La artista multidisciplinaria Anahí Araoz cuenta con ocho obras de artes escénicas. Siete son unipersonales y una bipersonal o dúo. Todas corresponden al género de la narración oral. “La narración oral es lo mío. En estos espectáculos se fusionan la oralidad y la actuación, vale decir la palabra y el cuerpo”, señala en la presente entrevista con Lima en Escena. Fotos y entrevista: Rosana López Cubas

Anahí Aráoz Cartagena, es una de las artistas multidisciplinarias cusqueñas más destacadas de su generación. Fundó la compañía de teatro “Viajera del Sur” y parte de la red de artistas latinoamericanos del “Colectivo Ámbar”. El 2018 fue premiada como la mejor narradora peruana del Festival de Narración Oral “Cuéntamelo” organizado por el Centro Cultural Británico. Su proyecto “Atravesando Muros”, en donde interviene en poblaciones vulnerables, especialmente en centros penitenciarios de mujeres, le permitió ganar por tres años consecutivos el concurso de estímulos económicos del Ministerio de Cultura del Perú.

Para Lima en Escena es un honor charlar brevemente con la artista cusqueña.

-Anahí, te conocemos como artista multidisciplinaria, sin embargo, la psicología es tu especialidad. ¿Cómo se fusionan las artes escénicas y la psicología?

– Permíteme contarte que en regiones no contamos con escuelas de formación en especialidades como la danza, clown, performance o teatro. Quienes nos dedicamos a las artes escénicas en regiones nos formamos y experimentamos de todo un poco. Cuando uno se forma en el hacer y picoteando de aquí y de allá estos saberes aprendidos en el campo se cristalizan en el escenario. Trabajo en improvisación, clown, danza, teatro. Formalmente soy psicóloga. Me formé como tal. La psicología y el teatro se alimentan mutuamente. Justamente, desde hace algunos años trabajo en un proyecto en la cárcel. El arte implica un nivel de sensibilidad frente al ser humano en donde la psicología te ayuda significativamente. Si haces uso del arte para acompañar procesos de transformación social, la psicología te proporciona herramientas para acompañar este proceso de cambio.

-Después de todo estos años de pandemia por fin apreciamos de manera presencial tu trabajo en el Británico. Ofreciste un espectáculo cuyo disparador es el tema de la muerte…

-Sí. Me invitaron al Festival de Narración Oral Cuéntamelo. Presenté el espectáculo “La muertecita”. Esta obra reúne historias en donde se transita y se acompaña a la muerte. Entender que la muerta y la vida caminan de la mano. Esta dualidad es parte de la vida. Después de vivir la crisis sanitaria global es necesario abordar el tema de la muerte, llorar a nuestros muertos. Si puedes conectar con el otro también le puedes permitir llorar. En estos espectáculos el público se me acerca para comentarme sobre su experiencia de desahogo, de expulsar el nudo atravesado en la garganta. De conectarse con mi historia, llorar y reír al mismo tiempo.

-Sabemos sobre el trabajo que haces en las cárceles de mujeres. Podrías hablarnos sobre esta experiencia.

-Desde hace cuatro años trabajo en penales de mujeres, en Centros de Atención Residencial, Hogares de Niños y Correccionales de Menores. Mi primer trabajo lo realicé el 2019. Hice un recorrido por cinco ciudades del país con un espectáculo para las mujeres de estos centros y otro para jóvenes y niños. Justamente, en esta temporada nos azotó la pandemia y nos tocó adaptar estos espectáculos a la modalidad virtual. Pese a contar con los estímulos del Mincul fue duro y difícil. Las mujeres de estos penales necesitan compartir, hablar, contar sus experiencias, sus historias. Ellas necesitan el apoyo de otras mujeres. Además de ofrecerles un espectáculo dicté un taller en donde les propuse escribir un cuento sobre su vida desde el juego, desde lo lúdico.

– “Viajera del Sur”, es uno de tus trabajos itinerantes más desafiante. Podrías hablarnos sobre esta experiencia.

-En el 2015 di vida a la compañía de teatro “Viajera del Sur”. Cogí mi maleta y viajamos por diversos países de la Región. Realmente fue un desafío. Viajé durante dos años sola. Estuve en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, México. En estos países presenté mi obra en las calles, parques, plazas y teatros. Me agrada que mis espectáculos se confronten con el público y precisamente estos procesos se enriquecen en estos periplos por diversas ciudades fuera del Perú. Estos peregrinajes son una escuela. ¡Creces!

-Otra de tus obras tiene que ver con Clorinda Matto de Turner…

-Así es. Si bien este se gestó hace un buen tiempo deseo trabajarlo con más fuerza. Esta obra se llama “Cuando el cielo anuncia lluvia”. Es sobre Clorinda Matto de Turner. Desde hace algún tiempo tenemos la necesidad de poner en foco a las mujeres que hicieron nuestra historia. Justamente, Ana Correa trabaja este tema. Le hablé sobre este proyecto. Espero concretar un trabajo conjunto con ella. En esta pieza desearía que me dirija una directora. “Cuando el Cielo Anuncia Lluvia” es una propuesta escénica, un unipersonal que fusiona el teatro documental con la historia personal de la actriz, abordando los ideales y la biografía de Clorinda Matto de Turner a través de distintos lenguajes artísticos: teatro, narración y música en vivo.

-Este vínculo con Clorinda Matto de Turner responde a tu origen cusqueño.

-Clorinda me cautivó desde siempre. Contó con “La Equitativa”, su propia imprenta y en esta todas las trabajadoras eran mujeres. Ella, su obra y todo lo que hizo me inspira. Este proyecto lo postulé a Iberescena. Me gustaría contar con un grupo de artistas escénicas. Todas mujeres. La directora, la dramaturga, la productora, la que hace las luces, la que limpia…

– ¿Qué implica dedicarse al arte en el Perú?

-En el Perú dedicarte al arte representa vivir una vida de manera austera. Es priorizar lo que te llena como ser humano y no lo económico. Vivo en El Valle Sagrado de manera sencilla. Soy feliz en medio de la naturaleza. Vivir en regiones es puro amor, pura necesidad.