Almendra Pamela: «La música se toca con el corazón”

En estos días de cuarentena, la destacada música, maestra, productora, modelo y guitarrista nos ofrece breves acústicos en su fanpage de facebook un día a la semana. Interpreta música peruana, grandes clásicos del rock, entre otros. Con ella una entrevista

Era apenas una niña cuando las notas de la música peruana, latinoamericana, americana, inglesa, en sus diversos géneros ingresaban sutilmente a su ADN. La disfrutaba. Se sentía seducida por los acordes de toda esta magia musical. A los ocho años su papá le obsequió su primera guitarra. A los 11 años fue admitida en la sección Formación Artística Temprana de la Escuela Nacional de Música hoy Universidad Nacional de Música de Perú. Se proclama amante de la música en sus diversas variantes y de la guitarra. Al respecto charlamos con la productora, modelo y destacada guitarrista Almendra Pamela.

-Almendra, en esta oportunidad permítenos centrarnos y charlar en torno a tu pasión: la música, la guitarra. ¿Es un romance que nos lleva a tu niñez?

-Así es. Empecé en la música desde que tengo uso de razón. Tenía 7 u 8 años. En ese momento, mi papá compró un par de guitarras para mí y mi hermano. Es más, nos matriculó en una academia. A partir de esa experiencia no paré. A los 11 años ingresé al Conservatorio Nacional de Música hoy Universidad Nacional de Música. En ese tiempo Escuela Nacional de Música. Me admitieron en la sección Formación Artística Temprana. Paralelamente, estudié la secundaria. A los 17 años postulé a la Sección Superior y seguí la carrera completa. Desde que egresé empecé a trabajar para sostenerme y seguir adelante. Ahora, me gustaría estudiar un Máster en el exterior…

– ¿Este romance surgió en el núcleo familiar?

-Mi primer contacto con la música fue en el seno familiar. En casa teníamos un enorme equipo de sonido. Un Emerson con cuatro parlantes. Mi padre contaba con un variada colección de música. Recuerdo que desde chica me gustaba la música instrumental. A mi progenitor le agradaban las obras orquestales y la música popular. El Cuarteto Continental amenizaba las fiestas familiares de ese entonces. Como buen amante de la música, mi padre también nos deleitaba poniendo a la clásica Sonora Matancera. Asimismo, los inolvidables discos de rock y disco. Led Zeppelin nos gustaba mucho. Estaba rodeada de música. Crecí escuchando diversos géneros de música.

-Tu encuentro con la guitarra fue un amor a primera vista…

– ¡Claro! Me enamoré de la guitarra en el momento mismo que llegó a mis manos. Me enamoré de la guitarra en general. Me explico. Sí alguien me pregunta Almendra qué guitarra escogerías: clásica, acústica, eléctrica… No puedo elegir. La guitarra clásica con cuerdas de nylon reúne una técnica absolutamente diferente a la guitarra acústica con cuerdas de metal. La guitarra eléctrica es otro mundo. Involucra el uso de los amplificadores, el control de los efectos y el manejo de la distorsión. Me gusta mucho las capacidades técnicas, sonoras, interpretativas que nos ofrece cualquiera de estas guitarras. Sobre todo, me agrada el repertorio que me puedan ofrecer.

-¿Qué nos puedes decir de la guitarra clásica?

– Durante los 12 años de estudios en el Conservatorio de Música tocábamos solo guitarra clásica. Hacíamos música barroca, clásica, contemporánea. Todos los estilos. Incluso, música antigua de antes del medioevo. En la Escuela estudiamos el bagaje que nos dejaron los grandes maestros y compositores como Mozart, Bach, Beethoven, Vivaldi, Ravel. Todos. Es genial esta historia de la música. Sin embargo, me llamó mucho la atención la guitarra eléctrica de los discos que escuchaba en casa.

-¿Cómo fue el aprendizaje con la guitarra eléctrica?

-Difícil, como todo. La guitarra eléctrica usa un amplificador y efecto llamado distorsión y como la palabra lo expresa: se distorsiona todo. Me jalaba los pelos, me desesperaba porque no podía manejar la guitarra eléctrica. No me salía nada.  Estudié, indagué, averigüé todo sobre ella. En ese entonces venían profesores de música de otras universidades. Nos visitaban delegaciones de las escuelas de música de Boston, de Filadelfia y nos ofrecían seminarios. Consulté con algunos maestros de estas delegaciones y me dijeron que tocar una guitarra cuesta. Si toco una guitarra clásica y acústica, por ejemplo, tengo que dejar sonar las otras cuerdas que corresponden a la nota o acorde, ojo, dejar sonar. En guitarra eléctrica con distorsión no. Aquí debemos apagar todo. Solo debe sonar la nota elegida. No puede sonar alguna otra cuerda ni por error ni de casualidad. Otra cualidad de la guitarra eléctrica es que al usar las escalas de diferente manera tenemos la opción de improvisar. De la improvisación me salían nuevos temas o composiciones que trabajé a lo largo de mi carrera.

-Los entendidos consideran que eres una de las mejores guitarristas del mapa de guitarras contemporáneas… Te escucho tocar y siento que destacas en el género rock. ¿Me equivoco?

-Te explico. Me gusta el rock, el blues. No considero que domine el género rock. Me agrada la guitarra clásica por un tema de formación. Asimismo, la guitarra peruana, la española, la latinoamericana. Por un tema de responsabilidad, todo músico hombre o mujer toca con el corazón, con el sentimiento. Cuando no tengo ganas no puedo tocar una guitarra o cualquier otro instrumento. Tocar una guitarra significa prepararte técnicamente, emocionalmente y espiritualmente para sacarle al instrumento lo que el corazón y el alma reflejan. Toco y me presento en escenarios diversos desde los 11 años. Tengo un toque estándar. No me podría presentar sino me siento cómoda. Toco lo que suena y vibra en mí. Trato de mantener un estándar alto de performance. Una cosa es ser música o músico y otra muy distinta es ser artista. La música o el músico domina sus instrumentos o los instrumentos que toca. El artista hace todo esto y se entrega con pasión. La guitarra eléctrica me gusta hasta el momento y me sigo preparando en el toque. Nunca se deja de aprender. Muchos dicen que todo está compuesto. Mentira. Un ejemplo. En el género del flamenco se decía que todo estaba dicho. Falso. Llegó Paco de Lucía y tocó otras escalas aparte de la escala menor armónica, las fusionó en su única y magistral manera de improvisar y ahora es considerado el mejor guitarrista flamenco de todos los tiempos.

-Todo profesional: escritor, actor, bailarín, músico, tiene sus influencias. Podrías contarnos quiénes influenciaron en tu toque.

-Son innumerables los guitarristas que me agradan y que me han influenciado. Joe Satriani, Steve Vai, Eric Johnson, Eric Clapton. Bandas como AC/DC…Estos guitarristas manejan bien la técnica e interpretaciones en guitarra eléctrica. En guitarra clásica me agrada Andrés Segovia. Asimismo, me gustan las composiciones de Francisco Tárrega.

-Siempre te dedicaste a la música…

-Casi siempre. Te cuento. Durante mucho tiempo, años, meses, abandoné la música por trabajos ajenos a ella. Asumía estos para sobrevivir. No me arrepiento. Sin embargo, no era feliz. No podía estar alejada de la música. Necesitaba crear, necesitaba hacer música. Grabar, componer. Volví a trabajar en el campo de la música. La cuarentena nos tocó desprevenidos. Si sabía que esto iba pasar dos o tres meses antes organizaba mi estudio de grabación. Ahora, tengo una laptop, una interface y las guitarras… Puedo grabar algunos trabajos de manera casera. La última grabación realizada fue para una marca de guitarra. Convocaron a cinco guitarristas latinoamericanos. Nos llevaron las guitarras a la puerta de la casa de cada artista. Este video se proyectará en la Región y Europa para que se conozcan las guitarras.

-Almendra, háblanos sobre tus composiciones.

-Sobre mis composiciones y producción musical tengo un nutrido número de obras grabadas. A lo largo de mi carrera musical grabé y grabo música propia con guitarra clásica, acústica y eléctrica. Tengo varios temas. En este momento compuse dos temas en guitarra eléctrica. También trabajé el acompañamiento con todos los instrumentos. Durante toda mi carrera como músico grabé y compuse música para teatro, documentales, comerciales. Temas de mi autoría están por todos lados. Es mi pequeño aporte a la música. Asimismo, trabajo arreglos o adaptaciones de temas como la ópera rock Rapsodia bohemia de Queen, El cóndor pasa, A mi manera, entre otros.

-Almendra, no quisiéramos despedirnos sin hacerte una consulta importante. ¿Qué implica ser activista LGBTIQ en un país absolutamente patriarcal, misógino, machista, clasista, racista?

– Te ofreceré mi personal punto de vista sobre este tema. Si bien grabé tres documentales para la comunidad LGBTIQ, uno de ellos lo filmamos con Docuperu con mi nombre, otro lo hicimos con la PUCP, en donde participaron una serie de personas profesionales, participamos y colaboramos para las marchas LGBTIQ también. Como bien lo dices vivimos en una sociedad misógina, machista, con pensamientos retrógradas. En mi caso, como música, trabajar desde esa línea no es posible. Perdí alumnos, perdí clientes, me cerraron las puertas de trabajo aduciendo que era trans. Pedí que me conozcan, que miren mi trabajo, mi música. Nadie mostró interés. Está bien, me dije y me retiré. Durante toda mi vida toqué y toco en múltiples espacios. La calle, es un espacio público en donde también di a conocer mi trabajo como guitarrista. Gané muchos seguidores. A partir de estas negativas de alguna gente puse en marcha la estrategia del Caballo de Troya. Me convertí en el Caballo de Troya. No necesito decirle a nadie si soy hombre, mujer, trans. Me presento como música. No hago música con mis preferencias sexuales. Trabajo mi música con mi corazón, con mi alma, con mis manos, con mi experiencia ganada a través de mi formación académica…

-¿Qué resultados te ha dado esta estrategia del Caballo de Troya?

– Me solicitan como guitarrista sin ningún parámetro. En Inglaterra se interesan por mi trabajo como guitarrista, me entrevistan en Argentina, Chile, España, México… No soy «la música», sin embargo, lo poco que trabajo como guitarrista lo realizo con todo mi corazón, con técnica e interpretación propias. Antes de la pandemia me presenté en el Centro Cultural de Miraflores, en la Biblioteca Nacional del Perú, en el Jazz Zone, entre otros espacios. En estas presentaciones muestro mis trabajos, mis grabaciones. El resultado final: conciertos exitosos. En todos estos escenarios me presenté con la bandera de la música. Esa es mi bandera. Nuestro país no esta preparado para recibirme con el rótulo de mujer trans. Ahora sectorizo mis trabajos. Me reservo el derecho de admisión. Elijo a quien doy clases, a quien acepto como amigo, en donde me presento, en fin.

-Para culminar. Una pregunta cliché, ¿qué es música o la música?

-Música es la comunicación de nuestros sentimientos. Música es decirle algo a una o más personas que no lo puedes decir con las palabras o con señas. La música va directamente desde el corazón de la persona que la ejecuta hasta el corazón de la o las persona que escuchan. La música es una comunicación genuina de sentimientos humanos.

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