo aspecto fue honrar y de alguna manera evitar que se pierda en el olvido la memoria de Igor Panduro, un artista prodigio como guitarrista y escritor, que fuera un entrañable amigo, compañero de colegio y camarada de militancia política en la UNAP.
– La cultura oral o la oralidad de nuestros ancestros amazónicos está presente en tu poemario. Pienso en Niimúhe creador. ¿Cuál es la importancia de la oralidad en tu proceso creativo?
-En Niimúhe creador se intenta versar la memoria oral de la creación del mundo del pueblo Wuitoto en sus variantes murui muinanɨ, bora y ocaina que por cuestiones profesionales tuve la oportunidad de asistir a las Malocas y estar sentado en el manbeadero con abuelos —sabios que dirigen la cultura y tradición de cada comunidad indígenas de esos pueblos— de la cuenca del medio Putumayo. Además, es un intento de dar a conocer su cosmovisión en la que, el primer hombre es parido por la tierra, por una roca ahuecada donde salen gateando y llegan a unas colinas en donde existen árboles de todas las frutas y cuyos ombligos son enormes boas que cortan y devoran. Son diversas memorias orales que felizmente el pueblo murui del lado colombiano los mantiene en constante vitalidad, caso contrario sucede con las mismas comunidades indígenas del lado peruano. De igual manera los héroes culturales como los Buinaimas y Aimas, Zaɨerani, La Gente del Centro, el tabaco y la Yuca Dulce, son elementos de la cultura del conglomerado del pueblo Witoto, y que con el poemario se quiere dar a conocer para que se entienda que el Perú es multidiverso en cultura, lenguas y naciones y no solo es la cultura mestiza a la que representamos y se impone formalmente, desprecian y tratan despectivamente.
-Tu ser político, tu ser militante, trasciende en tu poética. Reflexiones en aguardiente, es apenas un ejemplo. ¿Poesía y política van de la mano?
-Definitivamente. Antes que el poeta está el comunista militante, militante de la Universidad Socialista Miguelina Acosta Cárdenas de Iquitos. Concibo la poesía como un instrumento de agitación y denuncia a todo el este conglomerado perverso de “cultura” que edifica paradigmas de servicio y resignación al sistema y sus instituciones, normas, deberes y derechos que finalmente amalgaman a un individuo defensor de sus opresores; es por principio que el arte no debe ser concebido por un mero apetito del ego individualista, y que su único universo es la cuestión estética de amorfas dimensiones, de infinitas mortificaciones, invisibilizando el contexto real, el dolor y la injusticia colectiva, ese tipo de artista es simplemente un enemigo de la clase explotada y debe ser combatido y derrotado en cualquier escenario; que se me tilde de dogmático, fanático y terrorista, me tiene sin cuidado, es lo esperado, es lo normal viniendo de individuos cegados y viciados por el status quo; y en esa línea se concibe Reflexiones en Aguardiente que a manera de diálogo con el camarada y amigo Erick Braga se sostiene un análisis de la gesta popular del 24 de octubre de 1998 que duró tres días de insurgencia e ira colectiva contra el gobierno de Fujimori –Montesinos que fue el gobierno más entreguista, criminal y corrupto de toda la historia peruana; Iquitos rompió el miedo y la desmovilización en todo el Perú [entendiendo y recordando que había un reglaje policiaco constante a los dirigentes sindicales, populares y universitarios, un activo Grupo Colina, tanques y militares en todas la universidades públicas de la capital, existía el miedo generalizado—, la Federación de Estudiantes de la UNAP —presidida por la izquierda—, rompió esa consigna del gobierno y asistió a la convocatoria del Frente Patriótico de Loreto para que, en respuesta a la nefasta «marcha por la paz» convocada por los fujimoristas y se asistiera y demostrará que el pueblo de Iquitos y sus bases, organizaciones, sindicatos y pueblo en general les demostrarán al emperador y sus geishas que Iquitos es la dignidad rebelde de ese Perú que se meaba de miedo.
Poeta amazónico Andrés Sicchar
-Me impactó el poema Iquitos presidio. Es prácticamente una foto de la pandemia global vivida en Iquitos y diversos pueblos amazónicos…
-Cuando la pandemia se propagó en el Perú empezó en Iquitos. Inesperadamente a tres días de la primera noticia internacional que se vio y escuchó por noticieros fue veloz la propagación. Muertos tras muertos. El hospital Regional de Iquitos se abarrotó de contagiados, los médicos atendían desprotegidos y sin los Equipo de Protección Personal de Salud adecuadas. En ese momento, la OMS y menos el MINSA tenían un plan de contingencia frente a esta avalancha de muertos. Mi hermano Enrique Sicchar, médico y otros más, sucumbían a estados críticos y eran hospitalizados en la UCI. Muchos no resistieron, pero felizmente él pudo salir con vida. Grandes y entrañables amigos como el médico Yurimaguino Héctor Herbozo —al que co-dedico el poemario— sucumbieron. Fueron un total de 21 médicos que murieron honrando el juramento hipocrático que asumieron en las atenciones de diferentes establecimientos de salud en Iquitos y Yurimaguas. Cómo no estar indignado y escribir combatiendo la indolencia gubernamental. Se aclamaba a Vizcarra que declarara el Estado de Emergencia a Loreto para que se puedan movilizar aviones trayendo oxígeno clínico, llevando médicos a las UCI de Lima, pero salía, fresco y campante anunciando que todo está controlado, anunciando medidas ambiguas poco eficientes, ni un ápice dijo sobre la especulación de precios de medicamentos y los escases de estos. A falta de liderazgo en Loreto fueron los curas Raymundo y Fortes que realizaron una colecta pública para que se adquiera una planta oxígeno ¡en un solo día la solidaridad del pueblo de Iquitos logró recaudar más de un millón de soles! Fue como materializar el poema Masa de Vallejo, fue tan grande ese momento, empero el gobierno por un sesgo y mezquindad política – ideológica negaba a las brigadas internacionalistas cubanas venir y apoyarnos. La medida de inamovilidad y confinamiento pincelaban un cuadro desolador a las bulliciosas calles de Iquitos.
–Muerte de Janane, nos confronta con la pérdida. En este caso la partida de la compañera.
-En las dos partes [morfología del abismo + crónicas y cantares] del poemario, canto a los muertos, en Quiruba Invencible canto al heroico guerrero Quiruba líder aguaruna que en 1575 redujo cinco ciudades españolas asentadas en el alto Marañon, en Pretoriano canto a Héctor Herbozo el ser humano más solidario y valiente que conociéramos con Enrique en la militancia universitaria, con Bolchevique Maicol, canto a Michael García un militante trotskista, de la fuerza de choque de la Juventud Socialista de la UNAP, canto a mi madre en Juana en noviembre lluvioso y a mi padre en Padre Mío, a Igor Panduro con El intérprete del caos y con Muerte de Janane y Excequías metaforizo la memoria oral de Janane la bella esposa de Jucido el cacique guerrero Murui quien en una reducción de las misiones Capuchinas es quemado vivo al intentar ir al encuentro del cadáver de Janane que logra escapar de la reducción pero es capturada y castigada hasta la muerte; es una digna triste historia de amor y resistencia.
El artista visual y sociólogo Guillermo Valdizán con su ejemplar El intérprete del caos
-Hay una interesante exploración al tema del cuerpo, a la sexualidad y erotismo. Celeste, Renacer, nos hablan de ello. Podrías hablarnos al respecto.
-En Cantos y Cantares, se toma la belleza fémina como tributo a su relevante rol en la sociedad y el espectro mental de todos los hombres deformados por esta sociedad, en esa catarsis inevitable que pasamos al cosechar los códigos religiosos, patriarcales, clasistas y racistas que aglomeramos, además de la reverencia a la belleza física de la mujer descrito en Janane, Celeste, Dialéctica del Acoso, Lienzo y Linares se realza a la mujer por su determinación y sedición a esa falsa hegemonía de la sociedad burguesa que de alguna manera emplaza Adormidera, Resurección, Premonición, Tus ojos y Renacer; la sexualidad y erotismo como figuras retóricas que ornamentan la idea principal que son fotografías de sucesos que desembocaron a un aprendizaje específico.
-Finalmente, poetas como Jorge Eduardo Eielson, José Mari Recalde, están presentes en tu libro a través de epígrafes. ¿Qué nos puedes decir de cada uno de ellos?
-Eielson, es un dios de tormentos insondables, sus versos tallados milimétricamente bellamente a la perfección —mi perfección— su temática apocalíptica, íntima y desmesurada le dan un lugar en todos los olimpos. Josemari, tanto ha calado su poesía melancólica que hiere la susceptibilidad más ambigua, su profética muerte desde un verso ¡carajo! que tal abismo, que tal dolor desbordando en cada verso. Así mismo realzo la figura del centenario poeta Leoncio Bueno por su poesía militante, al gran poeta y referente Jorge Espinoza Sánchez, su bella poesía que desgarra y acongoja a cualquier ser humano. Son los dioses a los cuales venero.
Sobre el autor
El autor y una de sus lectoras
Juan Andrés Sicchar Vílchez (Iquitos, 1977). Publicó el poemario Plegaria de los convencidos (2006), una muestra de la nueva y vigorosa poesía joven de Iquitos, de verso libre y acumulativo, donde se funden ironía, denuncia, grito y rebeldía, que el profesor Manuel Marticorena califica como “neobeatnick”. Una poesía que se desnuda a sí misma para confrontarse con la sociedad minusválida, corrupta; un alegato, que también es un llamado de atención, y que no busca regodearse con la frase perfecta ni la imagen feliz. Es, en esencia, poesía viva. Su vitalismo es su manera de existir y de ser.