La ridícula idea de no volver a verte

Contando en este libro la inspiradora vida de Marya Sklodowska -a quien conocemos mejor como Marie Curie- y la forma en que la impactó la súbita muerte de su esposo, Rosa Montero ofrece un abrazo a quienes conviven con el dolor de haber perdido a un ser querido.

El relato destaca desde su inicio por la empatía que brota de sus líneas. Si uno ha llegado a él por su sugerente título, con esperanza de escapar del vacío sin dimensiones de la ausencia, llegará a la conclusión de que no hay escape posible, pero seguramente terminará sus páginas reconfortado.

Mis líneas favoritas de este trabajo

-“En el origen de la creatividad está el sufrimiento, el propio y el ajeno. El verdadero dolor es inefable, nos deja sordos y mudos, está más allá de toda descripción y todo consuelo.”

-“…no sólo te quedas tú tocado de manera indeleble, sino que también el mundo entero queda teñido, manchado, marcado por un mapa de lugares y costumbres que sirven de disparadero para la evocación, a menudo con resultados tan devastadores como el estallido de una bomba.”

-“Pero ya digo que la recuperación no existe: no es posible volver a ser quien eras. Existe la reinvención, y no es mala cosa. Con suerte, puede que consigas reinventarte mejor que antes. A fin de cuentas, ahora sabes más.”

Además del valor del libro como apoyo para la resiliencia, está su valor informativo en la forma tan fascinante como narra el evento científico del descubrimiento del radio por los esposos Curie. Montero describe interesantes detalles de los hechos desde el empeño de Marie por conseguir su objetivo hasta el inconsciente coqueteo de la pareja con la muerte al exponerse a la peligrosa sustancia sin protección alguna.

Finalmente y sin que ello signifique que sea menos importante, el libro permite conocer el momento social de Marie como mujer, su rol en casa, su trabajo como investigadora y académica, su papel de madre y el trato que recibió de su familia, de la comunidad científica de la época y la sociedad en la que vivió.

Me acerco a los libros con nada más que mi fascinación por las historias. Cada uno es para mí algo vivo y maleable, con lo que consigo la dosis de belleza, razón e inspiración que necesito en cualquier momento de la vida.